34 | Dinero

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Mikey llegó a secuestrarme ese día durante el almuerzo. El grandísimo baka dijo que desde ahora sería su novia y tendríamos una cita en ese momento. Draken-kun iba con él. No le decía nada, pero cuando llegamos afuera y lo abofeteé, se rio de él. Al parecer le dijo que no era una buena idea, pero él no quiso escucharlo. Y no voy a negarlo, parte de mí se sintió emocionada por su entusiasmo.

Kei-kun tiene razón en algo, debo pensar todo bien. Sé que quiero a Chifuyu porque siento el corazón roto y un hueco en mi interior cada que pienso en él. Sin embargo, ver a Mikey ir a buscarme demandando mi atención inmediata me dejó mariposas en el estómago. Y no puedo olvidar que Kei-kun casi me besó y yo estaba esperando por ello. Mi mejor amigo, mi primer amor... no son personas de las cuales pueda ignorar mis sentimientos.

Carajo, mi mente es un desastre y no ha pasado ni una semana.

-Nee-chan, ¿leche? -me pregunta Mana, trayéndome a la realidad. Tiene un vaso entrenador en las manos y me mira con ojitos expectantes. Ha estado enferma últimamente. Ahora mismo se encuentra bien, pero sus mejillas se notan un poco más coloradas por la fiebre que tuvo hace poco.

-Claro, pequeña -le digo, tomándolo y acariciando su cabello. Me levanto de la mesa y voy a nuestro refrigerador para sacar el cartoncillo. No lo encuentro por ninguna parte.

-No hay -me dice Luna, sin dejar de dibujar-. Se la terminó en la mañana. -Suspiro y cierro la puerta.

-¿Pueden quedarse solas un momento mientras voy por una? -le pregunto-. ¿Puedes vigilarla por ese tiempo? Serán cinco minutos.

-Tampoco hay dinero.

-¿Huh? -Miro a la mesilla donde Kaa-san siempre lo deja. Tiene razón-. No importa, tenemos un poco de emergencia -digo, yendo a buscarlo al frasco de la alacena. Vacío.

-Nii-chan lo tomó para las medicinas -dice ella.

-¡Cara... -Ambas me miran-...coles!¡Caracoles! -repito. No puedo dejarlas que me escuchen decir palabrotas. Las dos tienen una buena memoria para recordarlas. Y hace poco regañé a Mitchin por eso.

Carajo, digo sin embargo en mi mente. ¿Cuánto debieron costar las medicinas para vaciar el frasco? Además, Kaa-san siempre nos deja dinero de sobra gracias a los ahorros de mis becas. En todo el tiempo que he estado aquí, ni uno ni otro se había terminado. ¿Por qué en este mismo momento se terminan ambos?

-¿Leche? -repite, acercándose.

-Gomen, Mana. ¿Esperarías a que Nee-chan busque dinero para comprarte un poco? -le pregunto, acariciando su carita. Me tenso de inmediato. Sus mejillas no están rojas por la fiebre anterior, en estos momentos volvió a subirle.

La dejo con Luna y me pongo a buscar sus medicinas. Mitchin me dijo dónde las dejó, pero ya no recuerdo así que me toma un rato. Al encontrarlas en la habitación y sacar la de la fiebre, veo que está vacía. Carajo de nuevo. Mana es muy sensible a las fiebres. Además de que aún es pequeña. Incluso con el medicamento la pasa mal cada que le da. Y ahora mismo no tiene ni eso.

-¡Nee-chan! -me grita Luna. Corro como alma que lleva el diablo de vuelta al salón. Tiene a Mana acostada en ella con los ojos bien cerrados. Está aún más colorada y comenzó a temblar.

Carajo, carajo, carajo.

Tomo mi celular de encima de la mesa y marco el número de Mitchin. No contesta a la primera, ni a la segunda, ni la tercera. Si no responde pronto empezaré a ponerme nerviosa porque no sé qué hacer. No hay dinero ni medicamentos y Mana empeora preocupantemente rápido. Para cosas como estas, él es mi apoyo principal.

-¿Moshi moshi?

-¡Mitchin! -suspiro de alivio-. Dime por favor que llevas dinero encima.

-¿Mm? Unas monedas, ¿por qué? -Maldigo internamente. Unas monedas no alcanzarán.

All along | Tokyo Revengers (OC x Mikey + Baji + Chifuyu + Koko )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora