All along | Tokyo Revengers (OC x Mikey + Baji + Chifuyu + Koko )

19 | Recapitulación

La décima generación de los Black Dragons. Aquella que resurgió después de que ToMan acabara con la previa. Había escuchado a Kei-kun mencionar que se formó, pero solo ahora le pido más información a mi hermanito para saber de ellos. Él me cuenta que son la peor de todas las generaciones. Comandada por Taiju Shiba y teniendo a Seishu Inui y Hajime Kokonoi como su segundo y tercero. No solo son delincuentes, sino que venden su violencia al mejor postor. Son completamente lo opuesto a los ideales que Shinichiro-san tenía.

También le pido que me cuente de otras pandillas, ya que llevo meses dentro de ToMan y jamás me había preocupado por hacerlo. He estado tan entretenida divirtiéndome con los chicos que bajé mi guardia y olvidé que no siempre podrán protegerme. No quiero volver a encontrarme con delincuentes enemigos y no saber cómo actuar por mi falta de información.

Hakkai llamó a Mitchin después de que los Black Dragons nos dejaran en paz. Él me llevó al hospital al ver que un par de suturas se habían abierto. Afortunadamente, todo fue superficial, aunque debo tener mayor cuidado y me mandaron a descansar otros cuantos días. Chifuyu pegó el grito en el cielo cuando le dije lo que ocurrió y comenzó a decir que volvería a pegarse a mí como una sombra, así nadie me pondría una mano encima de nuevo. Fue lindo de su parte porque a la mañana siguiente lo tuve en mi puerta a primera hora y todo el fin de semana se la pasó cuidándome.

Hoy, cuatro días después, sigo sin ir a la escuela, pero me quito el pijama para salir de todos modos. Draken-kun me ordenó ir a la reunión de esta tarde con los líderes de ToMan y Chifuyu me dijo que quería hablar conmigo antes de eso. Me pongo el uniforme de la pandilla, tomo un abrigo del perchero de Mitchin y salgo de casa. Mi novio ya se encuentra aquí.

—Ohayo~ —lo saludo. Él me abraza mientras me dice lo mismo.

—Hay que dar una vuelta, ¿te parece? —propone, estirando su mano para que la tome. Lo hago y dejo que me guíe mientras caminamos por las calles.

—¿Doushita? —lo incito a hablar luego de un rato en silencio.

—Hablé con Takemitchi —dice. Lo cual no es nada fuera de lo ordinario ya que juntos se encargan de la primera división.

—¿Ajá...? —insisto.

—Me contó todo. —Paro en seco sin ocultar mi sorpresa. Parpadeo un par de veces e incluso me entierro las uñas de mi mano libre para comprobar que estoy bien despierta.

—¿Te contó todo? —repito. Necesito confirmación. Él asiente—. ¿Q-Qué... ¿Qué es todo? —tartamudeo.

—De los saltos en el tiempo —responde.

—¿¡De verdad?! —Asiente de nuevo—. ¿¡Y le creíste?!

—¿Por qué lo preguntas tan incrédula? Tú también lo hiciste, Rina-san.

—Sí, pero le dije que era porque quizá estaba loca igual que él. O tal vez solo pensé en esa parte y en realidad nunca se lo dije... —divago—. Como sea, ¿cómo ocurrió eso?

Reanudamos la marcha mientras él me cuenta. No me había dicho nada porque quería que me recuperara un poco más antes de volver a preocuparme por eso, pero lo sabe desde hace dos noches. Llevó a Takemitchi a dar una vuelta porque se veía demasiado estresado, él no pudo más y le soltó toda la sopa. Comenzó con el día en que casi muere, la forma en que Hina lo hizo y cómo comenzó a viajar de una línea temporal a otra para intentar salvarla. Le contó del día en que me enteré de todo y también que desde entonces he intentado ayudarle. Ahora sabe por qué él parecía cambiar de personalidad de vez en cuando y la razón por la que parecíamos tan unidos, compartiendo emociones e imprudencias en más de una ocasión.