All along | Tokyo Revengers (OC x Mikey + Baji + Chifuyu + Koko )

47 | Mariposa

El incidente de Kanto. Un enfrentamiento sucedido que involucró alrededor de quinientas personas divididas entre las pandillas de Yokohama Tenjiku y Tokyo Manji. Se detuvieron a cinco chicos en el lugar y se reportaron dos muertes y tres víctimas hospitalizadas. Los nombres de los fallecidos eran Izana Kurokawa y Tetta Kisaki. Los sobrevivientes fueron el joven Hittou Kakucho, la muchacha Emma Sano y yo, Rina Mitsuya.

Cuando desperté, todo había terminado. Los doctores me revisaron en el momento. Pregunté por mi amiga tantas veces que creyeron que seguía en shock así que me dejaron en cuidados intensivos durante más tiempo. Una vez que se aseguraron que me encontraba lo mejor posible en mi situación, me pasaron a una habitación fuera de ahí. Mikey, Kei-kun, Draken, Mitchin, Chifuyu, Takemitchi e incluso Inupi se encontraba ahí. El resto de ToMan, me dijeron, esperaba afuera. Por turnos, me contaron lo que ocurrió. Takemitchi tomando el lugar de comandante interino, los chicos enfrentándose a los Reyes Celestiales, Kisaki disparándole a Takemitchi, Mikey llegando con los otros dos y peleando contra Izana, Kakucho impidiendo que éste lo matara, Kisaki terminando por dispararle a ellos dos también y luego ser perseguido por mis amigos... Fue demasiada información que procesar de golpe y estaba segura, por la mirada de muchos presentes, que había más.

Unas horas después, mi compañera de cuarto llegó. Todos salieron del lugar excepto dos. Mikey y Draken se quedaron al lado de Emma. Lo primero que ella dijo, fue el nombre del segundo. Él se acercó hasta estar arrodillado a su lado, tomando su mano.

—Prometí que lo traería, ¿verdad, Emma? —le recordó Mikey. Desde mi lugar pude ver las lágrimas acumulándose en sus ojos, mostrando una debilidad que rara vez permitía que los demás vieran—. Ahora puedes decirle lo que querías.

Ella fue invadida por el sentimiento y yo con ella. Es verdad, Mikey lo prometió. Prometió que lo llamaría y podrían decirse lo que sienten. También que yo estaría ahí para verlo. Ahora que ambas estábamos fuera de peligro, cumplió su palabra al pie de la letra.

—Ken-chan... —sollozó ella—. Aishi...

Draken-kun no la dejó terminar. Se acercó a ella y le dio un beso que sé que cargó con todas las emociones que quería transmitir. El amor que siente por ella y el alivio de no haberla perdido. Finalmente, después de años manteniéndolo en secreto, ambos podían saber lo que significa el uno para el otro.

—Y yo a ti, Emma —le dijo él, comenzando a llorar también.

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Después de eso, el chico no se ha separado de ella ni un solo segundo. Todas las personas van y vienen, pero él no deja de estar a su lado para nada, ni siquiera cuando el cansancio la hace volver a cerrar los ojos. Él la mira dormir con tal adoración hasta que también cae rendido. El momento parece tan íntimo que pronto me siento una intrusa y le pido al siguiente que entra que corra la cortina de separación. Ese es Inupi, quien viene a darme las primeras noticias personales que recibiré.

Los doctores me dijeron que mis piernas recibieron tal daño que estuve a punto de perderlas. Lograron que eso no sucediera, pero aún me quedaban varias cirugías por tener si quería volver a caminar y recuperarme completamente. Mi cerebro pobre procesó esa información como un estoy jodida instantáneamente; estuve a nada de decirles que me dieran el alta antes de que la cuenta aumentara. Sin embargo, lo siguiente que salió de sus bocas era que tenían indicaciones de tratarme con lo mejor de su personal y todos mis gastos estarían cubiertos. Los ojos casi se me salieron de la sorpresa. Lo sospeché desde entonces y ahora Inupi prácticamente me lo confirma, Koko está detrás de eso. Aunque mil veces hubiera preferido endeudarme de por vida a saber que él tomó su propio camino para que eso no ocurriera.