Incluso cuando los tres chicos se turnan para ayudarme a avanzar con la silla, llego a casa agotada. Mi familia me recibe con un cartel de bienvenida colgado en la entrada en el que claramente trabajaron todos. Distingo la bonita caligrafía de Kaa-san combinada con los dibujos de Mitchin y los pintados de Luna y Mana.
—Tadaima —digo, con un nudo en la garganta.
—Okaeri —me responden los cuatro antes de tener un abrazo grupal lleno de lágrimas por parte de todas las mujeres. Mitchin se hace el fuerte y contiene las suyas.
Cenamos juntos la comida de mamá. Sabe salada como siempre, pero para mí siempre será la mejor. Todos contamos cómo nos fue en el día y al terminar vemos caricaturas en nuestra vieja televisión a petición de las pequeñas. Cuando llega su hora de dormir, yo también me voy a la cama, sintiéndome bien por estar en casa después de semanas lejos.
Aunque el gusto no me dura lo suficiente; Mitchin me despierta unas horas después diciendo que recibió un mensaje de Draken. Tenemos reunión de ToMan obligatoria. Pienso negarme a ir hasta que recuerdo que no ha habido ninguna justamente porque seguía en el hospital y Mikey me quería fuera antes de convocarla. Será la culminación del Incidente de Kanto, no puedo faltar después de haber estado fuera de combate mientras todo ocurrió. Así que me levanto y me estiro para alcanzar mi pequeño mueble donde está mi uniforme.
—Mitchin —susurro, una vez que lo tengo en mis manos.
—¿Nani? —me responde, del otro lado de la cortina.
—No puedo ponerme los pantalones.
—Ah, sore... ¿Puedo abrir? —pregunta, tomando la cortina. Le digo que sí y la corre para estirarme una falda negra. La tomo y me doy cuenta que tiene la inscripción de ToMan, además de que su diseño coincide para llevar a juego con la chaqueta—. Ya había pensado en eso así que la hice para ti. —Sonrío.
—Diseñaste un uniforme especialmente para mí. —Lo miro. Él a mí no.
—Nee-chan no puede poner el desorden yendo con cualquier cosa. —Dado a que sus piernas son lo único que alcanzo, me acerco para abrazarlas.
Me molesté muchísimo cuando cosió el uniforme de Takemitchi después de obligarme a hacer el mío. Aún creo que mi razón fue de peso y esa preferencia fue un golpe bajo de su parte. Sin embargo, ahora está perdonado.
—Arigato, Mitchin. Voy a cuidarla bien. —Lo suelto—. Ahora vuelve a tu parte para que pueda cambiarme.
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Mi nueva prenda del uniforme luce tan genial que me pregunto por qué siempre había usado pantalones. Soy una chica, la única en ToMan y estoy orgullosa de ello, una falda me habría ayudado a destacar como tal. Es por eso que decido que la ocuparé siempre de hoy en adelante.
Mitchin y yo vamos en metro hasta el templo. Somos los primeros en llegar. En el inicio de la colina, Draken-kun nos recibe con una sonrisa.
—Ne, Mitsu-chan, ¿ya estabas dormida acaso? —me pregunta.
—¿Se nota mucho?
—Hah —dice, pasando una mano por mi cabello—. Olvidaste pasarte el cepillo de nuevo.
Carajo, es cierto. Y Mitchin no se molestó en recordármelo. Afortunadamente fue el cabello y puedo utilizar mis manos para arreglarlo. Si hubieran sido los dientes habría sido más problemático.
Los demás comienzan a llegar, todos deteniéndose aquí por indicaciones de Draken-kun. Muchos se acercan a mí para preguntarme cómo me encuentro y felicitarme por haber salido del hospital. Unos cuantos incluso se inclinan llamándome señorita, lo cual me da la impresión de que Mikey insiste en llamarme su novia; de lo contrario, no me mostrarían tal respeto.
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All along | Tokyo Revengers (OC x Mikey + Baji + Chifuyu + Koko )
Fanfiction¿Qué pasaría si hubiera una chica en ToMan? ¿Una entrometida que siempre se mete donde no la llaman? Rina Mitsuya ha vuelto a Japón luego de dos años. A pesar de que su hermano menor se rehúsa a dejarla entrar en su círculo de amistades por completo...