En otra época anterior, en una capital había un reino y un rey mas una corte y un pueblo, entre ellos había un un hombre mayor
La gente le llamaban el sabio, todo el pueblo le conocía y le pedía consejos para casi todas las cosas de sus vidas, hombre mujeres y niños
El sabio ha cambio les recogía alimento para el día ha día incluso llevaba un plato pequeño acomodado para comer poco y no saberse abusar de nadie, sus ropas casi harapos de la época, dormía en cuadras y establos donde le dejaban
El sabio era un hombre muy respetado, amado por todo el pueblo
El rey de esa ciudad escucho hablar del sabio, el hombre que ayudaba ha personas de su reino, uno de los días llego el rey ha buscar al sabio con su guardia personal, ha caballo
Rey: Hola se habla mucho de usted en mi reino como alguien sabio, tengo problemas en la corte mis sabios no entienden lo que les pido, te regalo una moneda de oro, si me aconsejas
Sabio: No quiero su moneda, no se aconsejarle ha usted (No, fue con el rey)
Pasado el tiempo el rey seguía con los mismos problemas
El rey salió de su corte con vestiduras de vasallo y sin guardia se acerco al sabio, que dormitaba debajo de un árbol
Llego como hombre, no como rey se acerco al sabio, sentado en el suelo le pidió ayuda y consejo
El sabio, escucho, al rey
El rey le pidió perdón por ofrecerle una moneda, y llegar ha el con su guardia personal
El sabio acepto ayudar en lo que fuera del rey, dependía el pueblo en trabajo alimento y sanidad, andaron ambos asta el palacio
Pasado el tiempo el sabio, se instalo en un aposento en palacio cambio sus vestiduras su forma de vivir y comer ayudando mucho ha los inconvenientes en el reinado, y el pueblo todo funcionaban mucho mejor
El sabio era inteligente y bueno
Los sabios de palacio teniendo envidia de lo no conseguido por ellos, hablaron con el rey
Le dijeron el sabio, que trajiste ha tu reino te engaña por que cada día ha las cinco horas se encierra en su aposento, asta pasadas dos horas no sale
Ese día el rey se acerco al aposento del sabio, golpeo la puerta
Rey: Abre tu puerta mirando los ojos al sabio, le dijo el rey
Rey: Me engañas. sabio
Sabio: No, mi rey no te engaño, todos los días me encierro en mi cuarto cambio las ropas nuevas y me pongo los harapos incluso como en mi pequeño plato, para no hartarme y me pongo los zapatos rotos que usaba antes con los que ande durante la mayor parte, de mi vida
No, quiero olvidarme de lo que siempre he sido en la tierra, por causa de vivir mejor
Posdata. Con mas dinero serás diferente cambiara tu Corazón, serás superior serás otra persona de pende de ti y de tu entorno
Todo ser humano nace como príncipe, es la bendición de Jesus, padre creador del firmamento