Nia, tiene un sueño, ve ha romi en una casita muy humilde, hecha de tablas y cartón.
Nia, se asombro de tanta pobreza, romi hace flores de papel para sobre vivir, tiene cuatro hijos la mujer es muy rara, piensa nia.
Nia, se dice asi misma, como es posible que puedan vivir con esa pobreza, pero parece que son felices en su pobreza, los hijos ríen y juegan, ha ellos les gusta escucharles, no les falta alimento.
Cerca de su puerta, paro una carreta, bajo un hombre y llamo ha su puerta.
Hombre: Hola, me pueden dar, un vaso de agua.
Romi: Claro señor, un momento.
Ha los segundos romi, le saco una jarra, de agua.
Hombre: Sus vidas, son muy humildes, tienen poco para vivir.
Romi: Si, pero somos felices.
Hombre: Bien, muchas gracias por el agua.
Pasados varios días, el hombre volvió con su carreta, muy cargada, llamo ha su puerta.
Romi: Si, hola dígame.
Hombre: Hola, le traigo de todo cuanto hay en esta tierra, cargado en la carreta, para cambiarlo por su felicidad.
Romi: No, señor nunca cambiare la felicidad, por riquezas.
Hombre: Tienen suficiente para comprar una casa nueva, y seguir viviendo sin trabajar, por mucho años.
Romi, se volvió ha la mujer, para explicar lo que seles ofrecía.
Mujer: Yo si cambiaria la felicidad, por dinero y bienes.
Romi: Yo, no cambiare la felicidad, por riquezas.
Posdata. Romi, sigue muy pobre en una casa humilde, pero feliz.
Misma noche.
Voz: Ustedes tenéis que ser, como juncos que se mimbrean con el aire, ha un que no tienen base no les rompe el viento, por muy fuerte que sople, vuelven ha su estado.
(Raíz) no tiene el junco ni la caña, se quitan estirando hacia arriba, están agarrados ha la tierra.
Romi: La felicidad solo la da Jesus, el que padeció derramando su sangre, asta la misma muerte, por dar vida eterna a sus hijos, que le crucificaron ellos mismos.
Salió airoso el tercer dia de resucitado, venciendo a la muerte, nos dio el paso de muerte de la carne, para vida eterna, al alma y espiritu, en el reinado de Jesus creador.
Bendito el Dios viviente, que nos ama de tal forma de que dio asi mismo, en calvario por misericordia, hacia su creación humana.
