Desde una ciudad, caminan nia y romi, la mujer va cargada con un ato como sabana, atadas las cuatro puntas
El contenido, son cardos borriqueros, apenas pesan.
Nia: Que es esto, porque que me cargas, encima son cardos borriqueros.
Romi: No, sete ocurra tirarlos.
Nia: Tu que cargas, guapo.
Romi lleva una azada, en la mano.
Romi: Tenemos que buscar una esplanada grande, donde plantar los cardos.
Nia: Que dices, los cardos crecen en cualquier sitio, das una patada y sale un cardo
Romi: Trae, te llevo yo, el ato.
Nia: Deja, no hace falta que lo lleves tu, pesa poco, ya no creo que tardemos mucho.
Romi: Mira lo que hay, debajo de esta loma.
Ambos miraron y se asombraron, de una esplanada tan bonita.
Nia: Preciosa esplanada, pero la tierra esta muy seca, es enorme.
Romi: No importa, el cardo no necesita mucha agua, yo hago hoyos tu plantas.
Nia: Si Ojines, pero esta muy seca la tierra.
Ambos comenzamos ha plantar cardos, en todo lo ancho y largo de la enorme esplanada, no sabemos el tiempo que tardamos, pero no nos faltaron cardos asta finalizar.
Romi: Necesitamos agua.
Nia: Pues ve tu ha por agua, corre para que mas tarde Ojines, lo mejor es que ya están plantados.
En ese momento, callo un chaparrón de agua fina, que nos empapamos y asombramos.
Pasado un tiempo, escampo los cardos, comenzaron ha darnos rosas de cien colores, maravillosas.
Romi: Mira, mira nia que cosa mas bonita, que siempre me llevas la contraria.
Nia: Eran cardos borriqueros, quien va a pensar que estamos en el edén, con tanta rosa.
El ángel Chino, estaba detrás, de la señora.
Nia: Nos das cardos borriqueros, y ahora nos das, esto tan maravilloso.
Ángel Chino: Es lo que tenéis que hacer vosotros, de un cardo una rosa.
Nia: Chino, como es muy difícil mucho, lo que nos pides.
Posdata. Jesucristo, nos dice que convirtamos cardos en rosas, será que si se puede en su nombre, por su puesto
Toda etnia, es un cardo y una rosa para Jesus, que nos dio la vida con su aliento, y espíritu de vida, padre y Dios creador, para ser carne alma y espiritu.