¿Otra vez tú? (EDITANDO)

1

Sofía

Escuché la alarma sonar por unos minutos hasta que por fin me digne a levantarme, no tenía muchas ganas de ir al liceo, pero lamentablemente tenía prueba así que no podía faltar. Mucho menos si me había quedado estudiando casi toda la noche, necesitaba sacarme una buena nota en esta, ya que, en la otra no me fue tan bien.

Me metí a bañar para poder quitarme la cara de muerta que traía, me puse el uniforme con pantis obviamente, porque cagarme de frío hoy no estaba en mis planes.

Una vez que estuve lista baje al primer piso y lo primero que vi fue a mi mami entrando a la cocina mientras le gritaba al Pipe.

—¡Felipe levántate! Van hacer las 7:20 y no puedes seguir llegando tarde —era notable la molestia en su voz y cuando mi mami se enojaba, era caso serio.

El Felipe es mi hermano chico, simplemente un flojo culiao, todas las mañanas mi mamá tenía que estar levantándolo a la fuerzas.

—¿Todavía no se levanta? Yo no lo voy a esperar esta vez, siempre llego tarde por su culpa —mencioné mientras sacaba un jugo en cajita del frío.

La escuché suspirar.

—Tu sabes cómo es de flojo este cabro de mierda, pero tú anda no más mi amor —se acercó a darme un beso en la mejilla—. Te veo a la tarde.

—Chao mami —mencione antes de salir de la casa.

El liceo no quedaba tan lejos de mi casa, así que me fui caminado tranquilamente mientras escuchaba música. Hasta que el fuerte agarre que sentí en mi hombro me detuvo, la verdad me había cagado de miedo pensando que me iba asaltar, hasta que me vi la cara a la Francisca, mi mejor amiga.

—¡Francias culia! —me toque el pecho—. Me asustaste, pensé que me iban asaltar.

—Ay hueona llorona, si no te hice nada —mencionó mientras se cagaba de la risa.

La verdad me habían dado unas ganas de pegarle un combo en el hocico por haberme asustado.

—Si fea culia —murmuré—. ¿Oye supongo que estudiaste para la prueba?

Vi como hizo una mueca y para eso fue suficiente para saber que no.

—Ay Sofi... ¿Como se te ocurre preguntarme eso? Si sabi que con cuea agarró el lápiz en clases, estudiar es lo tuyo, está claro que lo
mío no lo es —dijo obvia restándole importancia—. ¿Pero sabes que es lo mío? Carretear, así que tú y yo, el viernes al carrete del hueon del cuarto C.

Tenía una sonrisa en su rostro inexplicable, pero ni siquiera con eso me iba a convencer.

—Ya te dije que no iré Fran, tú más que nadie sabe que ese no es mi ambiente —volví la vista al frente—. Yo prefiero quedarme acostadita desde la comodidad de mi camita.

—Pero hueona —dejó de caminar haciendo que yo también parara—. Tienes que ir po, nunca sales, siempre estai en tu casa estudiando o leyendo tus libros culiaos.

Solté un suspiro.

—Ya te dije que no iré y se acabo. Mejor apúrate porque yo no pienso llegar tarde —mencioné algo cortante para que no siguiera con el tema.

Comencé a caminar y escuché una que otra queja, pero no le tome mucha importancia, no me haría cambiar de opinión.

Y decía la verdad en cuanto a los carretes, no me gustaban, prefería mil veces quedarme acostada leyendo o viendo alguna serie.

Salir y sociabilizar no era algo que hacía mucho, con suerte tenía dos amigos. La Fran y el Mateo, y con ello era más que suficiente.

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