Sooji adoraba el hecho de que Seokjin le recordase que ella era dueña de si misma y eso le daba el derecho a vestir y lucirse como deseara. Ahora quería burlarse porque claramente no le estaba gustando mucho como estaba llamando la atención del resto en aquella pequeña y bonita falda.
—Tranquilo, al menos están observando con disimulo y no con tanta hambre.
—¿Ese es un consuelo?— sonrió antes de beber su agua— Dijiste que tenías que contarme algo.
—Oh, sí. Jimin regresó.
—El vecino...
Evidentemente, no era de su agrado.
—Me invitó a salir y pensé que tenías que saberlo porque le dije que sí.
—¿En serio?
—Claro, es lindo, divertido— se encogió de hombros en un gesto desinteresado— no veo por qué no.
—¿No hay mejores prospectos por ahí?
—Jimin es de buena familia, su madre es directora de una academia de modas bastante prestigiosa y su padre dirige dos de los restaurantes más importantes en la zona central— le recordó— su hermano menor comenzó la universidad y el propio Jimin estudió negocios internacionales, así que, creo que no es un mal pretendiente.
—Si tan solo no fuese un mujeriego pervertido... sería tan perfecto como dices.
Mujeriego si era, pervertido no. Sonrió blanqueando la mirada y le quitó la botella de agua, bebiendo directamente un sorbo largo bajo su mirada.
—Tal vez ahora busca algo serio.
—Vas a darle el beneficio de la duda— acercó su mano a su mejilla, seguro quitando cualquier basurita, hizo lo mismo con su cabello— no me agrada la idea, Sooji.
—Vamos, apóyame en esto. Solo será una cita, podemos salir los cuatro, invita a Mary.
—¿Una doble cita?
—Ajá— se levantó— piénsalo mientras voy a refrescarme un poco, regreso en un minuto.
Aceptó, la vio irse, permaneció esperando en la banca, el tenis siempre sería un buen ejercicio, mantuvo la vista en el suelo.
Luego sonrió y negó.
Ah, Kim Sooji.
Única e inigualable, Sooji. Seokjin había dado mucho de sí para que su hermana tuviese el impacto que tenía actualmente, por eso, sabía que podía aspirar a un mejor hombre, alguien que valiera la pena.
Que tuviese bien merecido una mujer como ella, porque Sooji era casi perfecta.
Casi.
Físicamente sí lo era, piernas largas y tersas, glúteos firmes, abdomen plano, no marcado, sin embargo apetitoso, buenas caderas, todo su cuerpo estaba muy bien proporcionado, su cabello eran ondas color chocolate que desprendían un aroma fresco, sus ojos, nariz, boca, todo lo que compone su rostro, esos aspectos también poseían cierta perfección.
Sooji no era cualquier mujer, por lo tanto, no merecía a cualquier hombre.
—¿Oppa?— vio a sus piernas, subió, la falda le lucía muy bien, llegó a su rostro y sonrió con suavidad— Podemos jugar otro rato o irnos a cenar si quieres.
—Mm, lo que quieras hacer, está bien para mí.
—Entonces vamos a comer, ya tengo apetito.
—Eso haremos, entonces.
Balbuceó un agradecimiento y se ofreció a llevar su bolsa, solo hasta el auto. Seokjin recordó que tenía que hablar con Mary sobre lo que pasó y si no se enojaba con él, proponerle la cita.
El día de mañana podían intentarlo.
—Me parece bien que sea mañana.
—Vale, pero, ya sabes que si Jimin no es suficiente... podemos buscar a alguien más que sí valga la pena. Eres demasiado para él, Sooji.
—¡No digas eso! Quizás te agrade.
—Permíteme dudarlo.
—Cuando te dije que Mary no era buena opción para tí, no me escuchaste y solo saliste con ella.
Arrugó el ceño.
—Eso no es cierto.
—Si lo es, te dije que ella no sabía ocuparse de tí, ni siquiera es una mujer de hogar. Solo es... muy linda, pero nada más.
Carcajeó.
—Con el tiempo será una mujer de hogar como dices, puede que ahora no lo sea, pero en cuanto estemos bajo el mismo techo... cambiarán las cosas.
—Si tú lo dices.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
