Su padre realmente tenía grabaciones de ella cambiándose o solo caminando por la casa, enfocando su cuerpo.
Estaba por llamar a Jimin para contarle aquello, guardó las grabaciones en su bolso y se colocó de pie, iba torpemente por el pasillo, el celular se le resbalaba de las manos cuando comenzó a sonar y se trató de Seokjin. Contestó.
—Oppa...
—¿Dónde carajos estás metida?
Llegó a la sala y escuchó la puerta principal, se quedó helada y esta se abrió dejando entrar al dueño de la casa quien también se mostró contrariado de ver a su hija allí.
Entonces vio su videocámara en manos de Sooji y palideció un poco.
—Tengo que colgar.
—¡No!— lo escuchaba correr, también escuchó la voz de Jimin, estaba con él— No me cuelgues, ya voy para allá.
Su padre daba pasos cortos hacia ella, igual de nervioso, extendía una de sus manos, respiraba pesado y rascaba su cuello sin saber qué hacer.
—Regrésame eso.
—Entonces si es tuyo— apretó el teléfono contra su oreja— estás enfermo, eres un pervertido.
—No me hables de perversión o de enfermos cuando tú te acuestas con tu hermano y fingen ser una pareja de años, eso sí es estar enfermo.
—¿Tienes pruebas de eso? Porque no lo creo— no respondió— Seokjin no es quién tiene videos de su hija en ropa interior en la mesa de noche junto a la cama. Seguro disfrutas verlos con libertad ya que mamá parece no estar cerca para juzgarte.
Estando lo suficientemente cerca, levantó la mano y no se detuvo a medir consecuencias cuando golpeó el rostro de Sooji, casi lanzandola al suelo. El celular se resbaló de sus manos todavía en la llamada con Seokjin.
Cuando vio su cara irritada, se arrepintió.
—Sooji. Lo siento, no quería golpearte. Pero no hagas enojar a papá ¿Si?— le habló como si fuese una niña, Sooji recordó que siempre solía usar esas mismas palabras para disculparse por reprenderla muy fuerte— Dame la cámara.
Solo la arrebató de sus manos, revisándola para darse cuenta de que no tenía las tarjetas de vídeo, vio la furia en sus ojos.
—Si me haces algo, Seokjin lo sabrá porque viene en camino-
Su mano pesada se cerró alrededor de su cuello, haciendo un poco de presión solo para asustarla.
—Sooji, basta de jugar conmigo— la empujó, acorralandola contra el borde del mesón en la cocina, Sooji en su desesperación por alejarse no se dió cuenta de que ya habían pasado de la sala hasta allí— yo no soy tu hermano que se deja manipular de tu cara bonita, entiende eso.
Hizo uso de su fuerza para hacer que la soltase, intentaba tener un agarre más fuerte en ella, Sooji lo mordió, él gritó un sinfín de insultos y fue detrás de ella, la alcanzó en la sala cuando se agachó a tomar su bolso, Sooji también gritó asustada, luchó, enterró sus uñas, le jaló el cabello y en un intento desesperado por sacarselo de encima, lo empujó agresiva. Su padre se tropezó con sus propios pies y cayó hacia atrás, su cabeza golpeó contra el borde de la mesa de centro, ella escuchó el crujido y en cuestión de segundos, un charco de sangre se formaba a su alrededor.
Se llevó ambas manos al rostro, se acercó a su teléfono en el suelo, la llamada seguía activa, no habló, sentía su rostro húmedo y Seokjin solo gritaba su nombre, asustado.
—Oppa...— pronunció muy bajito— ayúdame, hice algo...
Seokjin entró con Jimin detrás, ambos estáticos con la escena. Sooji estaba arrinconada contra la pared y el teléfono en la oreja. El mayor suspiró, buscando tranquilizarse porque si él se alteraba, Sooji también.
—Jimin, lleva a Sooji al auto— tragó saliva— yo me encargo aquí, llama a la ambulancia.
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