"Diamante"

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Sooji creyó que el evento aquél no era realmente algo grande y la sorpresa que se llevó al entrar y ver qué era todo lo contrario fue enorme. Seokjin le ofreció su brazo y lo tomó, todavía inmersa en los detalles del lugar, lo bonito que se veía todo.

—¿Qué te parece?

—Precioso— murmuró en respuesta— y es verdad que todos se ven como personas que duermen en camas de dinero.

—Te lo dije. Ellos nunca se pierden un evento como este y... ahí viene uno de mis compañeros.

—¿Nos agrada?

—No, lo odiamos. Pero sonríe.

Lo hizo, conforme la noche iba avanzando, Sooji se dio cuenta de que Seokjin realmente odiaba a todos sus compañeros, eso le causó algo de gracia, no le sorprendió, en ocasiones anteriores ya le había dado a entender que no tenía mucha estima por ellos porque la mayoría lo estresaba.

Conversó con algunas de las mujeres que también se acercaban a saludar, aceptó de la mejor manera los cumplidos que llegaban a ella o a Seokjin. Se distanciaron por breves momentos solo para relacionarse con el resto, él, por supuesto, pendiente de no perderla de vista pues debían ir a sentarse en la mesa que compartirían con el director del hospital y su esposa.

Seokjin seguía diciéndole a Sooji que no tenía que preocuparse por él en absoluto hasta que dejó de molestar con eso, porque él seguía presentándola como su novia, pero su jefe sabía que ella era su hermana y eso la ponía muy nerviosa. Le daba miedo que se formase un escándalo.

—Tienes un diamante a tu lado, Kim—halagó uno de los muy millonarios viendo a Sooji con una sonrisa que ella devolvió amablemente— espero algún día recibir una invitación a la boda.

Sonrieron, sin saber que responder. Casarse era algo que simplemente... bueno, no pasaría.

—Nacerán hijos hermosos— comentó alguien más.

No tendrían hijos, solo se tenían ellos dos y no se sentían con el derecho a aspirar a más. Ya habían roto tantas reglas que una más sería la gota que derramó el vaso y ambos estaban dándole vueltas a eso en sus cabezas mientras aquellas personas que realmente no conocían los adulaban de una manera que parecía sincera.

Cada uno se consolaba con la ayuda que sus cercanos brindaba, Sooji pensaba en que Jimin le pediría que intentase no atraer lo malo con esos pensamientos tan negativos y Seokjin pensaba en su jefe, el señor Kim, asegurándole que encontrarían una manera.

Querían pensar que estaban bien, que ninguno de los dos estaba enfermo por querer al otro de la manera en que lo hacían.

Todos comenzaron a dispersarse en la búsqueda de su asiento y mesa asignada, Seokjin colocó una mano en la espalda baja de Sooji para guiarla hasta sus lugares, el señor Kim que era el anfitrión de ese evento llegó, fue aplaudido y excusó a su esposa por no presentarse como se había previsto argumentando que tenía algunos problemas de salud que cuidar. Sooji se sintió mal, parecía que la mujer se ponía cada vez peor.

Escucharon atentamente lo que tenía para decir, terminando en su deseo porque todos los presentes disfrutaran la noche para luego sentarse, saludarla y ver cómo servían todo el festín.

—Que maravilloso es verte, Sooji. Luces preciosa y brillante.

—Muchísimas gracias, también me alegra verlo— sonrió— me hubiese gustado ver a su esposa.

—Y a ella le habría encantado verte después de mucho tiempo— apretó su mano— pero me temo que eso solo podrá pasar si vas de visita a casa, que Seokjin te lleve cuando quieras. 

—Iremos la próxima semana— aseguró este— estaremos libres, ambos.

—A Sooji le encantará que le enseñes la nueva casa, unos jardines de ensueño que puedo dejar a disposición de ambos en caso de que quieran tener una cita muy romántica— tomó su copa— es el ambiente perfecto, que te lo diga tu novio.

Se quedó de piedra cuando él le guiñó un ojo. Así que lo sabía. Sooji observó a Seokjin y este asintió.

—Oh...

—Tranquila.

—No te preocupes por mí, Sooji— le dijo— guardaré el secreto y haré lo posible para que se mantenga de esa manera. Puedes respirar sin angustias.

 Puedes respirar sin angustias

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OPPA❞ ksjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora