Louis continuó esforzándose el triple en sus estudios para que su madre lo dejara ir a quedarse con Seokjin y Sooji, no podía describir con exactitud su sentir, pero sabía que cuando estaba con ellos, la pasaba muy bien, era escuchado y atendido.
Sooji cocinaba platos deliciosos, Seokjin lo llevaba con él al trabajo para que pasara a su lado el día y viese que tanto le gustaba el hospital, intentó contarle a Sooji sobre cosas que consideraba personales y lo molestaban, ella lo escuchó y aconsejó, salían los tres juntos a lugares bonitos, cafeterías, restaurantes, tiendas.
Esa noche, había rogado a su mamá que lo dejara quedarse a dormir y luego de prometerle que le contaría todo lo inusual que viera respecto a ellos— cosa que no haría— lo dejó quedarse.
—Puedes elegir una habitación que te guste y te ayudaré a decorarla como tú quieras.
Louis abrió los ojos.
—¿Una habitación para mí aquí en la casa?
—Claro, cuando vengas a quedarte con nosotros, ya sabes que tienes tu propio lugar con tus cosas— Sooji se acercó, peinó sus cabellos rebeldes y le sonrió dulce— hablé con Seokjin y ambos pensamos en comprarte un guardarropa, así no tienes que llevar un bolso desde tu casa hasta aquí, ya que vives un poco lejos.
—M-Me gustaría mucho... si a mi papá no le molesta y a ti tampoco, por supuesto.
Entonces exploró toda la casa, Sooji le enseñó la habitación que Seokjin y ella compartían y eso confirmó lo que creía, que ambos se querían y tenían una relación que iba más allá de su vínculo de hermanos.
—Puedes quedarte con esta, es la segunda más grande de la casa y está al frente de la nuestra— le dijo— o si quieres una más pequeña...
—Esta me gusta, noona, gracias.
Tenía una cama mediana, los dos se sentaron en ella a discutir sobre cómo podrían decorarla, se quedaron un largo rato en eso y Louis empezaba a sentirse curioso respecto a Sooji, a veces la sentía decaída, pero cuando lo veía, regresaba a su rostro feliz.
—Cuando tu papá llegue, haremos todo.
Abrazó sus piernas recogidas contra su pecho y se atrevió a preguntar.
—¿Sucede algo?
—¿Mm? ¿Por qué preguntas?
—Es que, creo que estás triste— Sooji le sonrió, negando— si es porque... porque temes que diga algo...
—¿Algo sobre qué?
—Sobre tí y papá juntos aunque son familia.
Notó que se tensó, su sonrisa decayó un poco y rió nerviosa.
—¿Quién...?
—No diré nada, no me parece malo—volvió a acomodarse— busqué en internet y sé que no es algo socialmente correcto, pero el artículo que leí no pudo convencerme de que era atroz porque, papá te mira siempre y lo hace de una manera... bonita.
Se sintió conmovida, no pensó que Seokjin fuese obvio al punto de Louis notarlo.
—Gracias, Lou. Me alegra mucho que estés aquí, cuando Seokjin se va a trabajar, me siento un poco sola— arrugó la nariz, sonriendo— pero contigo se me olvida y es divertido.
Él pensaba igual, en su casa, siempre estaba solo. Con tutores o el personal, pero solo, prácticamente, entonces llegó a un hogar dónde no se sentía en absoluto solo y era como entrar a un mundo nuevo que sí le gustaba.
Tenía que ser listo, inteligente, pensar en su propio bienestar y en sus necesidades, lo que quería para su vida y mientras pensaba en todo eso, tomó una decisión.
Hablaría con su padre sobre todo lo que su mamá le había ordenado hacer una vez estuviera con él, porque si pensaba en los deseos de su madre, nunca podría vivir como él quería.
Sooji y Seokjin podían darle la existencia que él añoraba.
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