Seokjin estacionó, ni siquiera lo hizo bien, él solo dejó el auto tal cual quedó, intentaría no tardar demasiado para no recibir alguna queja o multa, aunque lo dudaba. Él no era el tipo de persona que se dejaba llevar por el enojo del momento, suponía que se debía a qué nunca pasó por una situación que lo hiciese enojar tanto.
Ahora estaba experimentando un enojo que no podía describir con palabras, solo sabía que lo recorría entero y por eso mismo estaba intentando organizar bien las ideas y preguntas en su cabeza mientras tomaba el ascensor hasta el piso de Mary.
No sabía si era más grande su enojo o su decepción respecto a ella. Entonces en cuanto llamó a la puerta y fue atendido, las palabras salieron de su boca sin más y se escuchó como un descanso.
—Vamos a terminar— la sonrisa en su rostro fue desapareciendo de a poco— ya no deseo seguir con esta relación.
—Pero, Jin... no estoy entendiendote— señaló detrás suyo— entra y-
—¿Qué estabas pensando cuando fuiste a acusar a Sooji con mis padres? ¿Acaso un niño de tres años te dijo que era una buena idea solucionar los problemas de esa manera?
—Seokjin. Entra.
Observó a los lados del pasillo.
—No voy a entrar, Mary.
—¡No voy a discutir esto en medio del pasillo!— jaló su muñeca— Los vecinos pueden escuchar. Sí, hablé con tus padres sobre el asunto de Sooji.
—¿Con qué derecho te metes en la vida de los demás?
Los ojos de Mary se ampliaron, le observó estupefacta.
—Con el derecho que me da ser tu novia y sentirme incómoda con el comportamiento de un tercero que está afectando nuestra relación. Con ese derecho.
—La única afectada eras tú. Pero, creo que debo agradecer que con esta acción tan infantil, me has dado razones para sacarte de mi vida, yo...—suspiró— no puedo estar con alguien que ocasiona dolor a mi familia y tu pequeña tontería ha hecho que Sooji la pase mal. Papá la golpeó.
Se llevó una mano al pecho, abrió la boca pero nada salió de ella, por supuesto que Seokjin notó la culpa en sus ojos, pero de nada servía eso.
—No creí que... ¿La golpeó muy fuerte? Yo solo esperaba que hablaran con ella, es que tú nunca me escuchas, Seokjin, yo ya no sabía que más hacer.
—Te escuché, hablamos el tema y te dije que no podías reclamarle nada a Sooji porque ese es su espacio, su casa y ella puede hacer lo que quiera. Tú no vives con nosotros, no eres parte de nuestra familia, no la conoces a ella, tampoco a mis padres y cuando no conoces, no te metes en asuntos que no te conciernen. Sooji siempre se ha ocupado de la casa porque su madre no lo hace, para ella es difícil estar en esa posición porque siempre la han recriminado por eso y ahora vienes a arruinarlo mucho más.
—Eso no justifica su comportamiento.
—A quién tendría que molestarle su comportamiento, es a mí— dijo, se inclinó— y como pudiste notar, no me molesta en lo absoluto.
Mary tragó, tenía el nudo en su garganta.
—Porque te gusta.
—Si, me gusta que Sooji sea libre.
—No, a tí te gusta Sooji.
Infló el pecho, entonces musitó una risilla burlona.
—¿Sientes celos de mi hermana, Mary?— observó a sus pies— Pero, no entiendo si sientes celos por mí o le tienes envidia como mujer.
O ambas.
Mary siempre, desde que conoce a Sooji, ha tenido algo de lo que quejarse por simple y pura envidia que le generan sus propias inseguridades.
Ella se esfuerza demasiado, ella es vulgar, no debería comportarse así, es muy egocéntrica, no está bien presumir, quiere que todo el mundo le recuerde que es bonita, solo llama la atención.
—Estás siendo ridículo.
—Sí, debe ser.
—No tenemos que terminar, Jin, no es tan fácil tirar años a la basura— la miró sin expresión alguna, solo quería irse— puedo disculparme con Sooji, no tenía idea de que podía ser así de grave, es mi culpa.
—Claro que es tu culpa. Pero yo no voy a soportar otra situación como esta, porque sé que si me quedo contigo, habrán miles más y... el tiempo juntos no es un argumento con el suficiente peso para hacer que me quede.
—Jin... no digas eso, solo tengo que arreglarlo y ya está.
Mary realmente lo amaba.
—Mejor no lo intentes— volvió a girarse de cara a la puerta, abriéndola sin más— no vayas a buscarme a la casa, no voy a estar, gracias a lo que provocaste, decidí irme con Sooji.
—¡¿Mudarse?!— su voz se rompió— ¿Es tan difícil elegirme a mí por una vez?
Y la respuesta que recibió, terminó de quebrarla.
—Entre tú y Sooji... siempre será ella. Si quieres saberlo, siento más solo viéndola, que pasando horas y horas contigo. Ella es apoyo y tú solo eres vacío.
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