"Estar y quedarse"

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—Oppa, te preparé un té.

Seokjin abrió los ojos, estaba muy cansado, pero aceptó la bebida caliente y humeante que sabía lo ayudaría a relajarse un poco, le sonrió a Sooji con los labios cerrados y procedió a beber.

Sooji admiraba mucho a Seokjin, sabía que era un excelente médico que podía desarrollarse perfectamente en cualquier ámbito, siempre estaba disponible y dispuesto a ayudar.

—Gracias, cariño— se disculpó después— lamento que otra vez el trabajo cancele nuestros planes.

—No tienes que disculparte, oppa. Está bien, yo entiendo— terminó su té, tomó asiento en sus piernas y le miró fijamente— deberías solicitar unas vacaciones de al menos unos días.

—¿Tú crees?— asintió— Tal vez lo haga, pero no ahora, cariño, hay demasiado de lo que ocuparme.

—Es cierto, tienes mucho trabajo y se viene mucho más— acarició sus mejillas— debo consentirte el triple para que no sea muy pesado para ti.

—Haces mucho por mí solo estando y quedándote a mi lado, mi Sooji.

Acunó su rostro en su mano derecha, Sooji inclinó la cabeza buscando más de ese tacto, mordió juguetona el pulgar de Seokjin y él sonrió, tragando saliva, siempre que tenía la oportunidad de apreciar a Sooji, más tonto quedaba por ella.

La profundidad de su sentir, de su amor y deseo solo podían hacer presencia y ser despertadas por ella. La amaba y necesitaba tanto, que dolía a veces.

Dolía pensar que algo podía no salir a su favor y perderla, por eso era tan meticuloso en cada movimiento y decisión, incluso si sus acciones podían afectar a otros, a él no le importaba siempre y cuando Sooji estuviera bien y con él.

—¿Si te has sentido a gusto en la nueva casa? Es importante que estés contenta.

—Estoy muy bien, oppa. Todo es muy bonito, de hecho, me gusta más que nuestra casa anterior, se siente más privado y más nuestra.

Ciertamente el nuevo hogar de la pareja era precioso, techos altos, muchas ventanas bonitas donde Sooji disfrutaba colocar sus cortinas, una sala amplia, piso de baldosa blanca, la cocina era enorme y Sooji podía moverse de un lado al otro muy cómodamente como le gustaba. Ahora solo ocupaban una habitación juntos, las otras tres restantes las usaban dos como armarios y una de invitados, tenían su propio jardín, cosa que amaba Sooji porque nunca habían tenido uno, así que estaba aprendiendo a mantenerlo con Seokjin.

—¿Es así? Entonces podemos estar tranquilos y seguros.

—Por el momento.

—Por mucho tiempo, cariño. Voy a asegurarme de que así sea.— dijo, confiado y esa confianza era contagiosa, entonces Sooji se sintió segura— Dame un buen beso antes de ir a ver cómo sigue la futura madre.

—Mandón.

Cumplió su deseo, tomó su rostro con ambas manos y se lanzó de lleno a besarle con una lentitud tortuosa pero muy satisfactoria que no hacía otra cosa, solo dejarle con ganas de mucho más.

Sooji se negaba a abrir la boca para darle entrada a su lengua, así que pellizcó sus costados con algo de fuerza, ella dio un brinco en su regazo y se quejó, abriendo la boca y dándole el mando del beso, gruñó complacido por esa reacción. Cuando se separó, tomó su mentón y aplicó la misma fuerza allí, escuchó su queja de gusto.

—Estoy seguro de que mañana tendré libre desde las cinco de la tarde— le informó— hace mucho tiempo que no te doy lo que te mereces, haremos algo al respecto.

Dejó un beso pequeño y sonoro en sus labios entreabiertos y le soltó. Sooji sonrió apenas pudo.

—Si, oppa.

Bajó de su regazo y le dejó irse, permaneció en el marco de la puerta hasta que no le vio más y regresó a esperarlo sentada en su escritorio. Sonrió tranquila.

 Sonrió tranquila

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OPPA❞ ksjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora