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"Lo saben"

—Seokjin me ha catalogado como enferma mental y por eso estoy aquí.

Escuchó la historia completa aunque ya sabía que había sucedido en concreto gracias a Soji, asentía un par de veces cuando lo requería, él solo podía pensar en que Mary era un problema y tenía unos cuantos más en la cabeza.

—Vale, pero sé honesta conmigo, es mejor estar aquí a estar en la cárcel.

—Es lo mismo, Jimin, estoy privada de mi libertad, estoy cansada de levantarme y que los estúpidos enfermeros me recuerden que tengo que ir a consumir sol— se le escapó una risa.

—Lo siento, no es gracioso en absoluto, mmm. Bonita, es que si cometiste una total idiotez al allanar propiedad ajena, cruzaste la línea.

—¡Es que Seokjin no quería escucharme! Entonces tuve que tomar medidas, todo saldría perfecto y entonces vi a mi ex novio besando a su hermana, enloquecí porque-

La detuvo.

—¿Qué locuras estás diciendo?

—Ninguna locura, lo vi. Seokjin también logró convencerme de que me lo imaginé, pero solo por un momento, porque yo sé lo que vi.

—Pues es que sí que te lo imaginaste porque Sooji estaba esa noche conmigo y de hecho, ya se ha largado— silbó— voló como los pájaros hasta tiempo indefinido.

Por supuesto que el plan era hacerle creer a Mary que Sooji ya no estaba en el mapa, aunque eso ha sido improvisado por él, tendría que pedirle que no se apareciera por el hospital nunca más. De todas maneras Seokjin estaría a la cabeza del nuevo hospital, por lo que tampoco lo volvería a ver a él.

De Mary se encargaría el señor Kim.

—¿Por qué siento que estás defendiéndola? Siempre estás intentando salvarla de los problemas y ella no es una niña, puede solucionar sus cosas sola.

—Nop, no puede—cruzó ambas manos sobre la mesa— Mary, mi consejo es que, dejes de buscar conflicto con toros que no puedes tomar por los cuernos, Seokjin es uno de ellos, si continuas con ese pensamiento de que él es un simple médico que se gana la vida solo tratando a loquitos como tú, no vas a durar mucho en este mundo. Ahora, voy a pedirte que me cuentes lo que sabes.

—¿Lo que sé?

Comenzó a hablar con miedo, parecía que tampoco podía confiar en Jimin.

—Cuando Seokjin te dejó, todo ese tiempo sin verlo, continuaste en contacto con sus padres y seguramente hasta la fecha, todavía se hablan— le sonrió— ¿Ellos saben algo? 

—Pero acabas de decir que me-

—Responde y ya está.

Suspiró.

—¿Y qué gano yo?

—Seguir respirando, Mary, no seas avariciosa, que si de ti no saco nada, no me sirves y no quieres saber lo que hago con lo que no me sirve.

—Si lo saben.

—¿Ves que es fácil cooperar?

Sooji le contestó al tercer tono.

—Hola, Jiminie.

—Preciosidad— se apoyó en la pared—temo ser portador de malas noticias, pero, acabo de hablar con la lunática y... tus padres lo saben.

—¡¿Hace cuánto?!

—Remotamente poco. Lo lamento, pero no te alteres, haremos algo al respecto, nadie dirá nada, habla con tu hermano, continúa tu vida tranquila y todo estará bien.

Se acercó a la enfermera y le entregó el sobre con la suma prometida en agradecimiento por dejarlo pasar sin ser familiar directo. Silenció la llamada un segundo.

—¿Algo más, señor Park?

—Que no salga de su habitación al menos unas semanas, ninguna otra enfermera puede atenderla y ya sabes cuáles son los medicamentos a suministrar. Nada de calmantes.

Cuando quiso regresar a la conversación con Sooji, ella ya le había colgado, hizo una mueca, tendría que continuar vigilando a ambos progenitores hasta que Seokjin le contactase y decidiera que hacer.