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"No lo permitiré"

Ya habían comenzado a transferir a unos pacientes específicos al nuevo hospital, también, parte del personal comenzaría a familiarizarse con su nuevo lugar de trabajo. Seokjin sabía que tenía un buen equipo apoyándolo en su nuevo puesto como director.

Y en esa lista de pacientes transferidos, estaba Mary, prefería mantenerla vigilada y cerca... realmente no sabía cómo iba a proceder con ella, pero estaba controlado, por el momento.

Recibía llamadas de Dinah a montones y ya iban dos días dónde estaba ignorandola, Jimin todavía no encontraba a su madre, Louis estaba a la espera de una buena noticia, lo llamaba, también a Sooji, los extrañaba y era notorio.

Su hermosa novia estaba intentando despejar la mente y por eso se fue a visitar a Dhay, ayudarla con su bebé, él mismo lo había sugerido.

Observó su teléfono y Jimin enviaba algunos mensajes, tomó aire y se colocó de pie, quitándose la bata, tomó su abrigo y dejó su consultorio.

Está en un hotel.
Habitación 47.

Otra charla de tantas.

—No sé qué es peor, que seas tú o esperar a que tu padre me encuentre.

—Dudo que venga— aseguró, entrando— ¿De qué te escondes? ¿De él o de mí? Tal vez de ambos.

—Todos ustedes están locos— siseó, Seokjin tomó asiento a los pies de la cama y ella comenzó a servirse un vaso con agua— tú y Sooji resultaron ser partidarios del incesto, me niego a que los demás sepan que tengo hijos que son amantes.

Asintió.

—¿Y papá qué es?

—La más grande de las desgracias, un depravado que no mide límites— lo observó—parece que ya lo sabes.

—¿Que somos una familia disfuncional? Sí, hace años— tragó— no quiero amenazarte, estoy harto de que mis palabras no surtan efecto en ustedes, sin embargo, lo haré una última vez.

—Seokjin, no intentes defender lo que tú y tu hermana están haciendo— le pidió en voz tranquila— es asqueroso y enfermo, no está bien, no es correcto.

Suspiró hastiado, cansado.

—No me importa, sabes— relamió sus labios— no tienes una idea de cuántas veces Sooji y yo hemos tenido finales tristes, no puedo contar una sola anécdota en dónde algo salga bien para ambos, jamás— sentía ese nudo molesto en su garganta—y no pienso permitir que se siga repitiendo el mismo patrón, la misma historia, no sé hasta qué extremo voy a llegar, pero si es necesario, lo tomaré para hacer que ambos tengamos nuestro primer final feliz y no te dejaré arruinarlo— amenazó— ni a tí, ni a Mary o papá.

—¿Estás escuchandote?

—Sí, haré lo que sea para callarles la boca. Siguen metiéndose con mi felicidad y estoy llegando a mi tope—se levantó, su altura logró intimidarla—puedes seguir huyendo, esconderte, lo que sea, no importa, te voy a encontrar y atrévete a pronunciar una palabra sobre mí o Sooji y sabrás la clase de hombre en la que puedo convertirme. Es mi última advertencia.

Él siempre había sido bueno sembrando miedo en los demás.

—Papá.

—Louis— sonrió de medio lado— ¿Te has escondido para poder hablarme?

Escuchó su risa.

—Algo así, mamá está furiosa y desesperada— le contó, lo supuso— está pasando, no creí que ocurriría pronto.

—¿Qué cosa?

—Irme de esta casa— subió al auto, sin encenderlo, no quería conducir sin terminar la llamada—espero que tu jefe esté feliz por todas las donaciones de mi difunto padre.

—Mm, seguro lo está, aunque me sorprende que sepas de eso.

—Tengo que saber cómo se mueve el dinero, quiera o no— se quedó en silencio unos segundos— papá...

Le gustaba que lo llamase papá.

—Dime.

—Necesito contarte algo, no sé si es importante, pero tuve una conversación con mi otro padre y creo que lo que me dijo puede ayudarme a salir más rápido de aquí, pero, uh, necesito tu ayuda.

Louis seguía incómodo buscándolo para favores.

—Lo que necesites y yo pueda ayudarte, lo haré sin reparo.