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"Agradecimientos infinitos"

Seokjin no creyó que se trataría de un parto tan difícil, Kim Dhay se encontraba en perfecto estado y aún así hubo un punto dónde peligró por breves segundos.

Logró que no resultara catastrófico, le regresó el alma al cuerpo a Namjoon que estaba presenciando todo y tuvo que ver cómo su esposa perdía la consciencia por breves momentos.

Ahora Dhay cargaba a su bebé en brazos y sonreía mientras lloraba, era inevitable detener toda esa emoción, Namjoon estaba a su lado y ambos observaban con ojos ensimismados al pequeño nuevo ser.

—Muy bien, señores Kim— se dirigió a ellos— mi recomendación es que Dhay se quede algunos días más bajo observación, me sentiría más tranquilo si podemos cuidar de ambos aquí mismo, con todo el equipo de enfermeras que estarán al pendiente las veinticuatro horas al igual que yo— le sonrió a Dhay con diversión— Sooji vendrá en una hora, ya que preguntaste por ella.

Seguían disfrutando de conversar.

—Oh, está bien, gracias doctor.

Namjoon asintió.

—Tomaremos todas las recomendaciones que nos dé— decidió— de todas maneras estoy seguro de que noona se siente muy cómoda aquí, unos días más de lo previsto no hacen daño a nadie.

—Es cierto pero, espero que pasen rápido— suspiraba ella— ya quiero llevar a Joon a su casa.

—Los dejaré solos para que disfruten con Joon.

Se dispuso a irse, Namjoon le llamó, pidiéndole hablar y se lo concedió, abandonaron la habitación y Seokjin notó la angustia todavía presente en el rostro de este.

—Lamento seguir preguntando más de lo mismo.

—Está bien, lo entiendo. Tu esposa está muy bien, para que todos estén tranquilos es que he pedido alargar su estadía aquí en el hospital y así la mantenemos estable bajo observación, pero ya ha pasado y está muy bien, está sana.

—El doctor Kim nos había dicho que lo mejor era que después de este bebé, no pensaramos en tener más por la salud de Dhay.

Asintió.

—Esa recomendación es una que debe ser tomada, es lo mejor, aunque ella es muy saludable y muy fuerte, no es inmune a alguna complicación que luego si termine siendo grave.

Dejó salir una respiración profunda y afirmó con la cabeza.

—Muchísimas gracias, doctor. De verdad que siento que le ha salvado la vida a mi esposa, muchas gracias.

—No hay nada que agradecer, Namjoon, todo está perfecto, ve con tu familia y disfruta de tu hijo a gusto.

—Eso haré. Oh, su novia...

—Vendrá en un rato, lo prometo.

—Muy bien, gracias— rodó los ojos— a Dhay le agrada mucho su compañía y creo que sirvió más como apoyo que yo.

—Oh, unnie— puchereó, viendo al bebé— tienes un niño precioso.

—Gracias—se acomodó, ofreciéndole cargarlo— inténtalo.

Estaban ellas dos solas en la habitación, Namjoon había salido a conseguir algo bueno para cenar, los padres de Dhay todavía no llegaban y Seokjin estaba trabajando sin descanso, como siempre.

Cargó al bebé y sonrió viéndolo tan pequeño entre sus brazos.

Sooji había sido una buena ayuda para distraer a Dhay de todo el dolor que sentía y lo había hecho sin ánimo de lucro, solo porque quiso y le nació hacerlo, así que Dhay dejaría que conociera a su bebé y continuase siendo amiga suya si así lo deseaba.

—Es precioso, tiene unas mejillas hermosas.

—Tu novio es un ángel y de los médicos más atentos que he conocido en la vida.

—Lo sé, él es muy entregado a su profesión. Están en muy buenas manos, no te preocupes.

Namjoon regresó con las manos llenas, saludó a Sooji de nuevo y le agradeció por quedarse con Dhay pues a él no le gustaba mucho dejarla sola. Una de las enfermeras entró y revisó a Dhay, luego se fue, ella era una de las que estaba cuchicheando sobre la diferencia de edad de la pareja, Sooji le dio una mala mirada que logró intimidarla hasta que abandonó la habitación. Dhay lo notó.

—No te preocupes, es una costumbre.

—No debería ser costumbre, unnie. Hablan desde la envidia y hay que detenerlas si siguen.

—Lo intentaré si vuelve a suceder.

Namjoon sonrió.

—Aunque realmente no ocurre tan seguido— señaló el rostro de Dhay— ella se ve más joven que yo.

Rió y negó con las manos, llamándolo exagerado.

—Pero tiene razón, luces juvenil y preciosa, todo es envidia de las demás.