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"Esperar y calmarse"

—Es bastante sencillo, cariño, en dos días ya tendrás la agilidad.

—¡Director Kim!

Ambos levantaron la vista hacia el joven manojo de nervios apurado que se acercaba corriendo.

—¿Quién es él?

—Jung Hoseok. Lo conocí ayer— suspiró— y está lleno de energía.

Llegó hasta ambos, se detuvo frente al mayor y tomó aire, tanto como pudo.

—Tenemos un problema.

—Y de nuevo te han enviado a tí a reportarlo.

Asintió.

—Es que soy nuevo— Sooji se cubrió la boca con ambas manos, que gran excusa para usar en un lugar donde técnicamente todos eran nuevos— todo el problema con los equipos se solucionó, pero uno de los pacientes internos está ocasionando miedo en los otros pacientes, se ha alterado y los enfermeros todavía no pueden atraparlo.

—¿Atraparlo?— se tornó serio— ¿Han dejado escapar a un paciente?

—Si, de psiquiatría, recién ingresado, está muy alterado, amenazando al personal, tomando las jeringas.

Y lo decía tan sereno cuando no era un simple problema sino una situación de gravedad.

—Quédate aquí— le pidió a Sooji— y tú, termina de explicarle cómo funciona el sistema.

—Si, si.

—Es una locura, te lo juro— negó— ahí no entra nadie, tienes que enfocarte en este inicio solamente.

—Ah, vale, gracias— Hoseok bebió del café que Sooji le había brindado— ¿Entonces vienes de otro hospital?

—Si, trabajaba en urgencias.

—¿Y qué tal?

—Horrible, no sabes, llegaban todo tipo de accidentados— bebió— ya hasta se me olvidó lo que es dormir, pero, eso me hizo querer más a mi carrera, no es fácil, en absoluto, pero eso la hace más asombrosa.

Era divertido hablar con Hoseok, además de explicar muy bien cada cosa que tenía que hacer o dándole algunos tips para que no se le olvidara nada.

—Vaya, creí que sería peor, pero lo hiciste más fácil.

—No es nada, espero que seas permanente. El director Kim tiene la agenda llena y es de extrema necesidad que posea una asistente que lo ayude a organizarse y que además lo mantenga al tanto de todo.

—Ella se queda— se asustó, apareció de la nada— ¿Está bueno el café?

—Si... ¿Quiere?

De nuevo Sooji intentaba que su risa no la delatara, es que Seokjin era tan serio e intimidante en su faceta de trabajo, aún así eso no parecía afectar demasiado a Hoseok.

—No, gracias— observó a Sooji— ¿Ya está todo claro, cariño?

Ella asintió, mirándolo como si estuviera loco y él entendió, no podía llamarla así en el trabajo.

—Si, Hoseok me explicó todo muy bien.

—Bien. Doctor Jung— le llamó— vamos a hablar un rato.

Y se lo llevó sin más, Sooji sonrió y se dedicó a lo que tenía que hacer mientras Seokjin decidía que Hoseok sería el indicado para ayudarlo a partir de ese momento, no era la opción que él escogería, normalmente, pero arriesgarse no sería malo, al menos por el momento todo apuntaba a que era una buena elección.

—No le voy a mentir, si me gustaría, sobretodo porque eso me quita un peso que los médicos mayores ponen en mi porque soy nuevo.

—Esa es una costumbre que suelen hacer, colocar las peores tareas a los principiantes.

Parpadeó.

—¿Y por qué informar los problemas es una tarea horrible?

—Porque tienen que informarme a mí—fue su respuesta, simple y concisa— regresa a tu trabajo, dile al personal de enfermería que ha cometido ese error que no puede volver a pasar y si pasa, ya no se quedará en una advertencia, porque ellos no son nuevos, como tú.

—Lo haré, me retiro entonces— se levantó, pero regresó a su asiento en un segundo— ¿Sooji es...?

—Sí, no más preguntas.

—Si, si. Perdón.