capítulo cincuenta y cinco

4 2 0
                                    

_ Escuchad necesito vuestra ayuda, no sé si funcionará pero ahora mismo es lo único que podemos intentar, no sé cómo vamos a lograrlo pero necesito que reclutes a todos los que puedas y sean de vuestra confianza.
Le dije que mirase a través del agujero y observase las paredes.
_ ¿Ves todos esos símbolos en las paredes?, quiero que intentéis borrarlos, o taparlos, hacer que desaparezcan de vuestra vista el tiempo necesario para que podáis ver a los seres que controlan a algunos de los vuestros pero antes tenéis que haceros un tatuaje provisional, me da igual que lo hagáis en el cuerpo con bolígrafo o con lo que tengáis a mano o en un amuleto que llevéis siempre con vosotros, intentar convencer al máximo posible de gente para que también se lo haga, es la única manera que tenéis para ver a los entes.
_ No hay problema, conozco alguien aquí dentro que es aficionado al grafiti, estoy segura que esconde en su habitación varios botes de esos, ¿y qué dibujo quieres que nos hagamos?
Les expliqué brevemente como era el tatuaje de las tres supremacías.
_ Genial, entonces pongámonos en marcha, ¡espera!, ¿tú qué piensas hacer?
_ Intentaré distraerlos lo máximo posible, si esto no funciona entonces debéis alejaros de este lugar, es peligroso, además podrían averiguar que vosotros fuisteis los que me ayudasteis a escapar.
_ No te preocupes por nosotros, tú haz lo que tengas que hacer pero vamos a salvar a mi primo y a los demás.
Salimos al pasillo principal y luego nos separamos, yo me fui a la sala donde se encontraba Declan pero no anduve mucho ya que a pocos metros dos rastreadores me interceptaron. Me preguntaron cómo había escapado y que hacia allí pero yo mantuve mi boca cerrada, esperaba que con aquella aptitud me llevasen a la sala y no de nuevo a mi habitación, sonreí cuando vi que camino cogían, ahora solo quedaba que Raquel fuese demasiado convincente para que los demás le ayudasen, aún no estaba segura de que tuviéramos éxito en aquella descabellada idea pero esos símbolos significaban algo y habían aparecido en aquellas paredes por alguna razón. Una vez en el interior aquellos rastreadores me empujaron hasta estar a unos metros de Declan y sus amigos y luego se dirigieron a sus líderes.
_ La encontramos merodeando por los pasillos.
------ ¿Cómo te has escapado, quién te ha ayudado?
Intentaba buscar algún rastro de los entes, era frustrante no poder verlos sabiendo que estaban allí, les dije que fueron mis habilidades las que me hicieron salir de la habitación, evidentemente no me creyeron, volvieron a preguntarme quién me había ayudado y otra vez les tomé el pelo, uno de los líderes se acercó a mí y volvió a preguntarme, le respondí con un levantamiento de hombros y una sonrisa y él me golpeó con un gran guantazo que hizo que girase la cara y ardiese de dolor mi mejilla. Volvió de nuevo a su lugar y les dijo a los rastreadores que iban a dictar sentencia y quería que hubiese público en la sala, necesitaban que viesen los que les pasaría a los que se saltasen las reglas, la gente empezó a entrar, se podía escuchar un pequeño murmullo, Declan se acercó a mí.
_ ¿Estás bien?
_ Siento que tú y tus amigos estéis en esta situación por mi culpa.
Declan seguía con la mirada al frente, sabía que estaba enfadado conmigo por lo que había hecho, ¡pero por dios, íbamos a morir!, ¿ni siquiera en estas circunstancias podía perdonarme?
_ Sé que estás enfadado conmigo pero no tenía otra opción.
Esta vez sí giró la cara y me miró con sus ojos echando chispas.
_ ¿No tenías otra opción?, ¿y yo?, podías por una vez confiar en mí, yo te hubiese ayudado por muy descabellada que fuese tu idea, tal vez ahora no estuviésemos aquí, ¿crees que con entregarles los manuscritos te iban a dejar en paz?, te creía más inteligente.
_ ¡Tú no sabes nada!, estaba desesperada.
Dejé de hablar cuando unos de los líderes tomó la palabra, miré a mi alrededor, había rastreadores, como monjes, chicos jóvenes y no tan jóvenes y todos se encontraban alrededor de la sala, rodeándonos.
------ Todos sabéis que una de las normas más importante para ser uno de los nuestros y formar parte de esto es seguir las reglas y no cumplirlas conlleva a castigos muy severos, en este caso vuestros compañeros y hermanos no solo no las cumplieron sino que reincidieron, algo imperdonable, normalmente planteamos a votación los castigos a los que vamos a someterlos pero en este caso...
Se escuchó ruidos, pasos apresurados, gritos e incluso un golpe fuerte fuera de la sala, un par de hombres salieron a mirar lo que ocurría y segundos después varios chicos y algunos de más edad entraron con fuerza en el interior de la sala, uno gritaba a pleno pulmón, _ ¡están poseídos, los hemos visto! Varias personas se dirigieron a las paredes y con los sprays en la mano empezaron a pintar encima de los símbolos.
------ ¡No!, ¡detenedlos!
Tres de los líderes empezaron a correr hacía los que llevaban los botes de pintura, Declan había golpeado a un rastreador con la ayuda de sus amigos y buscaba las llaves mientras otros ya se le echaban encima, busqué con la mirada a Raquel y le pedí ayuda, mientras yo le daba en la cabeza con un jarrón ella cogió las llaves y desató a su primo, Sandro se ocupó de Declan y los demás, Raquel se acercó a mí me dio un bote y luego se dirigió a la pared para ayudar a los demás que empezaban a tener serias complicaciones para borrar los símbolos, yo corrí a la pared que tenía enfrente y eché un buen chorro de pintura hasta que alguien me golpeó y caí al suelo, el bote de pintura se escapó de mi mano y fue a parar debajo de una silla, intenté levantarme para recuperarlo pero una patada en el lado derecho de mi estómago hizo que me quedase sin respiración durante un segundo, logré abrir los ojos y me encontré con uno de los líderes mirándome con una sonrisa sarcástica y con uno de sus pies encima de mi cuerpo. La bruma que salía de su cuerpo me hizo descubrir que era uno de los entes grises, cuando su zapato estaba solo a unos centímetros de mi cabeza su cuerpo desapareció de mi vista, al levantarme me encontré con Declan y el líder enzarzándose en un fuerte lucha, agarré el bote de pintura y seguí borrando el enorme símbolo, dos personas se pusieron a mi lado e hicieron lo mismo que yo, los gritos, los golpes y la dificultad que teníamos para que no se acercasen a nosotros y poder acabar nuestro trabajo hizo que nos llevase más tiempo del necesario. Ya habíamos terminando de pintar la pared cuando alguien a mi lado me golpeó el brazo, me giré y era Raquel que me pedía que me girase y mirase a mi alrededor. La gente había dejado de luchar y se miraban unos a los otros, uno de ellos incluso había cogido un espejo aunque no sabía donde lo había encontrado ya que no vi ninguno en mi recorrido visual por ese lugar y ahora estaba enseñándole el rostro a uno que lo retenía por el cuello. No solo yo podía ver la presencia, la bruma, la esencia de aquellos entes, también el resto de la gente lo veía. No estaban seguros de cómo actuar pero Declan, Sandro, Kiara y Fabián se dirigieron al frente y hablaron, ahora que habían visto la realidad no era el momento para relajarse, algunos de aquellos cuerpos poseídos empezaron a moverse nerviosos, los entes más fuertes como los de los líderes salieron de aquellos cuerpos dejando casi sin energía a la gente de la que se habían beneficiario y ahora se movían con rapidez por el techo, luego entraban en otro cuerpo e intentaban que golpease e incluso matasen al que estaban a su lado, muchos no llegaban a esquivar el golpe porque aún estaban en shock y acababan inconscientes en el suelo, no había pasado mucho tiempo cuando unos cuantos rastreadores jóvenes acompañados por Raquel traían en sus manos unas cuantas cajas muy parecidas a la que le había visto a Declan cuando capturó al ente que se encontraba en el cuerpo de mi amigo Eduardo. Los entes que se encontraban sobrevolando la sala volvieron al cuerpo de los lideres y con la ayuda de otros de esos seres que se encontraban dentro de los rastreadores e incluso de los monjes huyeron de la habitación , varios de nosotros intentamos seguirles, no podíamos dejarlos escapar, estábamos a pocos metros de conseguir atraparlos pero entraron en una de las habitaciones y luego nos bloquearon la puerta para cuando conseguimos entrar nadie se encontraba en ella, sabíamos que se habían adentrado por alguno de los pasadizos secretos que se encontraba en ese monasterio. Intentamos encontrar la entrada pero no lo conseguimos así que mientras algunos se quedaban a buscar el mecanismo que activaría la entrada al interior, a las entrañas de aquel edificio, Declan, Raquel, Sandro, yo y otro rastreador nos fuimos directamente al lugar por donde unas horas antes intenté huir. Recorrimos varios de aquellos pasadizos sin éxito hasta que un mecanismo apenas perceptible en unas de las paredes nos llevó a bajar por unas escaleras oscuras y estrechas. Llegamos a una especie de túnel de un par de metros de ancho, estaba seco e iluminado, estábamos casi seguros que habían pasado por allí, después de unos minutos de avanzar por él nos encontramos con cuatro rastreadores esperando delante de un par de puertas gruesas y cerradas. No fue difícil deshacernos de ellos, dos de aquellos hombres tenían en su interior un ente, los otros a pesar de no poseer ninguno por algún motivo que aún no podíamos entender estaban dispuestos a sacrificar sus vidas por salvar a aquellas criaturas, a pesar de mis protestas dejaron escapar a aquellos entes, Declan y los demás dijeron que no irían muy lejos y seguramente intentarían entrar en el cuerpo de algunos de los que se encontraban en el recinto ya que no poseían las cualidades de los grises, esa era su prioridad, además no habían traído las suficientes cajas para capturar a todos. Nos acercamos a la primera puerta, tenía varios cerrojos, suerte que teníamos de nuestro lado al rey de los mil cerrojos, según sus amigos a Sandro nunca se le había resistido ninguna puerta y estaba seguro que ésta no sería la primera. Pidió a Raquel y al otro chico que fueran a su habitación y le trajeran una caja pequeña de color negro que tenía en el bolsillo de su cazadora preferida, su prima sabía que prenda era. Tuvimos que esperar un buen rato pero no nos importó porque estábamos seguros que los líderes estaban escondidos en una de aquellas dos habitaciones. Cuando apareció Raquel con la caja la acompañaba Kiara, Fabián y dos chicos más, Sandro sacó una de las tres llaves maestras que tenía en ella, la llamaba llave puzle porque podía quitarle o ponerle piezas según fuese el cerrojo. Luego de varios intentos consiguió abrir la primera puerta, encendimos la única luz que había en el interior, no estaban los líderes pero había varias estanterías con cajas de metal plateadas y otras doradas, no sabíamos que había dentro pero no podíamos ahora perder el tiempo en registrarlas.

EL ENTE QUE VIVE EN MÍ  ( Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora