capítulo sesenta y cinco

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Luego sus labios rozaron los míos antes de abrir la puerta y salir al pasillo donde lo esperaba su amigo mientras yo me quedaba allí temblando de deseo, una vez recuperada salí de allí y me fui a la cocina, mientras me comía un bocadillo escuché como nos llamaban a todos para que nos reuniésemos enseguida en la sala ya que tenían algo importante que comunicarnos. Una vez que todos llegamos a la habitación Sandro habló con cierta incertidumbre en el rostro, los entes se habían puesto en contacto con ellos y llegarían dentro de dos horas y no al día siguiente como nos habían dicho en un principio.
_ ¡Nos han engañado de nuevo!, ¡no podemos fiarnos de ellos!, ¿qué estarán tramando ahora?
Miraron a Kásper que se había acercado a mí y se había encogido de hombros, luego empezaron a moverse por el lugar diciendo que aun no estaban preparados y que era demasiado pronto, los nervios acababan de hacer acto de presencia. Fabián y Declan se habían ido en busca de la bomba, antes me miró a los ojos y con ellos quiso decirme que todo saldría bien.
---- Parece que tú y Declan habéis hecho las paces.
_ Eso no es asunto tuyo, ¿por cierto, no sabrás que traman tus amigos?
---- Ni idea, pero no te fíes de ellos, son muy astutos.
_ Lo sé, he convivido con uno de ellos.
----- Yo he hecho que tú vida fuese menos aburrida pero los grises son muy peligrosos, quiero que me prometas que no harás ninguna tontería mientras te encuentres en esa sala, recuerda que yo estaré al otro lado y no podré protegerte.
_ Siempre y cuando tú me prometas que ayudarás a cualquier humano de este edificio y no te centrarás solo en mí.
---- Eso depende, siempre que eso no suponga un peligro hacia tu persona no hay problema.
_ Deja de ser tan posesivo o acabaré hartándome de ti.
---- Guay
Suspiré y salí de la habitación, me dirigí a la biblioteca, si estaban a punto de llegar tendría que esconder algunas cosas por si les daba hacer un tour por el edificio, una de ellas era el libro que habíamos encontrado junto con la caja donde encerraron a Kásper , los guardé a buen recaudo e intenté poner orden al caos en el que se había convertido la sala, me di cuenta que iba a necesitar mucho mas de dos horas para dejarlo como estaba antes de que se fuesen así al final desistí. Tampoco nos había dado tiempo borrar todos los símbolos de las distintas estancias, esperaba que solo se centrasen en la sala de reuniones. Antes de que llegasen repasamos una vez más lo que teníamos que hacer, luego Kásper y los demás se escondieron para que nuestros visitantes no los descubriesen, el resto permanecimos intranquilos esperando su llegada, Declan se había acercado a mí y me había pedido muy seriamente que permaneciese a su lado. Al rato tres furgonetas, una blanca y las otras dos negras aparcaron a pocos metros de la entrada del edificio, personas de distintas edades bajaron de ellas, en cuanto vi a mi madre bajar quise correr hacia ella pero la mano de Declan que me agarraba fuertemente me lo impidió, mientras hablaba bajito.
_ Tranquila, no cometas ninguna imprudencia, necesitamos conservar la calma si queremos ganar la batalla.
Todos nosotros seguíamos conservando los tatuajes así que podíamos verlos perfectamente, una de las pocas zonas en las que no podíamos observarlos sería en los pasillos y en la sala de reuniones ya que aunque conservábamos los símbolos que los hacía invisibles a nuestros ojos estaban ocultos. Cuando salió de la furgoneta una chica alta pero muy delgada, con el pelo largo de color castaño y el rostro cansado aunque seguía conservando cierta belleza, fue Declan el que esta vez apretó mi mano casi haciéndome daño.
_ Tranquilo, estoy aquí contigo, vamos a rescatar a tu hermana al igual que a mi madre y al resto de la gente, estoy segura de ello.
Le miré a la cara con una sonrisa esperanzadora, luego aligeró su agarre, saber que un familiar nuestro estaba poseído por un ente no era muy fácil de llevar, sobre todo cuando ese ente era un gris y verlos en su cuerpo era aún mucho peor, pero como bien había dicho él, necesitamos de todas nuestras fuerzas y voluntad para salir bien de ésta. Kiara junto con uno de los rastreadores de más edad y Declan los condujeron hacía la sala de reuniones, yo los seguía muy de cerca. Cuando solo faltaba un par de metros para que Kiara abriese la puerta y entrasen los entes grises que se encontraban en el interior de mi madre, de la hermana de Declan, de la amiga de Kiara, del hijo de uno de los rastreadores de mayor rango, y del padre y hermana de otro de rastreador..., se pararon de golpe y luego siguieron andando dejando la puerta del salón atrás, nosotros los seguíamos estupefactos, ¿qué era lo que había ocurrido?, ¿acaso descubrieron nuestro plan?, ¿cómo era posible?, no podían saberlo a no ser que alguno de nosotros se lo contase. Mi primer pensamiento se fue hacia Kásper, no, él no podía habernos vendido de esa manera, yo confiaba en él. Se dirigieron hacia la biblioteca y entraron en ella, ¡menos mal que había guardado los objetos que nos hubiesen delatado! , aunque seguían en el suelo esparcidos la mayoría de los libros en los que habíamos intentado buscar respuestas.
------ Veo que en nuestra ausencia no habéis perdido el tiempo, ¿fue productiva vuestra búsqueda?
_ Deberíamos reunirnos en la otra sala, aquí no hemos tenido tiempo de borrar todos los símbolos.
------ Da igual, además solo os lo pedimos para manteneros distraídos, pero si notamos algún movimiento extraño que nos ponga en peligro, aquí vuestros conocidos, allegados o como queráis llamarlos serán los que acabarán peor parados, ¿entendido?
Mientras ellos hablaban yo daba una visual a la habitación en busca de algún detalle que pudiese delatarnos, al mirar a la pared de la derecha descubrí que la pequeña ventana estaba abierta y las cortinas sin cubrirlas, eso iba a ser un inconveniente si queríamos pintar en ella, aunque ahora que nos habían trastocados nuestros planes no estaba segura de lo que harían, no solo tendrían que pintar las cuatro paredes laterales, también tendrían que hacerlo con la del techo y el suelo, ya que debajo de esta sala se encontraba una parte del túnel al que tendríamos que dirigirnos luego. Mientras ellos seguían hablando o contestando a las preguntas de Declan y los demás que les habíamos formulado para ganar tiempo, yo me moví hacia mi derecha con la intención de llegar a la ventana, en cuanto uno de ellos me vio como la cerraba lentamente se dirigió a mí con aire enfadado.
------ ¿Tú qué haces?
_ Nada, solo intentaba cerrar la ventana y al ser posible también las cortinas, no habéis sido muy discretos con esas furgonetas nuevecitas y no solo una sino tres, en este pueblo por lo que tengo entendido no suele ocurrir nada importante y aunque está un poco alejado de aquí deduzco que habéis pasado por él, no me gustaría encontrarme con algunos chismosos husmeando por aquí y que terminasen como nosotros, ¿a no ser que no os parezca suficiente la gente que se encuentra en esta sala?
------ Está bien pero lo hago yo, no me fio de ti.
Después de que las cortinas cubriesen la ventana respiré algo más tranquila, era nuestra única esperanza en estos momentos ya que tanto la bomba como algunas armas que nos hubiesen sido útiles estaban escondidas en la otra habitación.
------ ¿Y ahora porque sonríes?
Ni siquiera me había dado cuenta de que mi rostro se había cubierto de una pequeña sonrisa de satisfacción.
_ No sonreía, simplemente quería decirte que el sentimiento es mutuo.
------ ¿Qué?
_ Eso, que yo tampoco me fio de ti.
Empezó a caminar lentamente hacia mí, lo mismo que Declan pero la voz de otro intruso lo hizo voltearse.
------ Paciencia, luego le tocará a ella, ahora es el turno de Gustav.
Gustav era uno de los rastreadores más veteranos del lugar, tenían en su poder a su hermano más joven de unos treinta y muchos y cuarenta y pocos años.
_ Tú eras uno de los rastreadores más leales que protegían y defendía nuestra causa por eso nos sorprendió que fueras uno de los primeros en atacarnos, ahora si dejas que asumamos libremente el control total de tu cuerpo perdonaremos tu traición.
_ ¡Nos engañasteis, no eráis lo que nosotros creíamos, jamás apoyaré a seres demoniacos como vosotros, ni dejaré que ocupéis mi cuerpo!
------ Está bien me queda claro tu respuesta así que dejaré que te lleves a tu hermano, Arnau ¿porqué no le das un abrazo a tu hermano?
Cuando el hermano de Gustav se acercó a él, éste último lo recibió con una sonrisa pero también con cautela, seguía habiendo un ente en su interior, cuando se abrazaron la sonrisa del rastreador se convirtió en dolor mientras su hermano se alejaba de él con un cuchillo ensangrentado en la mano. Declan corrió hacia Gustav y le presionó la herida.
_ ¿Pero qué cojones habéis hecho?
------ Eso es un simple aviso, si alguno de vosotros nos impedís apropiarnos de vuestro cuerpo, cualquiera puede salir herido, esta vez fue Gustav pero también pueden ser los de este lado, así que no lo olvidéis.
_ ¿Crees que somos idiotas?, no pensáis dejar a nadie con vida, de nuestro silencio depende vuestra supervivencia, así que no vamos a dejar ganaros tan fácilmente.
------ ¡Otra vez tú!, si tú no hubieses metido las narices por aquí y no te empeñases en buscar respuestas ahora tu madre ni ninguna de estas personas acabarían muertos, tú tienes la culpa de que vuestras vidas terminen...
Antes de que pronunciase otra palabra unos golpes en la puerta seguido de la presencia de Kásper en la sala hizo que todos acabásemos sorprendiéndonos. ¿Qué hacía él aquí?, ¿no se suponía que debía estar escondido para que los otros entes no lo descubriesen?
---- He traído unos aperitivos, supongo que con tanto ajetreo estos chicos no les ofrecieron nada a nuestros invitados, además algunos de vosotros tienen cara de hambrientos.
------ ¿Qué cojones haces tú aquí?, ¿cómo has salido....?
Antes de que terminase la frase aquella calma que nos habían mostrado durante todo el rato se convirtió en miedo e ira, uno de los entes grises sacó una pistola y disparó en mi dirección, escuché varios gritos en medio del estruendo, luego algo me golpeó y me hizo caer al suelo, me golpeé la cabeza pero pude levantarme rápidamente, al girarme descubrí que quien me había disparado ahora intentaba forcejear con Declan para que no lograse hacerse con el arma, a mi lado alguien se quejaba de dolor, al mirar a suelo vi el cuerpo del chico que había poseído Kásper, tenía una gran mancha de sangre en su camiseta y empezaba a agonizar.

EL ENTE QUE VIVE EN MÍ  ( Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora