capítulo sesenta y uno

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Pasamos un par de semanas con ella mientras se recuperaba y no vimos a ese ser en ningún momento, nada nos hacía pensar que aún se encontraba ahí, pero por aquel entonces aun no sabíamos que podían salir de los cuerpos de la persona a la que poseían sin causarles la muerte, aunque el daño ya estaba hecho. Como empezaban a impacientarse porque aún no habíamos acabado con ella y pensaban que mi padre no tenía valor para hacerlo, mandaron a otro rastreador, yo regresé a casa porque ya nada tenía que hacer allí, cuando acabó con la vida de mi madre y luego de ver que ya no era ella yo dejé de sentirla como hermana, por aquel entonces aún sentía mucho rencor por lo sucedido y aún no comprendía muy bien la situación. Luego de que me hubiese marchado mi padre decidió fingir su muerte, él estaba casi seguro de que en el cuerpo de mi hermana ya no había ningún ente aunque no sabía como había sucedido por eso la escondió en un centro para enfermos mentales, vendimos la casa y el negocio y con ello cubrimos todos los gastos, el resto del dinero lo invertimos y solo nos quedamos con el apartamento que había comprado mi padre tras el divorcio y el coche. Con la ayuda de un amigo mi padre logró cambiar los datos de mi hermana por los de otra paciente que había muerto de una sobredosis, luego la incineraron y aun no sé como lograron que nada de eso se supiese. Pasaron los años y todos nos creímos la versión de mi padre incluido yo, mi hermana había fallecido en el hospital porque él se había encargado de ello. A pesar de que mis sentimientos con respecto a mi hermana se habían quedado reducidos a cenizas saber que mi padre había acabado con su vida hizo que nuestra relación se enfriase, era su hija y al parecer no había sentido remordimientos por ello. Por un tiempo intenté alejarme de él y de este lugar, estudié en el extranjero, estuve en internados y luego me fui a la universidad. Uno de los chicos que estaba dos cursos más arriba que yo, había asesinado a un amigo suyo en una de las fiestas a la que yo había acudido y cuando la policía lo detuvo gritaba que no había sido él, que un demonio que habitaba dentro de su cuerpo le había obligado. Aquello me hizo recordar a mi hermana y el trabajo que desempeñaban los rastreadores, intentaban protegernos de esos seres aunque a veces el sacrificio fuese enorme. Regresé con mi padre y me introduje en este mundo, al principio no fue fácil pero luego me di cuenta que lo que hacíamos era para salvar a la humanidad de estos seres. Dos años después de estar metido en este mundillo mi padre tuvo un horrible accidente que lo dejó postrado en una silla de ruedas, de repente envejeció unos diez años. Para él fue muy difícil aceptar su nueva vida y al final me contó lo de Jacky, la visitaba una vez al año y ahora necesitaba a alguien que lo llevase a verla, para mí fue un shock tremendo enterarme de que mi hermana aún vivía, había engañado a la gente con la que trabajaba, muchos habían hecho sus propios sacrificios para destruir a esos seres y mi padre aún seguía conservando a uno en el cuerpo de mi hermana. Discutimos mucho y al final me negué a llevarlo a ver a Jacky, habíamos hecho unas promesas cuando entramos a formar parte de este familia, porque yo ya la consideraba mi familia, mi apoyo, mis amigos, habíamos creado lazos entre nosotros y yo no quería faltar a mi promesa. Decidí que si él no había sido capaz de terminar con ese ser lo haría yo, mi padre me dijo que durante todos estos años no había sentido la presencia de aquel ser, no le creí por supuesto, siempre nos dijeron que la única manera de terminar con él era destruyendo a la persona a la que poseía. Recordaba a mi hermana distinta la última vez que la vi pero cuando entramos en la habitación de la residencia sus rasgos me eran más familiares, se parecía a nuestra madre y sus ojos estaban tristes a pesar de que ya vivía en su mundo particular, volvimos a verla a las dos semanas siguientes y después de pasar rato con ella empezaron a surgir en mí dos sentimientos fuertes pero muy contradictorios, por un lado ese sentimiento de ternura de protegerla, se veía muy vulnerable y por otro odio por haberse dejado vencer por ese ser que para mí aun seguía escondido en su cuerpo aunque no se dejase ver. Unos meses más tarde mi padre murió de una neumonía con complicaciones pero antes de su muerte me hizo prometer que cuidaría de mi hermana, fue una decisión muy difícil que tomar, al final consiguió sacarme esa promesa. Visité varias veces a mi hermana y jamás rebelé su existencia, ella no recordaba a mi madre y al poco tiempo tampoco echó en falta a mi padre porque su mente se había quebrado y su memoria resentido durante todos estos años pero siempre que yo iba a verla su rostro se iluminaba y se llenaba con una enorme sonrisa, me abrazaba y luego me pedía su regalo que yo le llevaba cada vez que nos veíamos dando pequeños saltos, a pesar de que los años habían pasado y se hacían evidentes en su rostro, ella se comportaba como si aún fuese una adolescente y la sensación de protegerla se volvió mucho más fuerte. Ella era lo único que me quedaba de mi antigua familia pero eso no significaba que me sintiese mal conmigo mismo por el secreto que estaba guardando a la orden, así que cada vez que me marchaba de aquel lugar sentía más odio por aquellos seres y por lo que les había hecho a mi familia. Me convertí en uno de los mejores rastreadores y logré capturar a muchos de esos entes, siempre me justificaba diciendo que era por mi hermana y por lo que le habían hecho y que no quería que nadie terminase como ella y cuando alguien de los nuestros no era capaz de acabar con uno de ellos entonces yo me enfadaba y les gritaba diciendo que no estaban hechos para este trabajo, supongo que se sentirán defraudados y me odiarán, yo también me sentiría así. Es la segunda vez que no cumplo con mi deber, cuando te conocí me recordaste a mi hermana y no quería que pasases por lo mismo que pasó ella pero a medida que te conocía me di cuenta que no te parecías para nada a Jacky, tú eras mucho más fuerte y luego no pude cumplir otra vez con la promesa hecha a los rastreadores.
Se hizo un silencio luego de que Declan terminase de contarme su historia, estaba impactada pero también muy dolida porque a pesar de sus convicciones y sus promesas hechas su hermana seguía viva y tal vez debería agradecerle que yo también estuviese viva pero había dejado morir a mi amigo.
_ ¿Qué te ocurre?, ¿estás enfadada conmigo por lo que hice?, creí que si te contaba la historia podrías comprenderme.
­ _ ¿Comprenderte?, me alegra que tu hermana esté viva pero lo que no entiendo, lo que me repugna es tu cinismo, ¿ quién te crees tú para decidir quién debe o no vivir? Dejaste que tu hermana o yo siguiésemos vivas pero no te importó que mi amigo muriese, ahora pienso que podíamos haberlo salvarlo.
_ ¿Y terminar igual que mi hermana?
_ Yo podría haberle ayudado a recomponerse, podía intentarlo pero no me diste la oportunidad.
_ ¿De verdad crees que tu amigo volvería a ser el mismo?, no te equivoques Beel, yo llevo años intentándolo y ella jamás volverá a ser la misma y aunque no me creas eso me está matando por dentro, no iba a permitir que tú pasases por lo mismo aunque eso suene demasiado egoísta, sé de lo que hablo, además ya había cometido muchos errores en mi trabajo, no podía seguir cometiendo más sin levantar sospechas.
Me levanté bruscamente y empecé a caminar hacia el pasillo.
_ ¿Quieres decir que yo fui un error?
_ ¡No!, no me estás entendiendo, podía dejar con vida a mi hermana porque se lo había prometido a mi padre, a ti te dejé con vida porque inspirabas en mí sentimientos que jamás había experimentado, pero tu amigo, eso era diferente.
_ ¿Sabes?, tienen razón tus amigos, ya no se puede confiar en ti
Luego de cerrar la puerta bruscamente y dejarlo allí cabizbajo me encaminé hacía la sala para saber si habían noticias nuevas, mientras caminaba por el pasillo un hombre alto, delgado, una barba de varios días y calvo se había puesto delante de mí impidiéndome el paso y sonriendo, nunca lo había visto por el edificio, intenté observarlo detenidamente por si en su interior había algún ente pero no vi nada extraño. Entonces al observar las paredes del aquel pasillo me di cuenta que los dibujos, los símbolos o por lo menos la mayoría de ellos estaban cubiertos por una pintura negra.
_ ¡Mierda!, ¿pero que habían hecho?, ¡tanto habíamos hablado Declan y yo en aquella habitación!, sí que habían trabajado rápido.
Empecé a caminar y dejar atrás a aquel chico, necesitaba saber que estaba ocurriendo y que ideas se les estaban pasando por la cabeza para dejarnos desprotegidos frente al enemigo, ¿ cómo íbamos a verlos?
---- ¿Por qué tienes tanta prisa Beel?, creí que a estas alturas ya estarías muerta.
Me paré en seco, ¿ quién era él y de que me conocía?
_ ¿Te conozco?
Se echó a reír antes de hablarme de nuevo.
----Sigues siendo la misma boba de siempre, creí que yo te había enseñado algo pero me equivoqué.
_ Eh, ¿ quién te crees para hablarme así?, te estás equivocando de chica, no te conozco y no tengo tiempo para...
En ese momento dejé de hablar, algo en su manera de decir las cosas me eran muy familiares, pero no, no podía ser. Lo agarré del brazo bruscamente y empezamos a caminar a paso rápido por los pasillos, cuando llegué al exterior del edificio lo observé de nuevo, allí no había símbolos que pudiesen entorpecer mi visión y aún seguía conservando mis tatuajes. Lo observé de nuevo atentamente, no debía de ser más que tres o cuatro años mayor que yo, por su aspecto algo me decía que tonteaba con sustancias peligrosas, le miré fijamente a los ojos y di un paso hacia atrás cuando observé unos ojos que no eran los suyos, luego una especie de bruma alrededor de su cuerpo empezó a levantarse en torno a él para volver a introducirse en su anatomía. Por lo general los entes no se distinguen unos de los otros, solo los de mayor rango tienen un tono de color diferente pero algo en mi interior me decía que a ese ente yo ya lo conocía, el chico me sonreía en todo momento.
_ ¡No, no puede ser, tú no..!
---- Vaya pensé que no te alegrarías de verme, estaba casi seguro de que me odiarías por toda la eternidad.
_ ¿Pero cómo?, ¿tú no estabas muerto?
---- Se podía decir que casi, estaba condenado a sufrir lentamente durante décadas para que luego me entregasen a los de mayor rango y se hiciesen cargo de mi sentencia pero al parecer nosotros dos estamos destinados a estar juntos, ¿no te parece?
_ ¡No digas tonterías!, además deberías largarte, aún no se qué haces aquí o a que has venido pero si te encuentran no durarán en encerrarte de nuevo. No tengo tiempo para charlar contigo, tu especie intenta acabar con nosotros y no tenemos mucho tiempo para idear un plan.
---- Llevamos años intentando acabar con vosotros, no me estás diciendo nada nuevo, además por lo que veo tú siempre te las arreglas para vencerlos.
_ Esta vez no es tan fácil, tienen a mi madre y solo la dejarán ir si toman posesión de mi cuerpo, y lo mismo pasa con algunos de los que estamos aquí.
---- ¿Qué, no pensarás aceptar esa estupidez?
_ No nos queda otra, voy hacer todo lo posible para que nadie más salga herido o en el peor de los casos se muera.

EL ENTE QUE VIVE EN MÍ  ( Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora