_ ¿Tú qué crees?, intentar ayudarte a recoger todo este estropicio, ¿ qué ha pasado aquí, has montado una fiesta sin contar conmigo?
_ Deberías irte ahora Beel, no es el mejor momento para ponerme a charlar contigo.
_ ¿Por qué?
Cuando lo volví a mirar a los ojos ya no eran los suyos los que me miraban, al segundo un chico de unos veinte años o puede que menos salía casi desnudo de una de las habitaciones, me saludó con una sonrisa y luego se metió en el baño.
_ ¿Eduardo que está pasando?
Sus ojos volvían a aparecer, se dirigió a la cocina y se bebió un vaso de agua entero, allí también había botellas y restos de comida, en el suelo debajo de la mesa había una pastilla y en la mesa resto de marihuana, me giré violentamente y lo miré.
_ ¿Has vuelto a tomarlas?, me prometiste que no volverías a caer en las drogas, ¡me mentiste! , te desconozco, tienes razón es mejor que me marche.
Cuando me había dado la vuelta una chica de pelo claro y corto que llevaba un tatuaje cubriendo gran parte de uno de sus brazos, con varios piercings en el rostro y con una sábana tapando su medio cuerpo desnudo me miró sorprendida.
_ Yo a ti creo que no te he visto, ¿eres nueva?, solo venía a por café, ¿hay café?
Salí de allí disparada y me paré de nuevo en seco cuando dos chicas se estaban besando en el sofá del salón, miré a Eduardo y él parecía tan sorprendido como yo, no esperé a que me dijese nada y salí de aquel lugar como alma que lleva el diablo y cuando llegué a casa aun estaba en shock. Durante el trayecto mi intruso no dejaba de repetirme que debería tener cuidado con mi amigo, que ya no era el mismo, pero como las otras veces decidí ignorarlo, Eduardo era mi amigo y aunque me había mentido y ahora no parecía él, estaba segura de que no era peligroso.
Al abrir la puerta me encontré a Adam en mi apartamento tomándose una cerveza y viendo la tele con mis dos compañeras de piso y riéndose de algo que habían dicho.
_ ¿Qué ocurre, porque no estás trabajando?
_ Se han roto unas tuberías y tuvimos que llamar para que nos las arreglasen, las sellaron temporalmente pero necesitan hasta mañana para arreglarlo. Fernando llamó a Marcos mientras yo hablaba con el fontanero, por ahora no puede regresar a casa, cuando iban a coger un avión para volver su novia sufrió un accidente y estaba en el hospital, esperan coger un vuelo en cuanto ella se recupere. Mañana pasaré un momento por el bar antes de nuestra cita a ver cómo va el trabajo, espero poder abrir el miércoles, quería pasar esta noche y el día de mañana contigo por eso delegué en Fernando el control del bar, estoy seguro que lo hará bien, necesita algunas responsabilidades para que empiece a espabilar y me eche una mano con el local ahora que a Marcos parece importarle menos su negocio y más otras cosas, ¿y tú dónde estabas?
_ Por ahí.
Me miró atentamente y yo a él, esperaba que no me montase el mismo numerito de la otra vez, nos habíamos ido a mi habitación para hablar más tranquilamente.
_Está bien, no pienso preguntar nada más, confío en ti.
_ Gracias, yo también confío en ti.
Me acerqué a él, sus ojos me miraban profundamente, esperaba que mi ente siguiese allí donde suele ir cuando le pido que me deje en paz, cuando me da mi espacio para ser yo misma. Adam levantó su mano y con sus dedos acarició delicadamente mi mejilla derecha.
_Eres preciosa.
Me susurró acercando su boca a mi oreja, luego su respiración acarició mi cuello y acabó con sus labios posándose en los míos, sus manos atraparon mi cintura para luego llevarme despacio, lentamente al borde de mi cama donde nos sentamos y allí siguió besándome, esta vez fue llenándome de pequeños besos en mi cuello consiguiendo que todo mi cuerpo se estremeciese. Me acostó dejando mi espalda pegada a la cama y él se colocó a mi lado con su boca en mi oreja y una mano subiendo por mi pierna para pasar por debajo de mi falda, apretó un poco más su cuerpo al mío y noté su excitación. De pronto el teléfono sonó y solté un gruñido al darme cuenta que era el mío, estaba segura de que era Eduardo para disculparse por su conducta pero no pensaba cogerlo y menos en esos momentos. Dejó de emitir pitidos cuando Adam empezó a deshacerse de mi ropa para luego tirarla al suelo, yo hacía lo mismo con la suya, el teléfono volvió a sonar y Adam levantó la cabeza para mirarme.
_ ¿Quieres cogerlo?
_ No, no es importante.
Volvió al ataque y esta vez fui yo la que mordió sus labios e introdujo la lengua dentro de su boca al encuentro de la suya, Adam me aplastó con su cuerpo y sus manos acariciaron mi piel. El teléfono volvió a sonar y esta vez me levanté enfada mientras Adam se echaba a un lado y fui en busca de mi móvil para apagarlo. Al mirar la pantalla me sorprendió ver el nombre de la persona que me llamaba, no era Eduardo sino Olga, la novia de mi padre y la madre de mi futura hermanita, ¿por qué me llamaba y además con tanta insistencia? , el teléfono volvió a sonar y miré a Adam.
_ Lo siento Adam tengo que contestar, es Olga, la que fue novia de mi padre.
_ ¿ Beel eres tú?
_ Si, ¿ qué ocurre Olga?, tu voz se escucha un poco extraña.
_ Siento haberte llamado tantas veces, disculpa si te he molestado pero una ambulancia me está llevando al hospital, me parece que este bebé quiere nacer antes de tiempo y estoy un poco asustada.
_ Voy para ahí.
Luego de darme la dirección del hospital cogí mi ropa y volví a vestirme, Adam me miraba un poco decepcionado.
_ Lo siento pero es mi hermana la que está a punto de nacer y tengo que estar allí para ella, espero que todo salga bien, aun le faltaba unas semanas para su nacimiento.
_ ¿Quieres que vaya contigo?
_ No tranquilo, tú quédate aquí, cuando regrese acabaremos lo que hemos empezado, además mañana tenemos una cita y sería bueno empezarla despertando uno al lado del otro, ¿no te parece?
_ Es un buen plan pero quiero pasarme un momento por el bar para saber cómo van las obras.
_ Pues entonces nos vemos luego.
Me despedí de Adam con un beso y con la promesa de que regresaría a por más, agarré el bolso y salí precipitadamente de mi apartamento. Cogí un taxi y llegué en menos de media hora al hospital, tuve que esperar en el pasillo porque Olga aún seguía en la sala de partos y como no era un familiar directo no me dejaron entrar. Media hora más tarde apareció una mujer alta de pelo corto castaño y ojos del mismo color que se sentó a mi lado luego de haber preguntado a una enfermera por Olga.
_ ¿Eres familia de Olga?
_ Soy su amiga, trabajamos juntas.
_ Yo soy Beel, la hermana de la niña que está a punto de nacer.
_ ¿Tú eres la hija de Pablo?, debí imaginármelo, te pareces a él. Siento lo ocurrido, al principio pensé que su relación estaría destinada al fracaso pero cuando vi lo mucho que se querían y la manera que tenía él de mirarla sentí un poco de envidia por mi amiga, yo también quería un amor como aquel.
Sonreía mientras me miraba a los ojos, esperaba que no viese nada raro en ellos y se espantase.
_ La muerte de tu padre ha sido otro duro golpe para ella pero me alegra que una parte de ese gran amor que se han profesado viva en esa niña, ya no estará sola aunque será todo un reto criarla sin nadie a su lado.
_ Eso no es así, le prometí estar ahí cuando me necesitase.
Me sonrió y luego contestó con mucha calma como pensando las palabras que iba a decir.
_ Eso estaría bien, y las promesas deberían cumplirse.
Una enfermera nos avisó que había salido todo bien y que pronto Olga ya estaría en la habitación. Cuando por fin nos dieron permiso para verla se veía cansada pero feliz, un cuarto de hora más tarde trajeron a mi hermana. Era preciosa, una cosita pequeña, hermosa e indefensa, en el momento que la cogí entre mis brazos me puse nerviosa, estaba dormidita y se veía tan frágil que un temblor recorrió todo mi cuerpo mientras una voz en mi interior me hablaba.
---- Se parece un poco a ti, ¿no crees?
La puse de nuevo en el regazo de Olga y me despedí de ellas saliendo casi con urgencia de la habitación, en cuanto me encontré en el exterior del edificio expiré profundamente, el miedo seguía conmigo pero ahora empezaba a calmarme mientras caminaba lentamente alejándome del hospital.
---- ¡Vamos suéltalo!
_ Si ya sabes lo que estoy pensando, ¿por qué quieres que lo repita en voz alta?
Le dije yo a mi intruso interior.
---- Porque en cuanto las saques afuera te sentirás mucho mejor.
Giré de un lado a otro mi cabeza como una niña pequeña negándome a expresar abiertamente mis temores, el silencio por primera vez se me hizo incómodo entre nosotros, necesitaba que contestase a mis preguntas pero me daba miedo las respuestas. Al cabo de unos minutos me senté en un banco, suspiré fuertemente y le pregunté lo que me llevaba rondando en la cabeza desde que había visto a mi hermana por vez primera.
_ ¿Qué tan cerca está de que le pueda pasar lo mismo que a mí?
Después de unos minutos esperando la respuesta de mi intruso por fin se dignaba a responderme.
---- No puedo ver el futuro ¿ qué clase de demonio crees que soy?, pero te diría que puedes estar tranquila por ahora, ningún ente se meterá en ese cuerpecito suyo, no en estos momentos.
_ ¿Y cómo estás seguro de ello?, ¿por qué debería creerte?
---- No tienes por qué creerme si no quieres pero tú me has preguntado, aunque te cueste creerlo no somos tan estúpidos.
_ ¿Qué quieres decir?
---- Un humano demasiado joven es una captura fácil para un cazador y también muy aburrido para un ente.
_ ¿Y qué le ocurrirá en el futuro?
---- Vuestra especie es una presa fácil para nosotros cuando se sienten muy vulnerables, ya te lo había dicho pero no prestas atención y eso empieza a ser molesto, vuestra vulnerabilidad es la mejor ocasión para entrar en vuestro cuerpo, como si dejaseis una puerta abierta para que cualquier intruso se colase en vuestro interior. Si no quieres que nadie ocupe ese cuerpo, tiene que aprender a dejar esa puerta siempre cerrada, enséñale a ser fuerte en vuestro mundo de débiles.
_ ¿Quieres que le enseñe a ser cruel y a ser una persona sin sentimientos?,
---- No has entendido nada, los sentimientos son importantes pero siempre que puedas manejarlos y no dejarte vencer.
_ ¿Ahora me das consejos?, esperaba que me contestases con algo más hiriente.
---- ¿Algo cómo que si alguien consigue entrar en su cuerpo se lo tendrá bien merecido por estúpida y débil?
_ Ahora sí que ya estás siendo el mismo intruso imbécil de siempre, supongo que debería llamar a Olga y disculparme por haberme marchado tan precipitadamente de la habitación.
Cogí un autobús para regresar a casa y la llamé mientras nos dirigíamos a la parada más cercana de mi apartamento. Cuando se abrieron las puertas del ascensor y caminé por el pasillo buscando en el bolso las llaves de mi piso me encontré a Eduardo con la cabeza entre sus manos mirando al techo y sentado a un lado de la puerta de entrada.
_ ¿Qué haces aquí?, ¿sabes la hora que es?
Me miró sorprendido para luego levantarse despacio del suelo.
_ ¿Y tú de dónde vienes a estas horas?, creí que estarías en casa, no quería llamar a la puerta, creo que es demasiado temprano, esperaba que alguien se le ocurriese salir por ella para poder yo entrar, además no estaba muy seguro de si querrías verme.
_ ¿E ibas a esperar detrás de la puerta hasta que yo decidiera perdonarte?
_ He sido un idiota lo sé pero necesito que me perdones, tú eres la única que me conoce bien, la única con la que puedo hablar de todo.
Lo miré, tenía el pelo revuelto, ojeras oscuras y un rostro cansado.
_ ¿Has dormido algo?
_ Lo he intentado.
_ Supongo que tampoco has desayunado aún, venga vamos te invito.
Di media vuelta y me puse a caminar hacia el ascensor, giré mi cabeza cuando no escuché los pasos de Eduardo en el piso, seguía en el mismo lugar que lo encontré.
_ ¿No estaríamos mejor en el apartamento?, además necesito hablar contigo y no me gustaría hacerlo con público.
_ Es demasiado temprano para despertar a mis compañeras de piso, no quiero hacer ruido mientras me muevo por la cocina.
_ Podemos hablar en tu habitación allí estaremos más tranquilos, el desayuno puede esperar.
Esperé un par de minutos antes de contestarle.
_ Hay alguien en mi cama.
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EL ENTE QUE VIVE EN MÍ ( Completa)
ParanormalBeel era una chica aparentemente normal o eso es lo que pensaba, hasta que descubrió que un ente habitaba en su cuerpo. Un ente odioso, manipulador, pretencioso ... y por si eso no era suficiente ahora estaba siendo perseguida por su rastreador.