_ Sigues siendo una incrédula, ¿crees que esos seres dejarían en libertad a un ente que los ha traicionado y que probablemente lo volvería hacer? Ya lo has visto, no son estúpidos, además tu ente no quería seguir viviendo de esa manera y estoy seguro que si alguien sabe cómo matarlos son ellos, eso es algo que no pude sonsacarle a tu ente.
_ ¿Qué pasa contigo, es que no has tenido suficiente que necesitas de nuevo a tu ente dentro de ti?
_ ¡Vete a la mierda!
Después de aquellas palabras salí precipitadamente del lugar, no tenía intención de seguir peleándome con él, además él estaba a medias en lo cierto. No sé que me pasaba con mi ente pero era verdad que a veces lo echaba de menos aunque estaba muy segura que no quería para nada que volviese a poseer mi cuerpo. Además seguía guardándole un poco de rencor, mi amigo había muerto por culpa de esos seres, así que estaba enfrentada entre dos sentimientos, el resentimiento y la añoranza.
Escuché unos pasos apresurados detrás de mí y luego su voz.
_ ¡Espera, detente!
Declan estaba a muy pocos pasos para alcanzarme y yo ya estaba harta de este tira y afloja así que apresuré la marcha, no quería que viese mis ojos humedecidos intentado retener una vez más mis lágrimas. Estaba agotada, este día había sido muy difícil para mí y supongo que también para los demás, así que no pensaba pelearme de nuevo con él, se lo pondría más fácil y me apartaría de su vista. Apresuró su paso hasta que me alcanzó, me agarró por el brazo y me llevó por otro de los pasillos que estaba menos iluminado, yo intentaba forcejear pero era inútil, su fuerza era muy superior a la mía, me pegó a la pared y puso sus dos manos a ambos lados de mi cara.
_ Siento haberme comportado como un gilipollas pero tú siempre sacas mi lado oscuro, me cabrea cuando me llevas la contraría y te expones al peligro, me irrita que seas tan impulsiva, imprudente, tenaz, precipitada, insensata... a veces desearía que te mordieses la lengua, que tuvieses la boquita cerrada y otras me encantaría ser yo quien te la hiciese acallar con mis besos. No sé qué hacer contigo, en serio Beel, en ocasiones quiero gritarte hasta que entres en razón y obedezcas mis órdenes, me preocupa que te ocurra algo... ¿acaso sabes hasta que punto me vuelves loco?, ¿hasta qué punto tengo ganas de ti, de besar tu boca, de acariciarte, de hacerte el amor aquí ahora mismo?
Capté en su mirada ensombrecida algo que se parecía al deseo, su mano acariciaba suavemente mi rostro y antes de que pudiese responderle ya estaban sus labios sobre los míos, cerré mis ojos para saborear aún más las sensaciones totalmente enloquecedoras que Declan despertaba en mí. Su beso era rudo a la vez que tierno, emotivo, feroz y también casi desesperado, me abrazó más fuerte contra su cuerpo y yo me dejé llevar por ese abrazo, luego su mirada se posó en la mía.
_ ¿Aun no tienes ni idea del efecto que tú causas en mí, verdad?
Su rostro se aproximó al mío y nuestras frentes acabaron tocándose, nuestra respiración era agitada, jadeante y está vez con más parsimonia sus labios se acercaron de nuevo a los míos. Era un beso suave, dulce y lleno de promesas, nuestras bocas se separaron en cuanto escuchamos voces en los pasillos, aún así no se alejó de mi lado aunque yo intenté poner distancia entre nosotros antes de que alguien apareciese en nuestro campo de visión, me susurró en mi oreja.
_ No te muevas, tú y yo aun no hemos terminado, de hecho apenas hemos comenzado.
Kiara junto con Fabián y Renato caminaban hacia nosotros, Fabián había girado su cabeza hacia su compañero sonriendo.
_ He ganado la apuesta, al parecer los dos siguen vivos, me debes pasta.
_ Vale, ahora que parece que estamos todos un poco más relajados deberíamos buscar más información sobre estos seres, tal vez tengan guardado en alguna parte de este lugar algo que nos diga como poder destruirlos. Además tendremos que hablarles a los demás de nuestro hallazgo, seguramente no les gustará oír que les han tomado el pelo al igual que a nosotros durante décadas, tú Declan deberías ponerte en contacto con el resto de los rastreadores que andan buscando entes por el territorio y decirles lo que hemos descubierto, tal vez deberían volver para ayudarnos y buscar una solución, estoy seguro que esto no se va a quedar así. Se querrán tomar la revancha y debemos estar preparados para todo lo que nos venga encima.
Renato y Kiara se fueron por el pasillo derecho para llamar a los rastreadores y luego Kiara pondría patas arriba las habitaciones de los cuatro líderes junto con otros compañeros mientras Declan iba a ver a Sandro. Otros dos grupos de tres iban a otras estancias de aquel monasterio para buscar pistas que pudiesen decirnos más sobre los entes. Fabián se había ido al salón grande con otro buscador para hablarles a los que quedaban de todo lo que sabíamos sobre esos seres. Raquel, yo y el chico que había visto con ella la primera vez que nos vimos fuimos a la enorme biblioteca para revisar todos aquellos libros a ver si conseguíamos averiguar alguna cosa. Después de cuatro horas revisando uno por uno un tercio de los libros que se encontraban allí hicimos un descanso, la cabeza empezaba a dolerme y no habíamos encontrado ninguna pista donde hablasen de los entes, me levanté del sofá y me fui de la habitación, sabía que allí no iba a encontrar las respuestas a las preguntas que yo estaba buscando, durante unos minutos mi mente se fue hacia los momentos que había vivido con mi ente, era cierto que había sido odioso, insoportable, desquiciante y que lo único que deseaba era perderlo de vista, pero ahora que lo había conseguido, había momentos que lo echaba en falta y éste era uno de esos momentos. Puede que él supiese donde buscar aunque seguramente me hiciese suplicarle. Suspiré y caminé hacia los aposentos de los líderes, aquellas habitaciones las habían puesto patas arriba pero no encontraron nada, tal vez se les pasó por alto algún detalle, necesitaba comprobar por mí misma que no se les había escapado ningún detalle, estaba desesperada por encontrar alguna información. Fueron muchos días lo que tardamos en buscar y leer todos los libros que había en el lugar y ninguno nos sacó de dudas, seguíamos como al principio. Sabíamos que el tiempo era primordial, cuantos más días nos llevase encontrar lo que con ansias buscábamos más ventaja le dábamos a esos seres para destruirnos. Aquella tarde le daban el alta a Sandro y algunos estaban preparándolo todo para darle la bienvenida, inclusive Raquel que se había ido con Declan a buscarlo. No habíamos tenido tiempo para hablar de lo sucedido en los pasillos del edificio ni del significado de sus palabras, no estaba muy segura de si se había arrepentido de confesarme lo que sentía ya que no me había buscado en los siguientes días, aunque a decir verdad yo tampoco lo había hecho. Mi vida había cambiado tanto en solo unos meses que aun no estaba preparada para comenzar de nuevo, sobre todo mientras toda esta situación no terminase. Hice un repaso de mi vida, el día que conocí a Amelia, la primera vez que mi ente entró en contacto conmigo, el momento en el que conocí a Declan o cuando Eduardo apareció por los pasillos de la universidad gritando mi nombre, todos aquellos días se habían vuelto muy lejanos, y poco habíamos conseguido desde que tuve en mi poder aquellas páginas escritas de Amelia. Recordaba algunas de sus palabras y la manera tan original de exponerlas en el papel, sonreí para mis adentros y luego mis ojos se abrieron de par en par. ¡Lo había olvidado por completo!, la escritora hablaba de que el libro "Primordía Quod" estaba entre las paredes del monasterio, era un edificio muy antiguo al igual que los entes, puede que incluso esos seres llegasen a este lugar cuando se estaba construyendo, para llegar al libro tendríamos que empezar por el principio, saber cuando la orden de los "Venatot-ente" se formó y cuando llegaron a ocupar este edificio. Declan apareció unas horas más tarde acompañado de Sandro, nos levantamos del suelo y caminamos con cuidado entre los planos del edificio que se encontraban esparcidos por todo el lugar. Abracé con cuidado a Sandro y le di la bienvenida mientras Declan observaba con atención todo el caos en el que se había convertido la biblioteca con papeles y libros esparcidos por todas partes. Después de explicarle lo que andábamos buscando hasta Sandro se animó a echarnos una mano aunque tanto Declan como el resto de sus amigos incluida su prima lo obligaron a sentarse y observar lo que hacíamos ya que no estaba totalmente recuperado pero había solicitado el alta voluntaria. Una vez encontrada la fecha en la que se había construido el edificio y las salas que se añadieron a priori buscamos toda la información posible de la orden de los Venatot-ente. Después de corroborar toda la información formamos varios grupos para dirigirnos a las salas donde podía encontrarse el libro que estábamos buscando. Declan, Andrea, yo y dos chicos más nos dirigimos al sótano, a una de las tres salas que allí había y que se utilizaba para almacén. La habitación parecía más pequeña de lo que decía los planos y había varias filas de cajas apiladas unas encimas de otras, empezamos a apartarlas hacia el exterior y en una de las paredes nos encontramos con una pequeña puerta que no mediría más de un metro o metro y poco de altura, era negra y tenía dibujado en su centro una espiral donde sobresalía un rayo dorado, después de romper la cadena que la mantenía cerrada entramos por ella con cierta dificultad, al otro lado se podía ver otra sala, estaba prácticamente vacía a excepción de un baúl bastante grande de color ocre, tuvimos que ingeniárnosla para romper las cadenas que lo cubrían, una vez abierto descubrimos varias telas de colores y debajo de ellas una caja dorada con letras y dibujos grabados en ella en color rojo rubí , también escondido entre más telas había un libro plateado con el dibujo de un rayo dorado envuelto en una espiral negra en la cubierta o la portada, unas letras más abajo en negro nos decía que habíamos encontrado lo que buscábamos, "Primordia-Quod".
_ ¡Lo hemos encontrado!
Unas lágrimas de emoción empezaban a asomarse a mis ojos, llevamos el libro y la caja a la planta principal, nos movimos con rapidez pues todos teníamos ganas de saber lo que aquel libro nos podía contar sobre los entes.
El libro nos decía que los entes eran como una segunda alma de los seres vivientes solo que se diferenciaban de las otras porque éstas con el paso de los tiempos fueron adquiriendo autonomía, evolucionando. Hablaba de que los entes nacieron de la energía, por muy difícil que pareciese o poco creíble decían que se crearon a través de la energía que emite un rayo. Al principio de los siglos solo era simple materia que fluía en el aire y que desaparecía después de unas horas, pero esa materia invisible a los ojos humanos logró evolucionar y moverse por nuestro mundo por un período de tiempo más largo aunque seguía siendo corto para completar su formación. Con el paso de los siglos consiguieron introducirse primero en los seres más vulnerables hasta llegar a ocupar el cuerpo de un humano, fue ahí cuando empezó la verdadera evolución de los entes, cuanto más tiempo estaban en un cuerpo más conocimientos y más fuertes se volvían hasta lograr el control total de la persona poseída. Aprendieron a comunicarse con la persona dominada y también entre ellos, a través del infrasonido consiguieron desarrollar un lenguaje propio.
ESTÁS LEYENDO
EL ENTE QUE VIVE EN MÍ ( Completa)
ParanormalBeel era una chica aparentemente normal o eso es lo que pensaba, hasta que descubrió que un ente habitaba en su cuerpo. Un ente odioso, manipulador, pretencioso ... y por si eso no era suficiente ahora estaba siendo perseguida por su rastreador.