_ Tranquilo, no tienes que hablarme de ello si no quieres Eduardo.
_ Follamos como locos en la ducha y luego cada uno se fue a su casa, los dos siguientes días no fui a clase y tampoco le cogí el teléfono, luego te vi y decidí que tenía que conocerte, intentó hablar en varias ocasiones conmigo y yo rehusé. Estaba convencido de que yo era gay por lo que habíamos hecho en el vestuario, para él aquello lo dejaba bien claro, y aunque yo intentaba negárselo David seguía pensando que yo sentía algo por él, por eso decidió contárselo a sus padres. Su padre es un abogado de mucho prestigio y su madre se presenta a las próximas candidaturas para alcaldesa, su hermano empezó el año pasado en la liga infantil y parece ser que también se va a convertir en otro jugador brillante, imagínate tú como se les quedó la cara cuando su hijo mayor, jugador estrella de baloncesto, ligón y casanova oficial del campus les dice que es gay y que está saliendo conmigo, su padre le pegó tal guantazo que no pudo ir a clase durante días. El lunes pasado su padre se presentó en mi casa antes de que yo saliese para el campus, me amenazó con arruinar mi vida si seguía acosando a su hijo y metiéndole malas ideas en su cabeza. Le dije que yo no tenía nada con su hijo y que el problema lo tenía él, no David, estaba tan cabreado que me golpeó, su hijo que venía a hablar conmigo lo vio y los dos empezaron a enzarzarse en una discusión que acabó con un fuerte golpe de David a su padre. No quise ver más, me largué de allí y los dejé solos, sabía que toda la culpa de aquello la había provocado mi amiga y estaba cabreado. Esperé a que los días borrasen las marcas del incidente con el padre de David, no quería volver a casa y alquilé por unos días una habitación, me emborraché hasta que terminé inconsciente en el suelo del salón. El miércoles cuando llegué a casa David me estaba esperando, llevada días intentando contactar conmigo y viniendo a mi apartamento casi a diario para hablar conmigo, quería dejar los estudios, sus padres le habían cerrado el grifo pero aun así estaba dispuesto a irse de la ciudad, buscaría un trabajo y estudiaría a tiempo parcial, quería que yo me fuese con él. Aquella noche le hablé sobre mi amiga y que era ella la que estaba interesada en él no yo, lo que ocurrió en los baños solo había sido un daño colateral. El jueves cuando te vi en los pasillos de la facultad de verdad que quería hablar contigo pero me había llegado un nuevo mensaje de David, fui hacia los lavados y lo leí, me decía que ahora la vida ya no tenía sentido para él y que me esperaba en el tejado del edificio, el resto ya lo sabes. Eres la primera a quién le cuento todo esto, los policías también creen que toda esta historia tiene que ver con una ruptura amorosa, los padres de David se encargaron de dar carpetazo al asunto y que cerraran el caso rápidamente. Hoy a la mañana su padre vino a verme, quería darme una enorme cantidad de dinero para que me fuese de la ciudad y empezase en otro lugar, si cree que me voy a vender de esa manera está loco.
_ Lo siento, siento todo lo que te está pasando Eduardo.
Me acerqué a él y lo abracé, me apretó tan fuerte contra su pecho que casi me deja sin respiración pero no dije nada, sabía lo mal que lo estaba pasando.
_ ¿Qué pasa con esa chica?, espero que no la vuelvas a ver, es una mala influencia para ti, ¿o me vas a decir a mí que estás enamorada de ella?
_ No, no es eso pero es complicado.
_ ¿Quieres que hable yo con tu amiga?
_ No quiero hablar de ella ahora solo necesito estar así contigo, abrazado a ti.
_ ¿Quieres quedarte esta noche aquí?
_ ¿Me estás pidiendo que duerma contigo?
_ Te estoy ofreciendo un lado de mi cama siempre y cuando no ronques y te sepas comportar, pero también puedes dormir en el sofá, aunque no puedo asegurarte que mi compañera de piso no se tire sobre ti durante la noche.
_ Eso es tentador pero prefiero la cama, nunca he dormido con una chica sin antes haber follado con ella, esta será mi primera vez.
_ ¡Idiota!, venga levanta, vamos a ponernos al día con las clases, el miércoles tenemos un examen, además eso te vendrá bien, así mantendrás la mente ocupada.
Estudiamos un rato, preparamos algo de comer y luego volvimos a estudiar y resolver las dudas que teníamos sobre algunos ejercicios, cuando llegaron mis compañeras de piso estábamos viendo una película de drama y suspense en la tele, ¿cómo si no tuviese suficiente de eso en mi vida? Al día siguiente Eduardo se marchó temprano a su casa, necesitaba ducharse y cambiarse para enfrentarse a la gente del campus. Yo tenía las dos primeras clases libres pero la última coincidía con la suya, cuando salimos de la universidad la gente lo miraba y luego cuchicheaba a nuestro alrededor, cogí su mano entre la mía y caminé a su lado. Aquella tarde tenía que darle clases a mis vecinos, al llegar la madre de los gemelos me estaba esperando, sin mirarme a los ojos me dijo que tanto ella como la vecina ya no necesitaban de mis servicios, sabía que aquello era obra de la bruja de mi vecina de enfrente, si pudiese le arrancaría la cabellera, me dio el dinero y las gracias por haber ayudado a sus hijos, estaba segura de que la habían acosado para que me despidiese, se notaba en su mirada que no era aquello lo que quería. Me fui para el apartamento apenada, ¿qué iba hacer ahora?, aquel dinero me daba para comer, ahora tenía que dejar de hacerlo o buscar otro trabajo. Colgaría varios anuncios ofreciendo mis servicios para dar clases particulares, aunque esta vez me anunciaría un poco más lejos de donde tenía mi apartamento.
---- Bueno, era de esperar.
_ ¿Eso es todo lo que me vas a decir?
---- Esta vez no ha sido por mi culpa, tu compañera es la culpable de tu despido, supongo que esas mujeres tendrán miedo por sus maridos.
_ ¿Qué quieres decir?
---- Tener a unas jovencitas cerca de sus esposos que desprendan tanto vigor puede ser peligroso para un matrimonio.
_ ¿Tú crees?, que vergüenza.
---- ¿Por qué?, son ellas las que no se fían de sus maridos, tú no tienes la culpa, además se han juntado para formar un grupo en contra de las vecinas juguetonas del cuarto C, así que, qué se jodan, no les debes nada.
_ ¿Por qué tienes que ser tan despectivo con la gente?
---- Deberías agradecérmelo, me he puesto de tu parte, hablando de otra cosa, ¿qué tal te fue tu cita con tu amigo el pelirrojo?
_ Se llama Eduardo, y estabas allí aunque no te manifestases, cosa que agradecí pero ya sabes cómo me fue.
---- ¿Has descubierto su secreto?
_ ¿Qué es gay?, no me importa, de hecho en el tiempo en el que corremos aún hay mucha gente que los desprecia, deberían mirar más en su interior, puede que ahí encuentren las respuestas a ese sentimiento negativo y absurdo que tienen hacía el colectivo gay. No entiendo porque se creen mejores o diferentes a ellos, deberían darnos una explicación coherente y no esa mierda de repuestas que nos suelen dar.
----- Muy bien dicho pero él no es gay.
_ ¿Entonces según tú cuál es su secreto?
---- Tendrás que averiguarlo tú, últimamente estás poco acertada, deberías dormir más, tus neuronas empiezan a relajarse demasiado.
_ ¡No pienso entrar en tu juego otra vez así que déjame en paz!
---- Está bien pero mientras lo averiguas yo me voy a divertir.
El miércoles quedamos Eduardo y yo en encontrarnos antes de las clases para entrar juntos, teníamos a primera hora un examen en común, cuando llegué me estaba esperando delante del campus, caminamos uno al lado del otro mientras las miradas de algunos no dejaban de observarnos, mi amigo me sonreía pero lo notaba inquieto. De pronto sin pensarlo, sin pretenderlo lo paré en medio del pasillo y delante de una multitud de estudiantes me puse frente a él, coloqué mis manos en su cintura y lo besé, no reaccionó a mi beso durante unos segundos, cuando lo provoqué besándolo con más efusividad entonces abrió su boca e introdujo su lengua dentro de la mía, mostrándome lo bien que sabía utilizarla, aquel beso provocador se convirtió en un remolino de pasión y si no fuese por el timbre dando comienzo las clases acabaríamos probablemente medio desnudos delante de todos. ¡Ahora sí que les daríamos que hablar a esos cretinos que no dejaban de mirarnos! Nos miramos con incredulidad, ninguno de los dos pensamos que reaccionaríamos así, yo aún no me lo creía, ¡que rayos pasaba conmigo!, ¿cómo había hecho algo así si no me atraía?, solo era un amigo nada más, ¿es que quería fastidiarlo todo igual que lo había hecho con Adam? Entramos y nos centramos en nuestros exámenes, cuando saliese de aquí tendría que aclararlo todo con Eduardo antes de que fuese a mayores, no quería que se creyese lo que no era. ¡Joder!, estás malditas neuronas estaban muy revolucionadas, mi intruso tenía razón, necesitaba una buena dosis de sueño para recuperar el control de mi cuerpo. Después del examen tenía otra clase y hasta la hora del descanso no pude hablar con mi amigo, así que tuve que esperar. Le mandé un mensaje para saber dónde estaba, necesitaba hablar urgentemente con él, quedamos en un lugar lejos de miradas indiscretas, esperaba que no quisiese retomar el beso allí donde lo habíamos dejado. Aún me estaba preguntando por que mi intruso no me había gritado, insultado o provocado por lo que había hecho, estaba intrigada. Cuando llegué al lugar acordado Eduardo ya se encontraba allí, esperaba que no quisiese reanudar el beso de antes porque no tenía intención de hacerlo o eso creía yo, ya no me fiaba de mí misma, me miraba con una sonrisa traviesa pero algo avergonzado, yo por mi parte sentía como mi rostro enrojecía como un tomate maduro.
_ Yo lo siento, yo no lo pensé, no creas que estoy ena..
_ ¿Qué te gusto?, tranquila no lo pienso, si fuese así ya te hubieses abalanzado sobre mí la noche que dormimos juntos, estoy seguro que lo has hecho para fastidiar a todos esos idiotas que nos estaban mirando.
Sonreí, él también lo hacía, ahora me sentía más aliviada, no estaba enamorada de él pero puede que llegara a enamorarme, era un amor de chico.
_ ¿Oye que te parece si pasamos de las dos últimas clases y nos vamos por ahí?
Lo miré dubitativa, juntando las cejas.
_ Tranquila no vamos a ir a tu casa ni a la mía a terminar lo que hemos empezado, está claro que no nos gustamos de esa manera, aunque tengo que decir que ha estado bien, pero te voy a llevar a un sitio donde nos podemos divertir igualmente.
No estaba segura de que aquello era una buena elección, nunca me había saltado una clase y ahora no asistía a dos.
_ Sabes que eres una mala influencia para mí, ¿verdad?, nunca había perdido una clase para irme de juerga.
_ Tú fuiste la que me besaste y casi acabamos por los suelos en aquel pasillo delante de todo el mundo, eres tú la que me está llevando por el mal camino.
Nos reímos y nos metimos en su coche, condujo durante varios kilómetros hasta llegar a un circuito de Karts con una superficie enorme, de ochocientos cincuenta metros de trazado y con más de veinte karts, aunque era una suerte que a aquellas horas del día solo nos encontrásemos nosotros.
_ ¿Qué vamos hacer aquí?
_ Creo que es más que evidente, ¿no?, ¿nunca te has montado en uno de estos aparatos?
_ No, yo no sé conducir un chisme de éstos.
_Pues ésta será tu primera vez y me alegra que sea conmigo, además hasta un niño de tres años puede conducirlo, tranquila.
Me guiñó un ojo y luego se acercó al mostrador, después de hablar con un hombre de unos cuarenta y tantos años nos mandó pasar a la zona donde se encontraban los Karts, una vez elegido el coche que queríamos un tío más joven que el de antes me ayudó a colocarme el casco ya que mi amigo no necesitaba de su ayuda, nos explicó unas instrucciones básicas y antes de que nos pusiéramos en marcha y sin que Eduardo se diese cuenta hablé con el chico para que lo retuviese un poco, necesitaba cogerle ventaja.
_ ¿Estás lista para correr por este circuito?
_ No es justo, tú tienes coche, sabes conducir, me vas a machacar.
_ Prometo ser benevolente.
Me subí a mi Kart y cuando él iba hacer lo mismo con el suyo el chico lo paró, no sé qué le dijo porque desde donde yo me encontraba no podía oírle pero sonreí de oreja a oreja mientras le decía adiós antes de salir disparada por el circuito. Se había subido a otro kart y empezaba a moverse cuando yo estaba a muy pocos metros de mi primera vuelta, en mi tercera vuelta ya me estaba alcanzando y en la cuarta me había adelantado sonriendo mientras pasaba por mi lado, no había sido indulgente para nada, cuando acabé de dar todas mis vueltas por el circuito mi amigo me estaba esperando con una bebida en la mano y sonriendo.
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EL ENTE QUE VIVE EN MÍ ( Completa)
ParanormalBeel era una chica aparentemente normal o eso es lo que pensaba, hasta que descubrió que un ente habitaba en su cuerpo. Un ente odioso, manipulador, pretencioso ... y por si eso no era suficiente ahora estaba siendo perseguida por su rastreador.