capítulo cuarenta y seis

6 2 0
                                    

_ Hola Ana, espero que esa sonrisa y esa ropa sean por Adam.
_ Sí, me ha llamado hace un rato, tiene unas horas libres y quiere que nos veamos.
_ Me alegra que todo esté bien entre vosotros.
_ ¿Y tú cómo lo llevas?
Me encogí de hombros, no quería hablar de ello porque las pesadillas por las noches aún seguían muy presentes y aunque el tiempo seguía para los vivos como me había dicho mi madre no había un día que no echase de menos a mi amigo.
_ No sé si tendrás planes Beel pero nuestra compañera de piso tiene compañía y suele ser bastante ruidosa, tal vez te apetezca venir con nosotros a tomar algo, a Adam le gustaría.
_ Te lo agradezco pero me quedaré en mi cuarto y si vienen de nuevo las vecinas a llamar en nuestra puerta no pienso salir. ¿Uno nuevo?
_ No, parece que con éste piensa ir en serio, es la segunda vez que lo trae, es muy diferente a los chicos con los que suele liarse, musculosos y llenos de tatuajes, Raúl es más bien todo lo contrario, un aspirante a abogado de último año de facultad, serio, reservado y con buenas notas. Probablemente tengas razón y con él puede que le diese un vuelco el corazón.
Nos empezamos a reír y de pronto la puerta de su habitación se abrió dejándonos a la vista el cuerpo casi desnudo de Mar, simplemente con la ropa interior y a su novio detrás de ella llevando como única prenda un pantalón oscuro, los dos se sorprendieron al vernos.
_ Uh, perdón, creí que no había nadie en el apartamento, no os he oído, hacéis muy poco ruido. Raúl y yo íbamos a pedir unas pizzas y comérnosla aquí, ¿vosotras tenéis algún plan?
Cuando le iba a responder la misma imagen que vi en el autobús se sucedió ante mis ojos, el Raúl que parecía inofensivo tenía en su interior a un ente, salió de su cuerpo y me miró con sus ojos oscuros más grandes que los del chico del bus. Empezó a elevarse y moverse por el apartamento, mi primer impulso fue agarrar a Mar de las manos y alejarla de ese chico, ahora mis dos compañeras de apartamento estaban mirándome perplejas detrás de mí. El ente se paró unos segundos y luego se movió rápidamente hacia donde estábamos, cubrí a mis amigas con mis dos brazos y aquella bruma rebotó unos metros hacia atrás cuando tocó mi cuerpo, dejé escapar un pequeño suspiro de alivio, parecía que el tatuaje de protección había funcionado de maravilla, mis amigas se soltaron de mi amarre y me miraron sorprendidas, fue Mar la que primero habló.
_ ¿Qué coño estás haciendo?, te estás comportando otra vez como si estuviese loca.
_ ¿Qué te ocurre Beel?
Miré a mis compañeras un segundo para luego observar a Raúl, estaba inquieto, intranquilo, como si no supiese muy bien que estaba haciendo en el apartamento, no pude responder a las preguntas porque el ente nuevamente había penetrado en el cuerpo del chico de mi amiga. Los ojos que había visto unos segundos antes me miraron a través de la mirada de Raúl y luego su boca se convirtió en una curva irónica.
_ Así que al final encontraste el manuscrito de Amelia y veo que has hecho buen provecho de él, eso no le va a gustar a Jorge, tenía la esperanza de que no lo encontrases nunca. Aquella zorra lo engañó para hacerle hablar, ha sido muy astuta pero tuvo su merecido.
Mar me miró atónita y luego puso sus ojos en su ligue.
_ Espera, ¿ qué está pasando aquí?
El chico dio un paso adelante y yo cogí a mis compañeras y las alejé un poco más de él.
_ Durante días he estado observándote, casi me habías convencido de que no sabías nada, ahora sé buena y dime donde está.
_ ¿Para qué?, ¿ qué importa que yo te entregue el manuscrito si conozco vuestros secretos?
_ Tienes razón, supongo que también debemos deshacernos de ti y puede que de tus amigas igual que hemos hecho con la escritora.
_ Escuchad, salir de aquí en cuanto se mueva.
_ ¿Estás loca o qué?, no vamos a dejarte sola con él.
_ Me quiere a mí no a vosotras, alejaros del apartamento, no quiero que os golpeen como la última vez.
_ Buscar ayuda pero iros enseguida.
_ Tiene razón, en estos momentos quién me interesa es ella pero si os quedáis a su lado más posibilidades tiene de sobrevivir.
_ ¡No le hagáis caso, trata de manipularos!
Raúl se acercó a un pequeño florero que había encima de la estantería y lo golpeó contra la esquina de la pared, se partió en varios trozos, agarró el cristal más grande en su mano.
_ Vamos, dime donde escondes el manuscrito y podremos negociar tu muerte.
Cogí una pequeña lámpara que había a un lado del sofá y la levanté delante de mí.
_ ¿Crees que podrás golpearme con eso?, mejor te valdría ir a la cocina a por uno de los cuchillos que tienes allí, venga chicas no seáis tímidas, os dejo que vayáis a por él, ¿dime Beel te crees capaz de acuchillar a este pobre chico?
_ Sé lo que estás pensando, por alguna extraña razón te leo claramente, quieres agarrar a una de ellas para tener ventaja sobre mí, crees que así te diré dónde escondí el manuscrito, pues que sepas que no pienso permitirlo.
_ Tienes razón, tenía que haberme anticipado a ti y no soltar a tu amiga de mi lado, ahora te tendría en mi poder, pero esto acaba de empezar así que jugaremos un poquito antes de que acabe con vosotras.
Corrió en nuestra dirección y yo solo pude golpearle en un costado antes de que se cayese al suelo pegando un aullido de dolor.
_ ¡Iros ahora!
_ Pero...
_ ¡Ya!
Salieron precipitadamente por la puerta, Mar había cogido una pequeña manta en el sofá para cubrir su desnudez y antes de que la cerrase Raúl ya se había levantado y me volvía a sonreír de manera sarcástica, en ese momento y aunque pareciese algo loco echaba de menos a mi ente. Los pies del chico se movían lentamente hacia la izquierda mientras yo lo hacía a la derecha, pegó un gran salto y cayó en el sofá, empecé a alejarme de allí pero me cogió una pierna haciéndome caer y soltando la lámpara de mi mano, me golpeé la espalda contra la pequeña mesa que teníamos allí, empezó a arrastrarme hacia él así que puse todas mis fuerza en mi pierna libre y le golpeé en la entrepierna, pegó otro grito de dolor antes de clavarme el trozo de cristal en la pierna, el dolor fue intenso pero logré golpearle la cara, me soltó y me arrastré por el suelo para alejarme lo más posible de él, solo tuvo que dar dos saltos para subirse encima de mí, colocó mis manos detrás de mi espalda mientras que con sus piernas intentaba ejercer toda la presión posible para que no me moviese, luego sus dos manos fueron a parar a mi cuello mientras apretaba fuertemente, el aire empezaba a faltarme y mis ojos dejaban de ver, sabía que la hora de mi muerte estaba muy cerca, un par de lágrimas salieron a flote, todo lo que había hecho la escritora para que yo obtuviese el manuscrito iba a ser en vano, con mi muerte los secretos de los entes seguirían siendo eso, nadie sabría la verdad. Estaba a punto de perder el conocimiento cuando la presión en mi garganta desapareció y yo empecé a recuperar de nuevo el aire, necesité unos segundos para llenar mis pulmones, mis amigas estaban a mi lado preocupadas, alcé la vista y vi a Adam golpeando a aquel chico, menos mal que esta vez mi compañera de apartamento había elegido un chico delgado y con poca musculatura o puede que ahora mi vida estuviese acabada, me levanté y pegué un grito cuando sentí un fuerte dolor en la pierna.
_ ¡Joder Beel estás sangrando!
_ Estoy bien tranquila.
Estaba sangrando demasiado y el dolor me impedía andar, Adam seguía golpeándolo, el chico ya no se defendía.
_ ¡Adam para, lo vas a matar!
Miré con ojos suplicantes a Ana para que impidiese que su novio siguiese golpeando a aquel chico, al fin y al cabo Raúl era una simple marioneta, un cuerpo que usar, las imágenes de Eduardo volvieron a mi memoria. La sangre seguía manchando el suelo mientras me arrastraba hasta el cuerpo del chico magullado, había perdido la consciencia pero estaba vivo, suspiré.
_ ¡Por qué sientes pena por él, casi acaba con tu vida!
_ ¡Y tú en la cárcel si llegas a terminar con la suya!, ¡mierda nada de esto tenía que haber sucedido si yo me hubiese alejado de vosotras!, ahora soy un peligro para mis amigos.
_ ¿Qué mierda estás diciendo?, va a ser mejor que te expliques antes de que llegue la policía, ¿por qué el chico de Mar te quería ver muerta?, ¿de qué te conoce?, ¿ qué escondes Beel, en que cojones estás metida?
_ No es nada, solo intentaba robarme y eso es lo que le vamos a decir a la policía, que tu novio quiso robarnos y cuando lo descubrimos, vosotros pudisteis huir pero a mí me golpeó, ¿de acuerdo?, luego hablaremos de lo ocurrido. Unos minutos después apareció la policía, en un mes habían tenido que venir al apartamento varias veces por ataques similares, estaba segura que empezaban a sospechar de nosotros y de que teníamos una supuesta vida clandestina. Yo tuve que ir al hospital, por suerte no dañó ninguna zona importante de mi pierna, tuvieron que administrarme un antibiótico y darme bastantes puntos. Tres horas después pude irme a casa junto con mis amigas y Adam que había pedido permiso en el trabajo, menos mal que les había convencido para que no llamasen a mi madre. Cuando llegamos al apartamento lo primero que hice fue ir a mi habitación, comprobé que todo estuviese en su sitio luego me senté en el sofá ya que mis amigos esperaban una explicación de todo lo ocurrido. Les expliqué lo mejor que pude y sin entrar en muchos detalles que aquel chico estaba poseído por una presencia maligna al igual que estuvo Eduardo y que querían hacerse con unos escritos que me había confiado Amelia Louzagar, una escritora que se había muerto hace poco, por supuesto no me creyeron y empezaban a creerse que estaba un poco loca.
_ Adam, tú me crees ¿verdad?, acuérdate cuando descubriste en mí unos ojos que no eran los míos.
Ana y Mar lo observaron atentamente.
_ Entiende que esto es muy difícil de creer, además hace mucho de ello, si quieres que te crean muéstrales lo que yo vi.
_ No puedo, él se ha ido.
Mar se levantó y nos miró a los tres terminando por posar su mirada en mí.

EL ENTE QUE VIVE EN MÍ  ( Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora