capítulo cincuenta y uno

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Iba a decirle que sentía mucho haberlos juzgado mal pero no me doy tiempo a abrir la boca, a unos metros delante de nosotros Declan y Sandro nos esperaban impacientes, subieron al coche y continuamos el camino en silencio.
_ Necesitamos descansar y coger energías antes de seguir nuestro camino, pararemos en un motel que hay cerca de aquí, eso nos dará tiempo para pensar las cosas y que hacer a partir de ahora.
Sandro era el que había hablado y todos estaban de acuerdo, varios ojos miraron en mi dirección, supongo que esperaban alguna queja por mi parte, pero después de las palabras de Kiara no tenía nada que decir. Después de alquilar varias habitaciones y comprar comida nos juntamos en una de ellas para mostrarles toda la información que tenía de los entes, luego de que Kiara y yo colocáramos los bocadillos y las bebidas en la mesa esperamos por el resto del grupo a que apareciese, mientras tanto le hablé un poco de Amelia. Cuando entraron por la puerta venían cargados con varios paquetes, Sandro me entregó uno.
_ Es un móvil nuevo, por si necesitas comunicarte con alguno de nosotros en caso de que nos separemos, tienes nuestros números en él, están en clave, también lo hemos configurado para que nadie pueda rastrear tu llamada, intenta no hablar con tus amigos o familiares y decirles donde te encuentras, en el caso de que no nos hagas caso por lo menos haz que la llamada sea corta, no me gustaría que nos pusieses a todos en peligro. Quería preguntarles como habían pagado todo aquello, ¿es que los rastreadores ganaban mucho dinero?, pero decidí que mejor sería permanecer callada.
_ Gracias.
_ Y ahora vamos a ver esa información que tienes sobre nuestros amiguitos.
Le enseñé todo lo que había obtenido de ellos, a medida que iban conociendo más datos más aturdidos, más sorpresivos se mostraban, Declan se había levantado dos veces del suelo para luego caminar por la habitación con cierta irritación, sus manos masajeaban su cabeza continuamente.
_ Si todo esto es cierto llevamos mucho tiempo perdiendo el tiempo, han jugado con nosotros desde el principio.
_ Cálmate Declan, no consigues nada cabreándote, tenemos que pensar con claridad y ver qué podemos hacer, yo también estoy que echo humo, ¿cuánto tiempo creéis que llevan haciéndonos esto, años, siglos?,
Fabián que había estado todo el rato en silencio cogió uno de los dibujos que mostraba el símbolo de las tres supremacías y habló.
_ Por lo de pronto tendremos que tatuarnos antes que nada símbolos de protección y éste, eso nos ayudará a reconocerlos. Lo que no puedo entender es como Beel podía ver a los otros entes en los rastreadores y monjes y nosotros no. Se supone que estamos entrenados para reconocerlos, de hecho cuando salíamos a cazar no teníamos muchos problemas para dar con ellos, ¿ cómo pudieron pasar desapercibidos delante de nuestros ojos?
_ Tal vez lograsen hacer algún tipo de ritual o magia dentro del edificio para que no pudiésemos detectarlos.
_ Kiara la magia no existe.
_ ¿Y tú qué sabes Sandro?, tampoco deberían existir esos seres y en cambio ahí están.
Mientras discutían sobre el problema de los entes yo me levanté y cogí el móvil, Declan dejó uno de los dibujos en la mesa antes de dirigirse a mí.
_ ¿Qué haces?
Me gustaría hablar con mi familia y mis amigos, seguramente estarán preocupados, llevo días sin dar ninguna señal de mi vida y si la policía ha ido a mi apartamento seguro que ellos ya están enteraros, necesito decirles que estoy bien, no quiero que la policía siga buscándome y acabe por encontrarme con vosotros cuatro, ¿ qué explicación les voy a dar?
_ Déjala Declan, tiene razón, de todas maneras no hables mucho y no digas con quien ni donde estamos, no des muchos detalles.
_ Entendido.
Salí por la puerta y me acerqué al aparcamiento que estaba a pocos metros de nuestras habitaciones, mientras marcaba el número mis nervios empezaba a salir a flote, ¿ qué les iba a contar?, un diga se escuchó al otro lado del teléfono.
_ ¿Adam?
Unos segundos de silencio antes de que se escuchase de nuevo su voz.
_ ¿Beel eres tú?, ¿ dónde diablos te has metido?, ¿ qué ha pasado?, ¿estás bien?, ¿ dónde estás?
_ Tranquilo Adam, no puedo hablar mucho tiempo contigo, me gustaría contártelo todo pero por ahora no puedo, quiero que sepas que estoy bien, ¿ cómo estáis todos por ahí?, ¿ qué tal mi madre, Olga y los demás?
_ ¿Cómo crees que estamos por aquí?, preocupados por ti, por si no lo sabías aún tú nos importas mucho ¿sabes?
_ Lo siento Adam, no quería preocuparos, os lo compensaré pero por ahora no puedo regresar a casa, estoy bien te lo prometo pero necesito que les digas a todos que estoy bien y que pronto estaré con vosotros.
Al girarme hacia el apartamento me encontré con Declan a unos pocos pasos delante de mí, ¡si ni siquiera lo había visto aproximarse!, me molestó que estuviese escuchando mi conversación y me giré de nuevo perdiéndolo de vista.
_ Adam ahora tengo que colgar, te prometo llamarte otro día.
_ ¡No espera!, necesito saber dónde estás, todos aquí te echamos de menos, regresa.
Volví a girarme, Declan seguía en la misma posición.
_ Por supuesto que regresaré solo necesito tiempo, yo también os echo de menos.
Colgué para luego hacerle frente a Declan, ¿por qué estaba aquí?, ¿acaso necesitaba controlarme por si metía de nuevo la pata?, metió las manos en el bolsillo e intentó hablar con tranquilidad, mientras daba un nuevo paso hacia mí.
_ Pensé que hablarías con tu madre pero supongo que tenía que haberme imaginado que sería con tu amigo el barman con el primero que hablarías, ¿has vuelto con él?
_ No es mi amigo el barman, es Adam, y a ti no te importa si estamos juntos o no, ¿te pregunto yo a ti por tu relación con Kiara y lo que haces en su habitación?
Me cogió por un brazo y me llevó hasta la parte de atrás del aparcamiento lejos de las miradas de sus amigos, cuando me soltó yo me eché hacia atrás quedando así atrapada entre la pared y el cuerpo de Declan, se acercó un poco más a mí y sus manos se apoyaron en el muro, a ambos lados de mi rostro, luego sus ojos me miraron intensamente.
_ Claro que me has preguntado, solo que en un lugar poco apropiado, un ascensor no es sitio para hacer preguntas a las que esperas que te respondan, corres el riego de que las puertas se abran antes de tiempo. Y contestando a tu pregunta, no tengo nada con Kiara, no te voy a negar que hace años tuvimos un lio pero eso es agua pasada, ella sabe que estoy interesado en otra persona, una terca, insolente, osada, a la que le cuesta mantenerse al margen del peligro y que me lo está poniendo difícil para intentar acercarme de nuevo a ella, echo de menos sus besos, sus abrazos, su ternura.
A medida que hablaba su boca se acercaba a la mía, yo también lo echaba de menos pero de ninguna de las maneras se lo iba a decir, su boca atrapó la mía y su cuerpo se pegó a mi cuerpo con fuerza, como si tuviese miedo de que fuese a huir, su lengua terminó por enredarse con la mía y mis manos parecían tener vida propia, yo buscaba la suave piel por debajo de su camiseta, acariciaba su pecho mientras sus músculos se tensaban bajo ese simple contacto, él bajó sus manos hacia mi cintura y me acercó aun más si cabe a su cuerpo, estaba segura de que si no detenía eso iba a perder el control total de mí misma, su olor, su potente fuerza, sus maravillosas caricias... sentía que nuevamente había recuperado al Declan que tanto necesitaba. La voz de una mujer hizo que me apartase un poco de él, sus labios se despegaron de los míos y me miró intensamente, de nuevo se escuchó la misma voz llamando por Declan, era Kiara, lo empujé alejándolo de mí y empecé a caminar con prisas hacia el apartamento, allí en el aparcamiento su amiga giró el rostro hacia mí, luego apartó su mirada y yo seguí caminando hasta el apartamento, cuando llegué a la puerta me giré y la vi hablando con el chico que unos segundos antes yo había besado. Los dos amigos de Declan levantaron los rostros cuando di un fuerte portazo.
_ ¿Qué pasa Beel, te has vuelto a pelear con Declan?
_ ¿Habéis descubierto algo más?
_ No, pero Declan, yo y Kiara vamos a la ciudad, estuvimos buscando en internet y hay un par de estudios de tatuajes, vamos a ver si averiguamos algo más sobre el símbolo de las tres supremacías y compraremos lo necesario para que Kiara nos lo tatúe, ella es muy buena dibujando, mientras tú y Fabián os quedareis aquí buscando más información en internet.
_ ¿Por qué no puedo ir yo con vosotros, tenéis miedo a que os meta en un nuevo lio?
_ Supongo que podías hacerlo perfectamente pero no es eso, estamos aún cerca de tu ciudad, cualquiera puede reconocerte, vamos a evitar que eso ocurra, respiraré un poco más tranquilo cuando estemos lejos de aquí, no quiero enfrentarme nuevamente a una masa de entes cabreados.
_ ¡Pero fui yo la que os dio toda la información que tenéis en vuestras manos!, ¡deberíais dejar que os ayude en vez de esconderme en una habitación con un niñero vigilándome constantemente!
_ ¡Ey!
_ Lo siento Fabián pero es como me siento en estos momentos, como una completa inútil.
_ Es cierto que nos has dado información valiosa y que ahora eres una parte importante en este grupo pero también es cierto que tú sigues siendo la persona que más ha cabreado a los entes y que ahora estás como número uno en su lista.
_ Ya, y por eso ahora me tratáis como si fuese de porcelana, creo que he demostrado que puedo enfrentarme a ellos.
_ Sé que intentas comportarte como una chica dura pero necesitas aprender a luchar.
Escuchamos la puerta abrirse de nuevo, Kiara y Declan hacían su aparición tras ella, yo bajé de nuevo mis ojos a Sandro.
_ Escucha ahora te quedarás aquí con Fabián y te prometo que luego te enseñaré a pelear, aprenderás a golpear a tus semejantes y a cazar a los entes, cuando nos enfrentemos nuevamente a ellos serás una auténtica cazadora de entes.
Luego de aquellas palabras se levantó y se acercó a sus dos amigos, yo había mirado brevemente a Declan y después me acerqué a Fabián, sentía su mirada en mí, a pesar de haberlo ignorado desde su entrada al apartamento él no dejaba de observarme. Una vez que se fueron nos pusimos a buscar información en las redes sociales, media hora más tarde empezaba a hacer frio en la habitación, al abrir la mochila para coger mi chaqueta vi la foto de Eduardo, ¡me hubiese tanto que estuviese aquí, me hacía tanta falta!, recordé sus últimas palabras, abrí uno de los bolsillos laterales de la mochila y saqué la pulsera que le había comprado para su madre con un símbolo de protección, esperaba que pudiese ponerla. Pronto nos iríamos de aquí y no estaba segura de lo que me depararía el futuro, puede que no volviese a ver nunca más a mis amigos, mi familia... Cogí el móvil y le dije a Fabián que tenía que salir que no tardaría mucho.
_ ¿A dónde crees que vas?
_ Yo no tardaré mucho, además no está lejos de aquí, necesito ver a alguien antes de que nos marchemos.
_ De eso nada señorita, no puedo dejarte ir, si se enteran los demás me la voy a cargar.
_ Lo siento pero soy mayor de edad y tengo derecho a hacer lo que se me dé la gana sin pediros permiso.
Salí de la habitación cerrando la puerta con brusquedad, ¿quién se creían ellos que eran, mis dueños?, escuché abrirse de nuevo la puerta y Fabián salía con la cazadora a medio poner y con cara de cabreo.
_ Declan me va a matar y luego te matará a ti.
_ Puedes decirle que no tenías opción.
_ Claro que la tengo, podía atarte hasta que ellos llegasen y se hiciesen cargo de ti.
_ Me escaparía en cuanto tuviese ocasión.
_ Sí pero ya no serías problema mío.

EL ENTE QUE VIVE EN MÍ  ( Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora