IV. La igualdad entre masa inercial y masa gravitatoria

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Casi reprueba su examen parcial.

Es obvio. No es que Taehyung fuera un cerebrito para las ciencias; después de todo, había una razón por la que estudiaba literatura inglesa. Sus habilidades tenían que ver con cosas como la metáfora y la ironía dramática, no con partículas y dualidad de ondas. Podía citarte unas cincuenta piezas de poesía que describían la forma en que el planeta se unía bajo la luz de la luna, pero Browning no era Planck, y cuando se enfrentaba a las inevitables preguntas para las que no sabía las respuestas, Taehyung entraba en pánico.

Escribió lo que sabía.

Y lo que sabía no estaba bien.

Lo que sabía era Cumbres Borrascosas y Grandes Esperanzas, y esos fragmentos simplemente daban a entender: "No tengo ni idea de lo que estoy haciendo, aparte de rellenar espacios en blanco".

No ayudó que Taehyung apenas se molestara en tomar notas en clase. Le encantaba la forma en que el señor Kim hablaba de la energía, le encantaba la energía que desprendía, pero la física seguía siendo física. El movimiento, las ondas y las partículas, y el modo en que el señor Kim se quedaba sin aliento cuando se explayaba hablando sobre las teorías. Sin aliento y haciendo ruidos provocadores que solo hacían que la mente de Taehyung vagara a otra cosa; el borde de la madera del escritorio deslizándose contra su espalda mientras embestía al señor Kim, la energía en movimiento en...

Definitivamente falló ese examen.

"¡Realmente me gustó esto! No tiene nada que ver, ¡pero me ha gustado! :)" decía la nota en la parte superior del examen. "Ven a verme, ¿ok? ¡Compraré hamburguesas! >u<"

Taehyung se sentó en su pupitre durante un largo rato y lo miró fijamente.

¿Lo ha hecho mal, pero aún así ha aprobado?

No tiene sentido.

Muy... raro, ¿verdad? Pero no es como si...

Dios, incluso las caritas sonrientes garabateadas del señor Kim hacían que su corazón palpitara de forma irregular.

Taehyung guardó el examen en su mochila y trató de decirle al órgano que funcionaba mal que se comportara, pero la verdad detrás de su accionar se hizo rápidamente evidente: en todo el tiempo que Taehyung había estado en la clase del señor Kim, ni una sola vez había necesitado mirar a su profesor a los ojos, y mucho menos hablar con él. Y de repente, eso parecía muy importante. Muy relevante.

Taehyung solía desear ser invisible. A veces juraba que incluso eso ya era un hecho. Aquel día, lo deseó de nuevo, incluso cuando identificó el enfermizo tirón de alegría que le revolvió el estómago.

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