CXLII. La presencia de un campo gravitatorio

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—Vamos por un café —dijo Namjoon, con las manos metidas en los bolsillos del abrigo. Sonrió educadamente a Taehyung —¿Vienen?

—Eres el mejor amigo del mundo —le dijo Taehyung, estrechándolo en un abrazo —Tú y, y la forma en que acabas de encantar a sus mejores amigos, ¿tengo que preocuparme de que vuelvas a casa? ¿Tengo que defender tu inocencia? —el estómago se le revolvió de emociones.

SeokJin balbuceó a su lado.

—¡No van a llevarlo a la cama!.

Namjoon hizo un ruido avergonzado, perdido en el hombro de Taehyung.

—No es así, Taehyung. Yo soy muy... no, bueno...

—Lo sé, lo sé, pero...

—¡Eh! —animó Kai, junto al taxi. —¿Vienes con nosotros o no?

—No —dijo SeokJin —volvemos a mi casa. Son unos ñoños totales.

—Gracias —respiró Taehyung al oído de Namjoon. Lo sintió sonreír, y finalmente lo soltó.

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