Relatividad General

LVII. Relojes de construcción idéntica

Fiel a su costumbre, Taehyung se presentó en el apartamento del Sr. Kim cinco minutos antes de las seis. Comprobó su reloj, llamó a la puerta y esperó fervientemente que la noche no fuera un completo desastre. ¿No hubo una vez en la que no hizo cosas realmente estúpidas e imprudentes como ésta?

Ah, sí. Antes de que tomara Física Cuántica.

La ciencia le había fallado.

Antes de que pudiera seguir pensando en eso, la puerta se abrió y Kai aplaudió -literalmente aplaudió, de la manera en que la gente sólo lo hacía con los desfiles y los goles. Arrastró a Taehyung hacia el interior por el brazo, y la mayor parte de lo que dijo inicialmente se quedó en el pasillo, pero Taehyung empezó a captar algo de lo que dijo.

—...muy largo, ¡así que es bueno que estés aquí tan rápido! Me alegré mucho cuando SeokJin dijo que te había invitado, ¿sabes? ¡Guau, te ves bien, Taehyung! Te gusta el rojo, ¿no?

Taehyung miró su camisa, sintiéndose vagamente avergonzado aunque no sabía por qué. Supuso que una camisa bonita y unos jeans no podían ir mal, ya que la definición de "elegante" del Sr. Kim solía significar cualquier cosa mejor que el McDonalds. —Supongo. Me gustan los colores del otoño.

—¡A mí también! ¡ChanYeol, Taehyung está aquí!

Y allí estaba ChanYeol, organizando cuidadosamente el desorden de apuntes garabateados y calculadoras bien usadas (con las tapas de las pilas pegadas y sin las teclas de los números) que estaban repartidos por la mesa de la cocina del señor Kim. Les miró cuando entraron, con una leve curiosidad como única emoción evidente en su boca recta y sus ojos sencillos. Sin embargo, fue suficiente para que Taehyung se relajara.

—Lo siento —dijo —He interferido con su salida en grupo.

ChanYeol no lo negó, pero al rodear la mesa y llegar hasta él, tomó la mano de Taehyung para estrecharla. 

—Me gustaron las recomendaciones de libros que me diste la última vez —dijo. Sonaba como un código para: Está bien.

Taehyung sonrió.

—SeokJin está en la ducha —dijo Kai, algo triste —porque intenté ponerle un poco de mi colonia y derramé el frasco —Y añadió, justo por encima del suspiro de ChanYeol: —Desde que se graduó, es más difícil que nunca mantenerlo a la moda.