CXXXI. Este sistema "infinitamente denso"

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Dos horas más tarde, se sentía devastado por su propia estupidez.

¿Por qué nunca puedes expresar cómo te sientes? se preguntó Taehyung, frotándose el persistente dolor en el pecho mientras subía a duras penas por la acera hasta el complejo de apartamentos de SeokJin. Estaba oscureciendo y el cielo que los mantenía unidos de tantas maneras llevaba la tenue esencia del color rosa de un sol que se desvanecía a regañadientes. ¿No puedes -por una vez- no pensar demasiado y arruinar las cosas que estás tan desesperado por proteger?

Cuando SeokJin abrió la puerta, Taehyung se sintió mil veces peor.

—No puedo hacer nada ahí —dijo SeokJin, titubeando. Sus ojos enrojecidos brillaban contra su piel; había estado llorando, un poco, y Taehyung pudo notarlo —Quiero decir, no puedo... Tenía tantas ganas de ir a tu dormitorio y averiguar qué mierda estaba pasando, pero entonces estaríamos todos jodidos, ¿no? Debo haberme sentado afuera por...

—Necesito que tengas más cuidado —interrumpió Taehyung. Leyó la expresión de la cara de SeokJin y añadió: —Porque no quiero perderte por un estúpido error, ¿okay? Tal vez parezca ridícula la clase de cosas por las que me estreso. Pero todo es porque no quiero que nos descubran y lo estropeen todo para nosotros, no es como...

—Tienes que decirme ese tipo de cosas. Tienes que decirme qué te pone nervioso.

—Lo sé. Lo sé, lo sé, y Dios —se cubrió la cara —hoy he perdido completamente la cabeza por una estupidez. Lo sé. Pero yo... realmente...

Quería decirlo. No lo hizo.

—¿Quieres entrar? —preguntó SeokJin, en voz baja.

Lo hizo.

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