Relatividad General

CXXXVI. Son iguales por propia voluntad

—Este artículo es impresionante —dijo SeokJin.

Taehyung dejó caer una taza de café frente a él sobre la mesita, siguiendo brevemente el brillo de las páginas de la revista mientras pasaban bajo los dedos de SeokJin. Se dejó hundir en los cojines del sofá y metió los pies en el bolsillo de la esquina.

—¿De qué trata?

—El mecanismo de Anticitera. Es un ordenador mecánico analógico super antiguo, ¿verdad? Cada vez que introducías una fecha, no importaba lo lejana que fuera en el futuro o en el pasado, podía calcular la posición del sol, la luna y algunos planetas... —SeokJin se apretó contra él, empujando su muslo contra el de Taehyung —E introducía las fechas con una manivela. Es como muy antiguo.

—Vaya. Increíble.

—¿No te parece increíble? Incluso hace miles de años, rastreábamos las estrellas con trozos de roca.

—Creo que tenías razón, deberíamos decírselo a ChanYeol y Kai.

—¿Eh? —la nariz de SeokJin se torció en señal de confusión.

Sin poder evitarlo, Taehyung enmarcó el rostro de SeokJin con la palma de la mano y lo besó, profundo, persuasivo, sincero. Su corazón latía con fuerza ante la facilidad con la que SeokJin le dejaba entrar a su boca, la impaciencia de su respuesta y, cuando por fin se separaron, el suave tirón de la respiración compartida entre ellos.

—Yo creo... —murmuró Taehyung contra sus labios, —que deberíamos contárselo a tus amigos. Sobre lo que somos.

—¿Qué somos?

—¿Qué quieres que seamos? —preguntó, pero no tenía miedo.

Como respuesta, SeokJin apretó el collar que llevaba en la clavícula y esbozó una sonrisa insegura.

—Vas a ir al norte a estudiar un posgrado, ¿no?

—Sí. Si me aceptan.

—Los boletos de avión sólo cuestan un par de cientos de dólares, incluso en temporada alta, y tengo vacaciones y veranos libres, así que...

—Has estado investigando —dijo Taehyung con asombro.

La incertidumbre de SeokJin se disipó. Sonrió.

—Sí, lo he hecho.