CXXV. Las magnitudes g11, g12 y g22

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La vida cambiaba día a día.

Después de las clases, Taehyung no pasaba tanto tiempo encerrado en los rincones de la biblioteca, leyendo libros y perdiéndose en su brillantez técnica. La mayoría de las veces iba al apartamento de SeokJin y veían películas, charlaban, preparaban las agendas de los clubes de astronomía, se besaban en la cocina (apoyados contra la nevera, con los imanes deslizándose bajo sus omóplatos). A veces iban a los arcades o a un restaurante con pésima comida china. Otras veces, SeokJin tenía trabajos que corregir (incluidos los de Taehyung) y se apoyaba en él para leer en voz alta.

Se acostumbró a decir SeokJin. 

Su entonación, la inusual transición de abultar los labios para hacer el ruido "ok". Entre las horas que pasaban juntos, el mundo estaba lleno de cosas ordinarias. Pero estar con SeokJin era absorbente, como estar en otro universo. Taehyung se hundió y se ahogó en él.

No podía dejar de tocarlo. Ahora que estaba en su derecho, Taehyung se sentía como un hombre apremiado; apenas recordaba la época en que todo lo que hacía era mirar, imaginar, y suspirar. No ayudaba que SeokJin fuera una persona táctil, que siempre envolvía a Taehyung y lo asfixiaba sin razón. Así que Taehyung se lo tomó como una señal de que podía hacerlo. Puso las manos donde quiso. Se deleitó en ello hasta que SeokJin le dio un codazo con una sonrisa:

—Veo lo que estás haciendo.

Había lunares agrupados como un alfiletero en la cadera de SeokJin. Su vientre era más regordete de lo que parecía. Sus pezones eran algo lisos, sin mucho color, pero había un rastro de vello casi imperceptible que iba más allá de lo que Taehyung se atrevía a explorar por su abdomen. Cuando Taehyung le tocó los pies, graznó y los atrajo hacia su cuerpo (tenía cosquillas, a veces en el peor de los sentidos).

A SeokJin no parecía importarle que Taehyung lo tocara demasiado tiempo o lo observara con demasiada atención. Aceptó los cambios como si no le afectaran, con la única excepción de la forma en que se detenía antes de tocar a Taehyung. Seguía dejando que Taehyung llevara el mando. Porque era seguro. Porque no se sentiría como una mala persona.

Taehyung esperó que eso desapareciera, pero no lo hizo.

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