CXIV. La construcción de plazas debe necesariamente entrar en desorden

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—Deberías decirme algo que sea único en ti.

El señor Kim frunció el ceño, perplejo.

—¿Qué clase de algo?

—No lo sé —Taehyung le devolvió el gesto —Algo que crees que no sepa alguien más.

—Como cereales a las dos de la mañana, solo a esa hora.

—No es exactamente lo que estaba pensando, pero... —Taehyung tuvo que reprimir su sonrisa.

—¿Qué tal si me dices algo que es único para ti?

—Quiero comer Captain Crunch contigo a las dos de la mañana.

—Eso no tiene que ver contigo —dijo el Sr. Kim, con cierta sensatez. Le pasó a Taehyung la botella de ketchup sin que se lo pidiera, lo cual estaba bien, porque Taehyung necesitaba algo con lo que empapar sus papas fritas —En realidad es Smacks. Para futuras referencias.

—Eso no fue un no.

No había forma de describir cómo lo miró el señor Kim, pero Taehyung no iba a olvidarlo. Se mantuvo quieto por ahora; no se sabía qué iba a iniciar un choque y qué iba a obstruir el avance. Tampoco le gustaban especialmente los Smacks.

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