XCIII. Espacio vacío apartado de las estrellas y otras masas apreciables

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—A veces —dijo el señor Kim, sin mirarle —ni siquiera me gustan los telescopios.

Taehyung se agachó y empezó a plegar uno.

—Es que hay algo en ellos. Son como un escudo entre tú y lo que estás viendo. Como si hubiera una barrera invisible diseñada para acercarte, pero en realidad te sientes más lejos que nunca.

El Sr. Kim hizo una pausa. Taehyung oyó el susurro de la hierba mientras doblaba las piernas y se sentaba, pesado, en el suelo. —No es como mirar al cielo. Me siento muy cerca del universo aquí y ahora, así. Como si me envolviera y tratara de tirar de mí hacia lo que me espera.

No era justo que su corazón aún pudiera conmoverse tanto, tan profundamente. Taehyung cerró la caja del telescopio y lo miró. En la oscuridad, su camiseta blanca bajo la chaqueta casi brillaba. Dijo: —Me siento pequeño.

El Sr. Kim le miró a los ojos por primera vez desde el lunes. Sonrió, como si estuviera triste.

—¿Por qué es muy grande?

—No. Porque soy pequeño.

—No, no lo eres.

Se le agarrotó la garganta, una presión inevitable que se acumulaba. Taehyung se la tragó como pudo y se acercó a su profesor. Cuando el señor Kim se limitó a mirarlo, se tranquilizó.

—Tengo algo que necesito decirle.

—Soy yo el que tiene que disculparse.

—No —insistió Taehyung. Respiró profundamente. —No. Porque tu no lo entiendes. Le gusto, Señor Kim.

—Dios, Taehyung. —Y oh, aunque no lo hubiera oído de ChanYeol, aunque no lo hubiera sabido por sí mismo, Taehyung lo supo mientras el señor Kim cerraba los ojos en señal de derrota. Sus dedos se plegaron sobre su frente, el reloj abultado en su muñeca. —Por favor... —continuó, con la voz tensa —Por favor. No lo hagas. Estoy... lo juro, estoy trabajando en ello.

Taehyung no pudo soportar más. Se había quebrado.

—Te he deseado desde el momento en que entraste en nuestra clase.


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IM BACK.
Les dije que no abandonaría esta historia, disculpen nuevamente la demora pero me he ocupado mucho. Sin embargo... aquí lo tienen.

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