CXL. Coordenadas cartesianas cuatridimensionales

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Se encontraron fuera del restaurante y resultó que Taehyung no tenía la seguridad para esconderse. ChanYeol ya lo sabía.

Llovía un poco, una tenue neblina que hacía caer el pelo de SeokJin y provocaba leves y diminutos estornudos en Namjoon. Siempre estornudaba de tres en tres. Estaban esperando bajo el alero con sus abrigos cuando ChanYeol y Kai se acercaron, el brazo de Kai entrelazado con el de su compañero con parte de placer y parte de advertencia. Sonreía. ChanYeol no.

Taehyung echó un vistazo a su rostro, que se estaba poniendo un poco morado, y sintió que el corazón le daba un vuelco.

SeokJin le apretó la mano antes de aceptar un abrazo de Kai y darle una palmada en la espalda a ChanYeol. La palmada se convirtió en apretón y los dedos se clavaron en el hombro de éste último. Observó a su amigo bajo la llovizna y dijo, con absoluta seguridad: —No hagas coraje.

—Eres un idiota —murmuró ChanYeol.

—Le dije que esto pasaría —suspiró Kai —Pero no me creyó. Es tan romántico —Se puso de puntillas y besó la mejilla de Taehyung; era tan excesivamente familiar que Taehyung se sonrojó.

—¡Las consecuencias...!

—Puedes contárnoslas. Después de pedir. Me muero de hambre.

—¡Trajiste a alguien más! —Kai gritó encantado. Miró a Namjoon con una feliz especulación. Namjoon se movió torpemente.

—Las presentaciones pueden esperar. Todos adentro. Tengo hambre, Namjoon se está congelando y Tae se va a desmayar —Con esto, SeokJin tomó la mano de Taehyung y atravesó la puerta, guiando al grupo. Fue un consuelo.

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