[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]

Capítulo 16

Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
Los rayos de Sol golpearon en mi rostro, haciéndome despertar. Restregué mis ojos, y me quedé unos segundos sentada en la cama, en el proceso de acabar despertar. Di un largo, y ruidoso bostezo, ante el cual, Alya no fue indiferente, ya que se levantó rápido del escritorio, y corrió hacia mí, mientras me observaba, contenta.

—¡Tengo la dirección!—me dijo, mientras tomaba nuestro binder, y su grabadora—Le vacié la memoria, y pasé todo para mi USB. Ahora, podemos usarla única y exclusivamente para nuestras entrevistas.

—Wow, es lo que yo llamo despertar con buenas noticias—pensé en voz alta—Gracias, Alya.

—Tienes suerte de tener a la mejor futura reportera de todo París ayudándote—presumió mi amiga, y no me cabía duda de que era verdad.

—Ya te veo en horario estelar por tener los mejores reportajes, y consiguiendo una entrevista exclusiva con Ladybug y ChatNoir—bromeé.

Ahora que sabía que existía una forma de atravesar entre mi mundo, y el de Adrien, y que si luchaba lo suficiente, podría llegar a recuperarlo, mencionar su nombre, o cualquiera de sus apodos, dolía mucho menos, aunque eso no quería decir que había dejado de extrañarlo.

Alya me miró sorprendida de que yo lo haya mencionado con tanta naturalidad, y yo le sonreí en respuesta, a lo que ella sonrió, y sacudió la cabeza.

—Natalie ha estado viviendo en un apartamento, no muy lejos de aquí, desde que la mansión Agreste se quedó vacía—me explicó Alya—Aunque no le han cortado la electricidad a la mansión, ya que los pagos están automáticos, y los últimos ocho meses ha estado pagando la misma cantidad exacta por la electricidad.

—¡Qué raro!—comenté, analizando la información—Qué tanta electricidad gasta una casa es algo relativo. Ni siquiera deberían de estar pagando electricidad, ya que la casa lleva ocho meses vacía.

—Quizás, alguien dejó una luz encendida.

—Ya... claro... ¿una luz encendida permanentemente no se va a fundir en ocho meses?

—¡Son millonarios, Marinette! Quizás, tienen bombillos caros que no se funden tan rápido.

—O quizás, hay algo más pasando en esa casa... anótalo en el binder. Por ahora, encarguémonos de hablar con Natalie, y luego, haremos una revisión en la mansión Agreste.

—Marinette, eso es ilegal.

—Solo si nos atrapan, y por suerte, tengo a nada más y nada menos que a la maestra de las ilusiones de mi lado.

—Estás loca, chica, pero igual, te ayudaré—le dije, luego de rodar los ojos.

—Bien, ¿que estamos esperando?—dije, enérgica—¡Vamos!

—Hey hey, no tan rápido—me detuvo en seco, agarrando mi brazo.

—¿Que?—Pregunté, confundida.

Mi corazón latía con fuerza, y no podía esperar ni un segundo más, Adrien no debía pasar más tiempo del extremadamente necesario en aquel limbo, lleno de sentimonstruos sin alma, queriendo vengarse de él.

—Hace ocho meses que no sales de tu casa, y todo París sabe que eres Ladybug—explicó mi amiga—Creo que sería mejor si te disfrazas de otra persona, digo, para no llamar la atención, y que nada nos distraiga de nuestro objetivo.

Alya tenía toda la razón, y es que había sido una hermintanea desde la batalla final. Solo había recibido visitas de mis compañeros de clase, quienes habían sido también mis compañeros en el campo de batalla incontables veces, y de la señorita Bustiel, quien venía dos veces en semana, después del horario escolar, para darme clases a mí, y es que ella sabía de mi situacion, y que no estaba preparada para enfrentarme a París aún, pero le parecía injusto que yo perdiera el año de clase después de haber salvado al mundo.