[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]

Capítulo 41

Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
Mi corazón latía con fuerza, y mi respiración estaba muy agitada. Comencé a acariciar el torso del hermoso chico que me sostenía.

—No cabe la menor duda—dijo Alya, frustrada, y se me hacía demasiado gracioso, no pude evitar echarme a reír—Está ebria. ¡Pero si solo tomó tres sorbos!

—Nino—preguntó Adrien, y sonaba jodidamente sexy—¿Sabes qué era la bebida?

—El camamarero dijo que era Vodka—dijo Nino, alzando los hombros.

—¿VODKA?—preguntó Adrien, frustrado—¿Tienes idea de lo fuerte que es eso? ¡Con razón se emborrachó tan rápido!

—Ella solo tomó porque quería que dejáramos de discutir—dijo Alya, y sonaba como si se sintiera culpable.

—No debimos venir a esta fiesta, en primer lugar—gruñó mi gato—Están nuestros compañeros, sí, pero hay más universitarios que chicos de instituto. Para ellos, somos como conejillos de indias, incitándonos a las drogas y el alcohol para ver como reaccionamos, y no quiero pensar que alguno de ellos quiera aprovecharse de alguna de las chicas.

Mucho blah blah blah. Yo quería acción, necesitaba acostarme con Adrien ya mismo. Los pensamientos calientes, no podía sacarlos de mi cabeza.

—No se preocupen por mí, chicos—les aclaré, con un tono alegre—Nunca en mi vida me había sentido tan feliz... y caliente.

—Nunca en tu vida habias estado tan borracha—Me regañó Adrien.

Se veía tan guapo cuando se enojaba.

—En realidad, nunca en su vida había estado borracha—Aclaró Alya—Esta es la primera vez que prueba alcohol.

—¡Y no sabía de lo que me perdía!—dije, feliz, y agarré la nuca de Adrien, para plantarle un beso con toda la pasion que llevaba dentro en ese momento, pero el muy aguafiestas, me apartó rápido de él.

Definitivamente, debía ser mas directa.

—Hazme tuya, Adrien—le pedí, y exploté en carcajadas cuando vi su rostro ponerse como un tomate—¡TIENES QUE VER TU CARA AHORA MISMO!

—Por favor, ¿alguien sabe como bajarle la borrachera?—preguntó Adrien, y el tono de su voz era gracioso... y tan sexy.

—Llévala a casa, y haz que tome una ducha fría—dijo Alya.

—Ni casa, ni ducha fría—dije, soltándome del agarre de mi chico, para luego, plantarme en frente de él—Yo lo que necesito es otra cosa, amor—lo agarré desprevenido, cuando mi mano atrapó su intimidad, por encima de los jeans, haciendo que se volviera a sonrojar, y se me hacía demasiado gracioso.

—Nena, no creo que mi amigo aguante llevarla a su casa, ni ChatNoir podría con esos calores—comentó Nino.

—Háganle caso al fiestero—dije, mientras una euforia recorría todo mi cuerpo—¡YUJUUU!—gripé, captando algunas miradas, pero todas eran desconocidas para mí.

—Solo... llévala a uno de los cuartos, uno que tenga baño—dijo Alya.

—Nunca lo hemos hecho en la ducha, gatito—dije, curiosa—¡Quiero que me folles en la ducha!

—Marinette, ¿te puedes callar, cariño?—me dijo Adrien, y se notaba realmente incómodo—Nadie tiene que saber nuestras intimidades.

—Cállame tú, ya sabes como, guapo—dije, y comencé a besarlo, pero él me apartó de nuevo.