Capítulo 17

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
Alya y yo nos acomodamos en el sofá, y Natalie se sentó en el sillón, quedando frente a nosotras.

—¿Me puedes explicar cómo es eso de que puedes traer de regreso a Adrien?—Preguntó Natalie.

—Existe una forma, y necesito recolectar la información necesaria para poder hacerlo—Dije—Para eso, necesito hacerte unas preguntas a ti, y que nos ayudes a hacerle una visita a Gabriel Agreste, y hay otra persona más a la que debo entrevistar, pero su nombre solo lo puedo saber yo.

—¿Visitar a Gabriel Agreste? ¿Estás loca, niña?—Dijo Natalie, indignada—Aún si sus padres las dejaran ir a visitar a Shadowmoth en la cárcel, ¿creen que él les va a dar la información que necesitan? ¡Hizo desaparecer a su propio hijo!

A este punto, ya se la veía conmocionada. Sus ojos se habían humedecido, y se le notaba que estaba luchando para no romper a llorar en frente de nosotras. Yo sabía reconocer ese estado en una persona, ya que mil veces me tuve que contener para no romper a llorar en frente de mi maestra, o de mis compañeros, cuando iban a visitarme.

—Le diré que solo voy a desahogarme, a decirle todo lo que le quise decir en la batalla final, después de que convirtió a Adrien en una pluma, aún la conservo, por cierto—suspiré—Planeo provocarlo, hacer que se burle de mí, y con un poco de suerte, cantará victoria, y soltará algo de la información que necesito—Expliqué.

—¿Sabes cuál es la vía para traer a Adrien?—Preguntó Natalie, cautelosa.

—Eso es lo que estamos investigando—Aclaró Alya—Y para lo que necesitamos su ayuda.

—Entonces, ni siquiera saben si existe una vía—Dijo Natalie, sacudiendo su cabeza—Quieren que las ayude en la búsqueda de algo que, quizás, no existe. ¿Quieren que me ilusione con la idea de volver a ver a mi pequeño Adrien, y que cuando nos demos cuenta de que es imposible, acabemos tanto tú, Marinette, como yo, con el corazón roto?

—Sé que quieres mucho a Adrien—Dije, con el tono más dulce que pude poner.

—¡Era como si fuese mi hijo! Me tocó cuidarlo, escucharlo, ayudarlo con sus tareas del colegio. Lo cuidé lo mejor que pude, y sí, me encariñé demasiado. ¿Por qué creen que me arriesgué a traicionar a Shadowmoth?

—Entonces, ¡ayúdanos!—Dijo Alya.

—Miren, niñas, la realidad es la realidad, y no aceptar la pérdida de un ser querido, específicamente, de una pareja, fue lo que volvió tan loco, y cruel a Gabriel.

—Yo sé que puedo traerlo de regreso sin hacerle daño a nadie—Dije, entre dientes, mientras cerraba mis puños—Estoy harta de que me comparen con Shadowmoth. ¡Sé que puedo lograr mi objetivo sin destruir al mundo!

—¿Y cómo se supone que lo harás?

—¡Aún no lo sé!—Dije—Es lo que estoy tratando de averiguar, y para lo que le estamos pidiendo ayuda.

—Volvemos a mi punto: no sabes la vía, y nada garantiza que exista dicha vía—Replicó Natalie.

—¡SÉ QUE EXISTE UNA VÍA!—Dije, frustrada porque esta señora no me creía, pero ¿acaso podía culparla?

Ella no era mi mejor amiga, Alya me conocía como se conoce a sí misma, en cambio, Natalie, solo sabía de mí lo que se sabía de Ladybug, y que Adrien me amaba, al igual que yo a él.

—¿Cómo estás tan segura?—Replicó Natalie, un poco molesta por mi insistencia.

No quería revelar la visita que había tenido el día anterior, pero debía hacerlo, era la única forma de que Natalie se convenciera de ayudarnos, aunque fuera con un poco de información sobre su experiencia Miraculous.

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora