Capítulo 24

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

8 meses atrás...
Adrien:
Abrí mis ojos, y vi un cielo morado. ¿Qué estaba pasando? ¿Acaso era este el fin del mundo? ¿Mi padre había ganado? No podía ser... yo había visto claramente cuando Marinette le arrebataba los Miraculous...

—¡MARINETTE!—La llamé, gritando a todo pulmón, mientras me levantaba del suelo—¡M'LADY, ¿DÓNDE ESTÁS?

Vi que me encontraba en lo alto de la Torre Eiffel, en el punto exacto desde donde mi padre casi lanzó a mi novia, y sentí pánico al no verla.

—¡BOGABOO, RESPONDE, POR FAVOR!—Insistí, sin obtener respuesta.

Entonces, los últimos recuerdos comenzaron a aparecer en mi cabeza: el hecho de que yo era un sentiminstruo, y las últimas palabras que le escuché decir a mi padre: Adrien, te libero de tu existencia.

Entonces, todo cuadró en mi mente. Ya no me encontraba en el mismo mundo que Marinette y mis amigos, sino en otro, que parecía ser paralelo al de ellos.

Me percaté de que nada tenía electricidad aquí, así que tuve que usar las escaleras para bajar de la Torre. A pesar de haber bajado escaleras a más no poder, mis pies no me dolían, era como si mi humanidad hubiese desaparecido por completo, o casi, porque el amor que sentía por Mari seguía intacto, y me dolía tanto saber que jamás la iba a volver a ver, que la había dejado sola, que le había fallado, que no había podido cumplir mi promesa de estar con ella siempre.

Caminé por un París desierto

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Caminé por un París desierto. Todos los edificios lucían exactamente iguales, pero un poco destruidos, y es que había sentiminstruos viviendo en ellos, sentiminstruos que reconocí: todos los que Ladybug y yo habíamos vencido estaban aquí. Era capaz de verlos, a través de los huecos en donde estaban las ventanas de los pocos locales que ellos habían adoptado como hogar.

Había demasiada neblina, me era imposible ver bien lo que había frente a mí en los siguientes tres metros, pero afortunadamente, me sabía París de memoria.

—¡Es ChatNoir!—Gritó una voz que reconocí: era Sentibubbler.

—¡Atráquenlo!—Dijo SentiNino.

—Esperen, no quiero pelear—Dije, alzando mis manos, en señal de paz, pero a ellos no les importó.

Era como si quisieran destruirme a toda costa.

—¡Vas a pagar por lo que nos hiciste!—Dijo SentiNino—Ahora que eres inmortal, podemos hacerte sufrir por toda la eternidad en este infierno.

Se me acercó, y sentí su puño estamparse en mi mejilla, tanto así, que acabé cayendo sentado en el suelo. Por instinto, limpié mi boca, pero era demasiado extraño: no estaba sangrando, pero sí dolía.

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora