Capítulo 42

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
Me sentía tan avergonzada. No tenía idea que tres buches de vodka me pondrían así de histérica, y en frente de mis amigos.

—No, yo lo siento, amor—Dijo mi gatito, tan lindo como siempre—No debí haberte traído en primer lugar.

—No es tu culpa, yo quise venir. No quise que Alya siguiera discutiendo con Nino—Dije, secando mis lágrimas—Y te avergoncé delante de muchas personas. Ahora, todos saben que te acuestas conmigo.

—Solo lo escucharon Alya, nino, y algunos universitarios, pero qué bueno que lo saben, así se enteran de una vez que la chica más hermosa, inteligente, y valiente del mundo, es mía.

—No demostré mucha inteligencia que digamos, hoy—Dije, aún avergonzada.

—Creo que deberías llamar a Alya.

—No quiero salir, aún no—Dije, avergonzada.

—Tranquila, no fue tan malo—intentó calmarme, con una cálida sonrisa.

Sentía que todos me iban a mirar como la zorra del instituto.

—Grité que quería follar contigo—añadí, avergonzada—No quiero salir ahora.

—Bueno, entonces llámala por teléfono. Está preocupada por ti.

—Bueno.

—Hey—me dijo, con su mano en mi hombro—no hay nada de malo en que una chica quiera acostarse con su novio. Es algo completamente normal.

—No, cuando tienes padres sobre protectores, y aún no cumples la mayoría de edad.

Llamé a Alya, y le expliqué detalladamente lo sucedido, aclarando que Adrien no se aprovechó de mi anterior estado en ningún momento, por más que yo lo provocaba, y eso me hacía admirarlo aún más.

Amaba su forma de respetarme siempre, pero esta noche, se había colgado la medalla de oro. Le dejé saber a mi amiga que nos quedaríamos encerrados un rato.

—¿No será peor si nos tardamos encerrados?—comentó Adrien—Si lo que quieres es que no piensen que tuvimos sexo...

—Calla—Dije, poniendo mi dedo en su boca.

Me detuve a mirar sus hermosos ojos color esmeralda, y su perfecto rostro, con su perfectamente bien trabajando cuerpo. ¡Cielos! Estaba tan enamorada, y no solo de su físico, sino de su hermoso corazón, y de su forma de protegerme siempre.

—Lo siento—Dijo, bajando su cabeza—Lo menos que quiero es que te sientas peor.

—No—Dije, sacudiendo mi cabeza—No lo dije por eso.

—¿Sino?

—No me importa si piensan que lo hicimos, o no—Comencé, mientras acariciaba sus mejillas—Me importa lo que pienses tú—bajé un poco mi voz—Y que esto no llegue a oídos de mis padres.

—Tranquila, creo que todos estaban demasiado ebrios, como para recordar una palabra de lo que dijiste—tomó mi mentón, y me hizo mirarlo—Y sobre ti, pienso que eres lo mejor que me pasó en la vida, la chica más hermosa, buena, y valiente de este universo; y tengo mucha suerte de ser yo, el elegido por tu corazón.

Miré a mi novio, y sentí como el deseo se apoderaba de mí. Era su voz, sus palabras tan hermosas, que me tenían completamente embobada, y atrapada en sus encantos. ¿Acaso estaba aún bajo los efectos del alcohol? Más bien, estaba bajo los efectos de una droga mucho más letal que cualquier cosa: el amor.

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora