[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]

Capítulo 9

Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
—No recuerdo haber terminado contigo—Le dije, con una sonrisa coqueta—A demás, nada de lo qué pasó fue tu culpa.

—Pero... te lastimé—Dijo, bajando su cabeza—Aún estás débil por mi culpa.

—Fue tu padre el que me golpeó, no tú.

—Porque estabas distraída con lo que el falso Adrien estaba diciendo.

—Tú lo dijiste, el falso Adrien—aclaré, y suspiré, tomando sus manos—Mi yo del futuro se arrepentía de haberte perdido, y si en diez años no te había olvidado, ¿qué caso tiene intentarlo, y hacer que ambos suframos?

—Pero... se supone que estés molesta conmigo, en la carta, tú yo del futuro dijo que en la batalla contra Chatblanc, me matabas.

—Y también dijo que se arrepentía infinitamente, me rogó que no lo hiciera, que te salvara.

—Pero si ibas a ser capaz de matarme, no me imagino la ira que tienes en mi contra, y está bien, me lo merezco.

—Esa ira era en contra de un Adrien que me había traicionado, que me había usado por capricho de niño bonito, pero ese Adrien nunca existió, todo fue una ilusión—Dije, y me acerqué, para poder acariciar sus mejillas—Ahora, te miro, y todo lo que puedo sentir es este amor inmenso que siempre te tuve.

—¿Ya te he dicho que eres la chica más maravillosa que he conocido en mi vida?—Me dijo, acariciando mi mentón, y mirándome con esos hermosos ojos verdes que me derretían.

—Sí—Dije, en un hilo de voz, porque sus ojos me tenían hipnotizada—Pero repítemelo muchas veces, para que no se me olvide.

—Eres maravillosa, Marinette—Me dijo, pero por un momento, sus ojos se apagaron—Pero, ¿de verdad quieres tener una relación con un sentiminstruo?

—Para los demás, puedes ser un monstruo, pero para mí, siempre serás el chico que amo locamente, el que me hace más torpe de lo normal, cuando se me acerca—Dije, y solté una risita—El que me hipnotiza con esos hermosos ojos verdes, el que me ama, a pesar de todos mis defectos.

—Yo estoy condenado a amarte toda mi vida, M'Lady, y para ser honesto, es una prisión de la que no quisiera salir jamás—Dijo, pegando nuestras frentes.

—Lo mismo digo, gatito. Te amo, y siempre lo haré.

Nuestros rostros estaban demasiado cerca, y sus manos estaban en mis mejillas. Yo cerré mis ojos, y me limité a sentirlo conmigo: su frente contra la mía, sus manos acariciándome, su aliento mezclándose con el mío, su olor característico. Sonreía como idiota, pero me sentía más fuerte que nunca, y es que el amor es la fuerza más poderosa del universo, y lo que había entre Adrien y yo, era amor verdadero, y eterno.

—Te amo, M'Lady—Dijo, antes de pegar sus labios a los míos, en un suave beso de amor que ambos moríamos por sentir.