Capítulo 58

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
Nuestra vida había vuelto a ser casi normal, ya que nadie, excepto unas pocas personas, conocían nuestras identidades secretas, y eso me gustaba. Ladybug y ChatNoir eran tendencia como pareja, mientras que Adrien y Marinette permanecían en el anonimato, ya que Adrien no había vuelto a modelar desde la última batalla contra su padre.

Emilie sí sabía cómo tratar a su hijo, y entendía que él merecía ser solo un adolescente, creciendo, cometiendo errores, aprendiendo de ellos, divirtiéndose, enamorándose, en otras palabras, viviendo su vida. Adrien había tenido que ir directo a casa, ya que su mamá y Natalie querían enseñarle un poco sobre la empresa que, algún día, sería suya. Yo me encontraba en el parque, tomando la inspiración de los pichones que volaban libres para terminar un diseño, cuando de repente, sentí el cálido tacto de unas manos cubriendo mis ojos, y las reconocí al instante, pero no dije nada, solo solté una risita, y mordí mi labio.

¡Ay, Agreste, como si no te conociera!

—¿Quién soy?—Me preguntó su voz coqueta

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—¿Quién soy?—Me preguntó su voz coqueta.

—El futuro empresario más exitoso de todo París, mi novio, mío, solo mío, de mi propiedad, de nadie más—Bromeé, y lo escuché reírse.

—¡Vaya, M'Lady! No sabía que eras tan posesiva.

—Solo cuido lo que es mío—Dije, y dejé un suave beso en sus labios, sin dejar de sonreírle—Pensé que tardarías un poco más.

—Me mostraron solo lo básico. Dijeron que en la universidad me enseñarían el resto, y que ahora, me preocupara por graduarme, y disfrutar lo último que me queda del instituto.

—Y tienen toda la razón—Dije, recostando mi cabeza a su hombro—¡Cómo quisiera haber sabido todo esto antes! La habría despertado hacía mucho tiempo, le hubiéramos ahorrado a la ciudad muchas akumatizaciones, quizás tu padre no hubiera desarrollado ese desprecio hacia ti, nosotros hubiéramos revelado nuestras identidades, y habríamos estado juntos desde mucho antes. No habríamos lastimado ni a Luka, ni a Kagami.

—No te culpes, Mari—Dijo, y besó mi frente, mientras me abrazaba—Ambos éramos unos niños cuando todo esto empezó, y las circunstancias nos obligaron a crecer.

—A lo mejor, por eso nos gusta tanto ir al parque infantil, y deslizarnos por los toboganes, o mecernos en los columpios—Dije, sonriendo al recordar nuestras risas, mientras jugábamos como dos niños de cinco años en todos los juegos de niños pequeños.

—No nos dejaron vivir nuestra adolescencia plenamente, por eso nos quedamos con un par de niños pequeños atrapados dentro.

—Al menos, nuestros futuros hijos no se aburrirán—Pensé en voz alta—Mamá y papá siempre jugarán con ellos.

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora