Capítulo 45

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Adrien:
¡Mierda! La visita a mi padre, lo había olvidado por completo. Marinette tenía razón, no era muy prudente que digamos ir a visitar a mi padre en el estado en el que me encontraba, pero ¿qué le iba a decir a mi madre? No quería decirle que estaba mal por Marinette, tampoco quería que mi mamá pensara mal de mi novia.

No pensaba dejarla, eso nunca, solo necesitaba unas horas para ara digerir lo sucedido. Se me hizo tierno que, aún en la situación en la que estábamos, ella se acordara, y me cuidara.

—Estaré bien—Dije, y besé su frente.

—Si te sientes mal, no dudes en apoyarte en tu mamá o en Natalie, ellas te aman mucho—Dijo Mari, secando sus lágrimas.

—Tú también me amas—Dije, y sentí el impulso de acariciar sus mejillas.

—Te prohibo que lo dudes—Me dijo, regalándome su hermosa sonrisa, empapada por pequeñas gotas saladas, y sentí que me derretía.

Sentía como mi enojo se iba desvaneciendo en esa mirada transparente, esos ojos azules que me miraban con tanto amor.

—Sé que estuve mal—Me dijo mi chica—Pero ya aprendí mi lección, y créeme que no quiero que peleemos por algo como esto nunca más. Lamento no habértelo dicho antes, en verdad lo siento, y prometo contarte todo de ahora en adelante.

—¿Lo prometes?—Pregunté, pegando nuestras frentes.

—Lo prometo—Me dijo, con una hermosa sonrisa, mientras pegaba sus labios a los míos.

Fue un beso desesperado que buscaba curar todas las heridas, un beso hermoso, sanador que me hizo saber cuan desmedido era su amor por mí

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Fue un beso desesperado que buscaba curar todas las heridas, un beso hermoso, sanador que me hizo saber cuan desmedido era su amor por mí.

—Te amo, Adrien—Me dijo, y agarró mi camisa—¡No me vuelvas a asustar así!

—Yo también te amo, M'Lady—Dije, y la besé de vuelta.

—¿Puedo acompañarte?—Me preguntó—En serio no me siento cómoda dejándote ir solo a ver a ese señor.

—¿Tus padres saben que vienes conmigo?

—Fue difícil convencerlos, pero incluso firmaron el permiso, y ya tu mamá lo tiene.

—Entonces, vamos directo hacia mi casa.

Caminamos directamente hasta mi casa, en donde mi mamá y Natalie nos recibieron con alegría, y emprendimos el viaje hasta la prisión de máxima seguridad en donde se encontraba mi padre. Pasamos los chequeos de seguridad, y mi mamá y yo nos sentamos tras el cristal. Marinette se encontraba detrás mío, con sus manos en mis hombros, y Natalie, estaba detrás de mi mamá. Entonces, lo vimos llegar.

—Te dije que regresarías, Emilie—Le Dijo mi padre—Siempre tengo razón, cariño.

—La única razón por la que regresé es porque la terapeuta de mi hijo recomendó que te viera una última vez, para cerrar el ciclo—Le dijo mi mamá, firme.

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora