Capítulo 1

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Narra Adrien:
Me había sentido muy solo desde la muerte de mamá, pero últimamente, la sensación de soledad había aumentado considerablemente. Me sentía cada vez peor, y mis únicos buenos momentos eran en la escuela, cuando veía a mis amigos, sobre todo a Marinette, quien trataba de animarme siempre, y también disfrutaba mucho el tiempo que pasaba con Mylady, aunque fuera en medio de una batalla, y con ella rechazándome, al final del día, éramos como dos mejores amigos jugando a las peleas, y siempre acabábamos riendo.
Había días que no habían akumatizados, días tranquilos, en los cuales, Chat Noir no era necesitado, y tampoco Ladybug. Odiaba esos días en los que no podía verla, y era en esos días, en los que Marinette era mi refugio, mi lugar seguro. Era una chica excepcional, y por eso, la consideraba mi mejor amiga, y me sentía cada vez más cercano a ella, ya fuera como Adrien, o como Chat, ella siempre me escuchaba, me aconsejaba, y me ayudaba a sentirme mejor.
Debo confesar que me había vuelto un poco adicto a esas charlas nocturnas entre Chat y Marinette, en donde ambos nos contábamos nuestras penas, y nos animábamos entre nosotros. Habían cosas que ella le contaba a Chat, que no le contaría a Adrien, como por ejemplo, que estaba muy enamorada de un chico que ella consideraba perfecto, e inalcanzable, que a su vez, estaba enamorado de otra.

Estaba solo en mi cuarto, y los recuerdos de las dos personas que más me importaban me invadieron: Marinette y Ladybug, la chica que siempre estaba ahí para mí, en cualquiera de mis formas, y la chica que me robó el corazón desde que la conocí.
No estás bien, Adrien, no hace falta tener un Miraculous, o ser un súper héroe para verlo—recordé lo que me dijo Marinette aquel día que no me sentía bien, y le propuse saltarnos las clases para ir a un lugar secreto. Normalmente, iríamos con Kagami, pero ella había viajado a Japón con su madre, así que el trío de las travesuras había pasado a ser el dúo, porque solo quedábamos Marinette y yo.

—Tú pareces ser la única que se da cuenta—le dije yo, mientras bebía agua de mi botella. Estábamos en una vieja casa abandonada en una de las zonas más pobres de Paris.

La habíamos descubierto una vez, cuando veníamos huyendo de mi guardaespaldas, en una escapada como esta. Yo comenté que se sentía acogedora, y Marinette se lo tomó demasiado en serio, ya que se dedicó a limpiar aquella pequeña casa de un solo cuarto, y de mantenerla lista para esos momentos, en los cuales, el mundo se hacía demasiado pesado, y solo queríamos escapar, este sería nuestro lugar secreto, nuestro lugar seguro.

Sabes que siempre contarás conmigo, Adrien—me dijo, y tomó mi mano, con sus mejillas sonrojadas.

Nuestras charlas en aquella casa eran interminables, pero el tiempo se me iba volando cuando estaba a su lado porque la pasábamos increíble juntos, tanto que me olvidaba de mi soledad, y solo por esos momentos con ella, y con Ladybug salvando París, solo por eso valía la pena vivir.

Marinette:
Estaba muy preocupada por Adrien. Por lo que me había contado, había estado así de deprimido toda su vida, sobre todo, después de que su madre murió, pero lo había sabido disimular perfectamente con su hermosa y divina sonrisa, que me hipnotizaba, pero por alguna razón, ya no lo hacía, y es que se había vuelto falsa, a veces, aunque solo yo parecía notarlo.

A Adrien se le estaba empezando a notar lo mal que se sentía, y eso era una mala señal, ya que significaba que la situación había empeorado con sus sentimientos. Últimamente, me buscaba más, al igual que Chat, ambos estaban cada vez más tristes, y no me gustaba verlos así, por eso siempre intentaba animarlos de alguna forma.

Quería ser capaz de decirle a Adrien lo que sentía, pero me aterraba que eso arruinara la hermosa amistad que había surgido entre los dos, y que la confianza que nos habíamos ganado el uno del otro, se transformara en incomodidad, y esta vez, Adrien quedaría solo; y yo no sabía qué él sería capaz de hacer, es más, no quería ni pensar en que podría hasta quitarse la vida.

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora