Capítulo 34

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
Desperté, y sentía el calor de su pecho contra mis mejillas, y sus brazos rodeando mi espalda. Era oficial, había dormido con él por primera vez, y se me hacía tierno el dormir juntos sin que pasara nada extraño entre los dos, solo la paz que nos transmitiamos el uno al otro.

Abrí mis ojos, y lo observé: su rostro era jodidamente perfecto, y su pecho se había converdtido en mi almohada favorita. El momento en silencio de verlo dormir, mientras me encontraba abrazada a él, habría sido hermosamente perfecto, de no ser por la alarma que comenzó a sonar.

—¡Cinco minutos más!—dije, inconscientemente, y me acurruqué entre sus brazos.

—¡Vaya! Parece que a alguien le fascina mi pecho—comentó mi gato tonto, haciendo que me sonrojara.

Estabamos experimentando cosas nuevas, y ni siquiera sabía si estabamos siendo muy apresurados, pero  a veces, solo sentía que necesitaba estar con él, quedarnos abrazados, y que el mundo alrededor desapareciera. Solo él tenía el superpoder de apagar mi cerebro, y hacerme sentir una paz absoluta.

—Es mucho más cómodo que mi almohada—le dije, finalmente, y mis mejillas enrojecieron aún más.

No tenía caso esconder como me sentía, al final del día, ya no era mi amor imposible y platonico, era mi novio, a quien le confiaría mi vida con los ojos cerrados.

A pesar de la confianza que nos teníamos, ciertas cosas eran nuevas para nosotros, y aunque nos avergonzara un poco, o tal vez, demasiado intentar cosas nuevas, o desbloquear esas acciones y palabras, quería hacerlo, quería experimentar todo con él, quería descubrir el mundo, y crecer a su lado.

—Fue hermoso pasar toda la noche abrazados, Bogaboo—dijo, aliviando mis nervios.

Siempre encontrabas las palabras correctas, en el momento correcto, Adrien Agreste... Pensé, sin alejarme de sus brazos. Podía sentir que mis mejillas estaban rojas, se sentían tibias.

—S-sí, c-cla-aro. Eso fue lo que quise decir—le dije, y creo que había activado sin querer el modo Marinette torpe.

—Me das tanta ternura cuando te pones nerviosa por mí—me dijo, haciendo que mis nervios aumentaran.

¿Que demonios me estaba pasando? ¿Por que aún me ponía nerviosa con él? ¿Por qué aún sentía ese ejército de mariposas en mi estómago?

—L-lo siento. Sé que no debería ponerme así, después de todo lo que hemos pasado...—dije, avergonzada.

—Yo también me pongo nervioso, Bogaboo, creo que es normal porque recién estamos descubriendo como ser una pareja—besó mi frente—No somos expertos, y lo más hermoso del primer amor es crecer, y aprender juntos.

—Adrien, cariño, ¿puedo pasar?—preguntó la voz de la señora Emilie, y yo sentía que me iba a dar un infarto.

—U-un segundo, mamá—le dijo Adrien, y besó rápidamente mis labios—Te veo en la noche. Suerte hoy en la escuela, y si ese idiota te vuelve a molestar, le pateas el trasero por mí, ¿vale?

—Vale—susurré, entre risas—¡Tikki, motas!

Me transformé en Ladybug, y salí por la ventana. Salté por los tejados, hasta llegar a mi balcón, por donde había salido la noche anterior. Caí en mi cama, y me destransformé, para casi al instante, escuchar los toques en la puerta de mi habitacion.

—Marinette, cariño, ya esta el desayuno—me dijo mi papá, desde afuera, lo cual, me hizo pararme de mi cama como un rayo.

—¡Ya casi estoy lista, papá!—dije, mientras agarraba mi ropa del closet, y corría hacia el baño.

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora