Capítulo 43

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Adrien:
Marinette estaba siendo irracional, y hasta cruel al no contarme cuál era su miedo. Solo me decía que no podría pelear más a du lado, que me quitaría mi miraculous, y que lo haría para protegerme, pero ¿de qué?

—Hagamos un trato, ¿te parece?—le dije, lo más calmado que pude.

Me encontraba en medio de u dilema emocional. Por un lado, me enojaba horribemente su negación, y su falta de confianza, pero por el otro, me destrozaba verla en el estado en el que estaba, y créanme, yo sabía reconocer un ataque de ansiedad cuando lo veía, ya que tuve muchos, que casi me llevaron al suicidio. Las terapias me habían ayudado mucho, y le agradecía infinitamente a Mari el que me haya obligado a tomarlas.

—Adrien, por favor, siempre me cuidas, déjame cuidarte esta vez—me dijo, y sonaba desesperada—Dame ese maldito miraculous, y déjame encargarme a mí de esto—extendió su mano de nuevo, esperando que yo me quitara el anillo, y lo depositara en ella, así sin más.

—Primero dime ¿a qué le tienes tanto miedo?—pregunté, con un tono dulce, acariciando su mano.

—A perderte otra vez—me dijo, y de sus ojos no paraban de salir lágrimas.

—Sabes que soy tan bueno peleando como tú, estamos en igualdad de condiciones.

—No, no lo estamos. Tu dependes de un miraculous para existir, y yo no—Apartó su mirada.

Ella odiaba recordarme el hecho de que no soy un humano común, sino un sentimonstruo vivo. Sabía que no quería hacerme sentir mal, y que si ella estaba tocando el tema, era porque su miedo tenía algo que ver con lo ocurrido hacía más de un año, con mi padre.

—Pero tu tienes ese miraculous—aclaré, tratando de tranquilizarla.

De ninguna manera la iba a dejar sola en esto. Eso no estaba en discusión.

—No, ya no—dijo, apartándose de mí—Lo robaron, junto con el de la mariposa.

—¿Q-qué?—pregunté, y entonces, entendí su miedo.

Ella le temía a que el nuevo villano decidiera deshacerse del estorbo ChatNoir, y liberarme de mi existencia.

—¡Lo sé!—dijo, y cubrió su rostro con sus manos—¡Soy un fracaso como guardiana! No solo no pude proteger los miraculous, sino que perdí el que te puede desterrar de nuevo a ese horrible mundo.

—Marinette, solo se llevaron  Nooroo—dijo Barkk

—Sí, el ladrón quería llevarse la caja, pero Fluff y Roarr comenzaron a gritar como locos, y solamente alcanzó a agarrar a Nooroo—dijo Xuppu, mientras hacía una monería.

—Fue gracioso verlo huir como una niña chiquita—dijo Roarr, y soltó una risita.

—No lo entiendo—comentó Mari, confundida—Pero entonces, ¿dónde está Duusuu?

—Dentro de la caja—dijo Longg.

—Duusuu y Nooroo compartieron juntos muchos malos momentos cuando eran obligados a servir a Mayura y a Hawckmoth, eran muy unidos—dijo Tikki, un poco triste.

—¿Qué son esos gritos?—preguntó Duusuu, saliendo de la caja—Hasta allá adentro se escuchan—señaló la caja.

—Sé lo que se siente perder a tu compañero—dijo Mari, tomando mi mano, sabía perfectamente que se refería a mí, y es que aún éramos compañeros, pero ya no era solo de batalla, sino compañeros de vida—Pero les prometo que recuperaremos a Nooroo. Ya lo hicimos una primera vez, podremos hacerlo dos, y tres, y mil veces si es necesario, pero les prometo que haré hasta lo imposible por mantenernos juntos, mientras yo sea la guardiana.

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora