[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]

Capítulo 56

Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Adrien:
Acaricié su espalda, sin quitarle el vestido. Quería seducirla lentamente, volverla loca, que disfrutara al máximo esta noche, conmigo. También, quería deleitarme con lo hermoso que le quedaba ese vestido rojo.

—¿Me haces un favor, gatito?—Me preguntó, con su voz ronca.

—El que quieras, M'Lady—Le dije, dispuesto a todo.

—¿Podrías no llamar a Ethan perro de nuevo?—Dijo, dejándome confundido.

¿Después de todo, lo estaba defendiendo?
¡Qué mata pasiones! Ella solo se rió al ver mi cara, y me dio un beso, el cual, no le correspondí.

—¡Para que los pobres caninos no se sientan ofendidos, bobo!—Dijo, entre carcajadas—Mejor, usemos el apodo que se inventó Plagg.

—¿Cabeza de brócoli seco?—Dije, y solté una risita, al entender su chiste.

—Exacto—Dijo, mientras se reía, y comenzó a besarme de nuevo.

Sus manos se colaban por debajo de mi camiseta, y recorrían mi torso, haciendo que mi corazón latiera aún más rápido. Comencé a besarla en el cuello, y acaricié sus muslos, para luego, meter mis manos por debajo de su vestido, y llegar hasta sus bragas, para quitárselas.

—Sí que te gustó el vestido—Me dijo, soltando una risita—¿Quieres hacerme el amor con él puesto?

No te voy a mentir, princesa, esa es mi más grande fantasía en este momento. Pensé, y es que se veía jodidamente sexy.

—S-sí—Tartamudeé, y ella sólo rió, para luego, retirar mi pullover.

Seguí besando su cuello, y sin darme cuenta, la acorralé contra una pared, y terminé de quitarle la prenda íntima que traía, la cual, era de encaje rojo, y eso me excitó aún más.

Ella me despojó de toda mi ropa, y comenzó a besar mi cuello, mientras masajeaba mi hombría con sus manos. Ya no podía más: estaba demasiado duro, necesitaba estar dentro de ella, necesitaba hacerla mía, y observarla disfrutar con ese vestido rojo puesto.

—Vámonos a la cama—Le dije, intentando jalarla, pero ella me jaló más fuerte, pegándome a su cuerpo, y aprisionando mi rostro entre sus manos, y mis labios, en un apasionado y ardiente beso.

—Nunca me has follado contra la pared—Me dijo, y vi sus pupilas realmente dilatadas—Quiero que lo hagas ahora.

Cuando mi chica me hablaba así, era porque había perdido completamente la cordura, y se encontraba demasiado caliente. Admito que a mí también me excitaba la idea, así que ¿por qué no? Después de todo, ella me lo estaba pidiendo, y yo siempre complacía a mi princesa.

Marinette:
Me encontraba fuera de mí, y moría de ganas por seguir probando cosas nuevas con el chico que amaba. Me encontraba realmente excitada, creo que era por el tiempo que habíamos estado separados, agregando mis queridas hormonas adolescentes. Mis piernas temblaban, y todo mi cuerpo estaba deseoso por más.

Adrien se separó de mí un momento, y tomó su pantalón, para sacar de su bolsillo un condón, y luego, se lo puso. Al parecer, venía preparado para cualquier cosa que pudiera pasar entre los dos, y eso me gustaba. Me apoyó en la pared, y tomó mi trasero, para luego, levantarme. Yo aproveché su maniobra, y enredé mis piernas en su cintura, dejando mi sexo pegado a su pelvis, y sentí como su miembro rozaba los alrededores de mi entrada. De repente, soltó una risita, y con suaves movimientos, comenzó a entrar en mí.