[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]

Capítulo 29

Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
Me sentía un poco mal al dejar a Sentibug aquí, abandonada, pero al final, eso era lo que ella quería.

—¿Seguro que te sientes bien con eso?—Insistí. Ella nos había ayudado demasiado—Podría hacer algo por ti...

—Marinette, si te apareces de nuevo por aquí, patearé tu humano trasero tan fuerte, que vas a salir volando, y caerás al otro lado del portal, en donde perteneces, junto con este gatito tonto—Dijo Sentibug, con tono divertido.

—M'Lady, ella es feliz pareando traseros, y aquí, tiene trasteros que patear 24/7—Me dijo mi gatito.

—¡En marcha!—Dijo Sentibug.

Ambas nos esposamos a ChatNoir, y usamos su cinturón para atar nuestras caderas a él. Nos agarramos de sus hombros, y de su pecho, mientras encogíamos las piernas para no entorpecer ninguno de sus movimientos. El minino saltó entre los árboles, siendo guiado por Sentibug. Nos aproximamos a la entrada de París, pero habían un montón de burbujas verdes en los techos, y nos detuvimos.

—¿Estos imbéciles de verdad creen que me van a atrapar con una trampa para ratones?—Gruñó Sentibug—Chicos, debemos continuar caminando. No hay forma de cruzar las burbujas sin quedar atrapados en ellas.

—¿Segura?—Mustió Chat.

—Segura—Dijo la chica, y suspiró—Por suerte, me han tendido trampas como esta todo el tiempo, y cuando ellos iban, ya yo venía de regreso por tercera vez.

—¿O sea que tienes un plan?—Pregunté, sorprendida con la destreza, y la tranquilidad de esta chica.

En verdad se divertía en estas situaciones, en verdad pertenecía aquí, lo cual, hizo que ya no me sintiera tan mal por dejarla aquí. Este es sin duda alguna su hogar.

—Chat, bájanos—Ordenó la chica, y Chat me miró.

Yo asentí, aprobando la idea de Sentibug porque, a decir verdad, yo no tenía nada mejor en mente. Chat nos bajó. Sentibug abrió las esposas que la ataban a Chat, liberando a ambos de las mismas, y luego, ayudó a desatar el cinturón.

—Veamos, ¿dónde los había escondido?—Dijo Sentibug, mientras buscaba entre unos arbustos—¡Aquí están!

Sacó una falda larga, y unos abrigos, junto con dos pantalones anchos. Se puso uno de los pantalones, y uno de los abrigos, con el hoodie cubriendo su cabeza. Me entregó la falda con uno de los abrigos, y el otro, se lo entregó a Adrien, con el otro pantalón.

—Vamos, hora de disfrazarse—Nos Dijo Sentibug, divertida.

Nos pusimos los disfraces, y comenzamos a caminar por las calles de París.

—Sigue igual de desolado que en mis recuerdos—Comentó Adrien, con un gesto triste.

—Pronto volverás a ver al París alegre, lleno de luz y colores, que tanto te gusta recorrer—Le dije, colocando mi mano en su hombro.

—Solo si es contigo—Me dijo, y besó mi mano, que aún seguía esposada a la de él.

—¡Ay por favor!—Bromeó Sentibug—Dejen el romance para cuando estén solos, a menos que quieran que acá, su amiga, vomite sobre ustedes.

—¡Venga ya!—Dijo Adrien, y lo escuché reír, lo cual, alegró mi corazón—Sé que eres nuestra mayor fan, desde que te conté nuestra historia.

—Vale, vale—Dijo Sentibug, alzando los hombros, y riéndose—Lo admito, en realidad, sí me da gusto verlos juntos.