Capítulo 3

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Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Marinette:
No podía creer que lo había dicho. ¡Tonta Marinette! Me regañé, en mi mente. No debí dejar salir esas tres palabras de mi boca. Me sentía tonta por estar en este estado, y por haberle confesado mis sentimientos a Adrien de esta forma tan patética.

De repente, sentí sus manos acariciando mis mejillas y, ¡joder! se sentía tan suave el tacto con su piel, que me abrumaba, me abrumaba el control que tenía él sobre mí porque conseguía hacer que mi corazón explotara, con solo tocarme.

—Yo también te amo, Marinette, es por eso que debo protegerte—Confesaron sus labios, dejándome perpleja.

¿No amaba a otra chica? Eso me lo había dicho hacía ya algún tiempo, pero también, era cierto que había dejado de hablar sobre su chica misteriosa hacía unos meses. ¿Esto era real? Sí, lo era. Mi mayor deseo, y mi mayor miedo se habían fusionado en una misma realidad: Adrien me correspondía en mis sentimientos, pero estaba a punto de perderlo, quizás, para siempre.

Me quedé congelada, mirando a sus hermosos ojos verdes, que me miraban con una bella y perfecta sonrisa dibujada en su rostro, el cual, se acercaba al mío lentamente. Yo seguía paralizada, y lo único que pude hacer fue cerrar mis ojos lentamente, y apoyar mis manos en su pecho, mientras sentía como sus manos abrazaban mi cintura.

El mundo se detuvo cuando sentí sus labios contra los míos, fundidos en nuestro primer beso de amor. Sentía mariposas en el estómago, y de repente, el tiempo se detuvo, todo a nuestro alrededor desapareció. El suelo se volvió nubes de algodón de azúcar, y todo era color de rosa, durante aquellos hermosos instantes. Era un sueño hecho realidad, un hermoso sueño de amor, pero, como todo lo bueno, tuvo que terminar cuando a ambos nos faltó el aire.

—Esto lo hago por ti, mi dulce Marinette—Me dijo la voz de Adrien, mientras se alejaba caminando, y yo seguía congelada—Te amo, prometo volver a ti, de alguna forma

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—Esto lo hago por ti, mi dulce Marinette—Me dijo la voz de Adrien, mientras se alejaba caminando, y yo seguía congelada—Te amo, prometo volver a ti, de alguna forma. Jamás te abandonaré.

Yo solo me quedé ahí, paralizada, y no sé cómo, pero acabé sentada en el suelo. Aún estaba en shook: Adrien me había dicho que me amaba, y me había besado, para luego marcharse.

Lo vi salir por la puerta, y esperé a que se alejara lo más posible para poder salir del baño.

Yo le había enviado un mensaje a Rena Roge, para que creara una ilusión de Adrien y yo en clase, pero su poder no duraría mucho tiempo. Decidí enviarle un mensaje para que primero, desapareciera la ilusión de Adrien, pero que simulara a Marinette el mayor tiempo posible para que nadie sospechara.

Adrien dijo que buscaría a Ladybug, así que abrí mi bolso y me puse los lentes oscuros, y el gorro que siempre cargaba para emergencias, por si acaso debía seguir a Adrien, para salvarlo de Lila, o algo así. Me solté el pelo para que nadie me reconociera, y salí de la escuela. Me transformé en el primer callejón solitario que vi:

[1] Bajo las Luces de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora