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Al llegar al otro lado de la Brecha Edher nuevamente se encontró en el interior del bosque tras la Academia. 

Pero esto no pudo importarle menos a la hora de comenzar a correr hacia las afueras del mismo sin pensárselo dos veces.

*Rugido

*Explosión

*Gritos

Mientras mas se acercaba al campo abierto diferentes sonidos que provenían del mismo fueron aclarándose en sus oídos, hasta que una vez fuera, pudo ver la desastrosa escena de como los humanos huían por sus vidas para evitar ser victimas de los monstruos tras ellos.

*Romperse

*Tragar

Pero estos fueron muy lentos a comparación de sus perseguidores, que al alcanzarlos no mostraron piedad, sino una locura extasiada.

Sus miembros se les fueron arrancados con un simple movimiento, y mientras se retorcían de dolor ahogándose en el miedo, usando sus garras o dientes, los monstruos abrieron sus pechos u estómagos para luego comenzar a comerlos aun vivos. La sangre broto, las entrañas se desparramaron y el hedor de ello contamino el aire en un festival de muerte.

Fue una escena terrorífica que haría a cualquiera que la presenciaría tener escalofríos recorrer su cuerpo.

Por unos segundos Edher se quedo pasmado mirando la masacre que se estaba llevando delante de sus ojos.

Las miradas de terror, los gritos pidiendo ayuda solo para finalmente morir siendo incapaces de nada, todo esto fue visto y escuchado por él. Lo perturbo, le genero nauseas, pero no pudo hacer nada para evitarlo.

Ellos tampoco.

Aquello que les hizo ser lo que eran antes, lo que les volvio fuertes, los había abandonado.

La [Guía] desapareció de sus cuerpos, volviéndolos a lo que eran, humanos comunes y débiles como él siempre lo fue.

Aquellos que antes se alzaban con arrogancia ahora se encontraban huyendo, algunos incluso se mostraron escépticos, tratando de enfrentarse a los monstruos creyendo que la [Guía] aun estaba con ellos, pero al final murieron incrédulos de la verdad.

Pero por extraño que parezca Edher no sintió simpatía por ellos.

¿Por que debía hacerlo?

Salvo su familia el resto no le importaba, y luego de controlar sus sentidos, se percato de que no tuvo manera de seguir avanzando.

No pudo simplemente correr con la esperanza de que los monstruos lo ignoraran, y si de por casualidad este fuera el caso, aun seguía siendo lento.

Por lo que sabia su madre se encontraba en su trabajo cerca del centro de la ciudad, si decidiera ir primero en su direccion tardaría cerca de hora y media solo corriendo con todas sus fuerzas. En cuanto a su hermana menor, aunque relativamente estaba mas cerca, a unos cuarenta y cinco minutos, seguía siendo un tiempo demasiado largo que no tuvo el lujo de permitirse.

No luego de saber que colosales monstruos habían descendido, destruyéndolo y devorándolo todo.

¿Qué le aseguraba que su familia estaría a salvo durante dicho tiempo?

Tras pensar sobre esto tanto la desilusión, como la impotencia, se apoderaron de su mente.

[Kekeke, humano, si te doy la oportunidad de hacerte mas fuerte, ¿la tomaras?]

En ese momento la voz de [Sombra] resonó dentro de su cabeza, y no fue hasta entonces que se había acordado de su existencia.

Edher no dudo y pregunto con algo de impaciencia.

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